El nombre de Rocío Torío lleva días sonando con fuerza en el espectro mediático. El motivo no es otro que el hecho de que la madrileña afincada desde los 14 años en Valladolid se convirtiese el pasado viernes en una de las grandes protagonistas del segundo programa de audiciones a ciegas de la nueva edición de La Voz.
La joven de 30 años conquistó a los cuatro coaches del programa (Luis Fonsi, Antonio Orozco, Malú y Pablo López) con una preciosa e impactante interpretación de Sakura de Rosalía.
Su preciada y potente voz hizo que los cuatro artistas se giraran, le manifestaran su deseo de que formara parte de sus respectivos equipos e incluso le profirieran verdaderos halagos que llegaron a emocionar a una Rocío que, a juzgar por lo que se pudo ver en la gala, no daba crédito de lo que estaba viviendo.
"Nos acabas de dar una masterclass de autocontrol a todos y eso no es algo que se aprenda, sino que uno nace con ello", llegó a expresar Luis Fonsi. "Siempre soñamos con una voz como la tuya", añadió Antonio Orozco.
En plena resaca de emociones por todo lo ocurrido, Rocío ha reconocido que para ella el hecho de haber llegado a las audiciones a ciegas ya es una experiencia muy reseñable en su vida y ha explicado que el que se giraran los cuatro coaches la convirtió, además, en una de las más emocionantes.
Eligió Sakura para las audiciones a ciegas porque es una canción que desde el primer día le ha emocionado mucho y porque, desde su punto de vista, le ayudó a aportar frescura y novedad.
La misma emoción que sitió ella la generó también en los coaches, a quienes ha llegado a definir como personas "geniales y muy cercanas, que me trataron con mucho cariño y respeto".
Ella siente admiración por todos y cada uno de ellos, pero solo podía quedarse con uno. Así, se decantó por Luis Fonsi.
En el momento de la audición, no se imaginaba "para nada" un pleno y como tenía ciertas dudas sobre a qué coach elegir, terminó escogiendo al primero que se dio la vuelta.
Rocío ha reconocido que no se presentó con ninguna pretensión especial a La Voz, sino que lo hizo "por probar". Lo que ella no esperaba es que iría pasando castings hasta llegar a las audiciones a ciegas.
Pero así ha sido. De hecho, su experiencia en el talent se ha convertido en un sueño cumplido y un recuerdo que llevará siempre en su corazón, pese a que le haya supuesto un reto emocionante que a la vez "me ha dado un poco vértigo", porque sabía que la iban a ver, escuchar y juzgar millones de personas.
En cualquier caso, la vallisoletana de adopción ha dejado claro que, aunque no pretende que su paso por La Voz le traiga fama, "lo que sí espero es que me traiga trabajo", ha llegado a confesar.
Telonera de Chenoa
Rocío Torío está consiguiendo hacerse un hueco en el complicado mundo de la música. Pero esto no es solo fruto de su participación en el programa de Antena 3 presentado por Eva González, sino también de todo el trabajo y esfuerzo desempeñado a lo largo de los últimos años.
La 'vallisoletana' lleva tres años luchando día a día por poder dedicarse a su verdadera pasión, algo que no le ha resultado nada fácil y que incluso le ha llevado a tener que compaginarlo en alguna que otra ocasión con otro trabajo esporádico.
Su interés por la música se remonta a cuando era "chiquitilla". Entonces ya le gustaba cantar y siempre se imaginaba en escenarios.
Sin embargo, al entrar en la adolescencia llegó a tener "miedo escénico", lo que para ella supuso un grave problema, dado que su intención era convertirse en una artista de éxito.
Dispuesta a superarlo, se apuntó a un coro en el que consiguió ir dejando de tener miedo al público y en el que poco a poco se fue sintiendo cada vez más cómoda, lo que le hizo ir teniendo más claro que quería dedicarse a esto.
Empezó haciendo los coros del disco de Guille Jové en Valladolid y años más tarde, en 2016, decidió formar su propia banda, llamada De Perdidos. Con ella ha llegado a ganar el Onda Rock en 2017 e incluso a telonear a Chenoa en la Plaza Mayor de Valladolid en las fiestas de 2018.
Y desde entonces, entre las diferentes bandas de las que forma parte, su proyecto personal y las obras de teatro en las que participa, no ha parado.
Porque sí, además de cantante, la 'vallisoletana' también es actriz de teatro y locutora de cuñas publicitarias.
El teatro llegó a su vida como consecuencia del canto, algo de lo que está "super agradecida", teniendo en cuenta que es un formato diferente al escenario musical, del que ha aprendido mucho.
Además, las locuciones publicitarias también le encantan. Tanto, que para ella forman parte de un mundo que le gustaría seguir explorando "sí o sí".
Si algo tiene claro Rocío, es que no quiere encorsetarse únicamente en una cosa y que su intención es seguir "explorando partes de mí".
Sin embargo, es consciente de que la música juega un papel especial en su vida, dado que "siempre ha estado ahí para mí y sé que es algo que no voy a poder evitar nunca".
Lo que aún no tiene decidido es hasta dónde quiere llegar. De momento, no ve un límite, así que prefiere dejarse llevar y seguir luchando por ir cumpliendo sueños. ¿El más claro y definido? "Poder enseñar mis canciones al mundo y que tengan un buen recibimiento".