Tercer festejo de Ferias y Fiestas en honor de la Virgen Nuestra Sra. Virgen de San Lorenzo. Lleno en tarde fresca. Se lidiaron toros de Victoriano del Río, de correcta presentación, pero esaboríos de comportamiento, sin entregarse, y con peligro sordo el lidiado en tercer lugar. Destacó el segundo de la tarde que tuvo buen son, movilidad, transmisión y entrega. El sexto fue devuelto saliendo como sobrero uno del mismo hierro.
Emocionante despedida de Enrique Ponce de la afición vallisoletana en los medios al finalizar la lidia y muerte del segundo de su lote en el que pudo estar a gusto; inspirado Talavante en el segundo de la tarde, y rotundo Roca Rey en el tercero con el toro más complicado del encierro.
Al finalizar el paseíllo se hizo entrega de un obsequio a Enrique Ponce por parte de la corporación municipal y de la empresa.
Enrique Ponce
Lidió en primer lugar un toro de capa negra y con un peso en la romana de 559 kg, “Jugador” de nombre, pero el de Victoriano del Río no estaba para juegos ni para facilitar el triunfo del maestro de Chiva. No hubo acople en el recibo capotero. Recibió un puyazo y tras el tercio de banderillas se fue Ponce a por su oponente sin brindar.
Las tandas de tanteo confirmaron lo que el toro había mostrado en los tercios anteriores, que iba y venía pero sin emoción ni entrega, sin molestar pero muy esaborío. Lo intentó Ponce por ambos pitones desplazándose más y mejor por el derecho. Mató de estocada atravesada. Leves pitos para el toro en el arrastre y ovación al torero.
El segundo de su lote, “Manisero”, fue un toro de 536 kg, de capa negra, de escaso trapío y muy terciadito a pesar del peso que dio en la romana. Sin rematar en los burladeros permitió al maestro de Chiva estirarse con el capote dejando tres verónicas de bella factura. Recibió un fuerte puyazo el toro en el caballo, o dos mejor dicho porque el picador rectificó.
Quitó Ponce por chicuelinas rematadas con una cordobesa que llegaron al público. En los palos se lucieron Fernando Sánchez y Víctor del Pozo desmonterándose ambos.
Ya con la muleta en la mano, el de Chiva construyó una faena “muy de autor” que llegó a ser habitual en aquellos años que Ponce pasaba del centenar de corridas. Inició con pases por ambos pitones con la rodilla flexionada sacándoselo a los medios para seguir por pitón derecho dando lugar a pasajes en los que el valenciano acompañaba la embestida del toro metiendo los riñones y con la figura desmayada para después rematar con pases de pecho en los que se los llevaba largo. No ofreció problemas tampoco el de Victoriano por el pitón izquierdo, iba y venía sin mucha emoción dejando a Ponce estar a gusto en la cara. Volvió al pitón derecho que tenía mejor condición y terminó con unas poncinas y unos doblones por abajo seguido de un abaniqueo que levantaron al público de sus asientos. Una estocada caída y un aviso no le privó de cortar las dos orejas.
Alejandro Talavante
Se llevó el mejor toro de la tarde, el lidiado en segundo lugar, “Batatero” de nombre, colorado de capa y con un peso a sus lomos de 537 kg. Fue el mejor toro de la tarde, pronto, con transmisión, movilidad, entrega y humillación, metiendo en todo momento la cara con clase.
Lo cuajó el extremeño con el capote y la muleta de principio a fin. Tras recibir un puyazo el extremeño quitó por gaoneras. Cumplimentado el tercio de banderillas se fue Talavante consciente de la buena condición del toro a los medios a brindar la faena al público echándose, a continuación, de rodillas y tras aguantar una colada terrorífica sin inmutarse por el pitón izquierdo se puso a torear en redondo para rematar de pie con un pase de pecho.
Estuvo a gusto Talavante por ambos pitones sacando tandas rotundas y de mucha plasticidad no exentas de mando. En una de ellas remató con un natural mirando al tendido que arrancó los aplausos del respetable. Con la mano izquierda, su mano, estuvo sublime enganchando adelante al animal con los vuelos de la muleta para soltarle atrás en muletazos de trazo muy curvo componiendo muy bien la figura y llenos de expresividad y plasticidad. Formó un auténtico lío. El premio a tan excelsa obra quedó en una oreja tras necesitar de un pinchazo, una estocada, y dos golpes con el estoque de cruceta.
El segundo de su lote, “Esperon” de 609 kg, negro de capa, más hecho pero con poca transmisión, dio un juego parecido al resto del encierro. No tuvo mayor historia el saludo capotero de Talavante, desmonterándose Javier Ambel y Manuel Izquierdo tras parear al “victoriano”.
Inició el trasteo el de Badajoz con pases por los dos pitones destacando uno cambiado por la espalda que arrancó el “ay” del público. Sin descolgar y sin entregarse en ningún momento la faena transcurrió entre lo a gusto que se encontraba el torero delante de la cara del toro y la placidez del público, que hoy sí, se mostró más cariñoso con los coletudos. Mató de pinchazo y estocada, concediéndole una oreja el presidente, Manolo Gutiérrez.
Roca Rey
En el primero de su lote, “Impuesto” de nombre y con un peso en la romana de 631 kg, negro listón, Roca Rey estuvo hecho un tío. Fue el toro más complicado y difícil del encierro. Tampoco se entregó ni descolgó, siempre con la cara a media altura, sin fijeza y pendiente de todo, pero el peruano lo tapó estando muy por encima del toro. Faena de tragar y de figurón del toreo.
No hubo acople en el recibo capotero. En el caballo derribó dejándolo crudito Roca Rey como a él le suele gustar. Se desmonteró Viruta. Empezó el peruano por estatuarios venciéndose el toro por el pitón izquierdo con un pase cambiado por la espalda.
Acudía pronto a los cites el de Victoriano, aunque un tanto rebrincado y con una embestida muy informal e incierta, pero Roca Rey tragaba y tragaba en cada muletazo imponiéndose con mando y poder. No era nada fácil estar delante por la condición del toro que no se entregó en ningún momento y anduvo siempre midiendo al limeño. Toro con peligro sordo. Remató con unas escalofriantes bernardinas cambiándole en la primera de ellas el viaje que estuvo a punto de arrollar al peruano. Necesitó de un pinchazo y estocada previo aviso. Cortó una oreja de mucho peso. Faenón de figura del toreo.
El sexto de la tarde fue devuelto y, tras derribar con estrépito al piquero, salió en su lugar un toro del mismo hierro, de nombre “Diamante” con 524kg de peso, castaño capirote.
No hizo honor a su nombre el “victoriano”. Derribó en el caballo recibiendo un puyazo. El toro iba y venía sin mayor historia, cómodo para estar delante, pero sin emoción. Mejor por el pitón derecho que por el izquierdo, echando la cara arriba en los dos defendiéndose. De mitad de faena en adelante el toro se vino abajo por lo que el peruano se fue a por la espada pinchando en el primer encuentro, consiguiendo dejar un pinchazo hondo en el segundo. Necesitó de un golpe de verduguillo. Silencio.
En resumen, tarde emotiva la vivida hoy de nuevo en el coso del Paseo Zorrilla en la que Valladolid ha despedido a un figurón del toreo. Suerte maestro, suerte Ponce.