El centro tecnológico CARTIF- Centro de Automatización Robótica y Tecnologías de la Información y la Fabricación- siempre ha sido un referente en Castilla y León en materia de tecnología e innovación y con mucha fuerza en el tejido empresarial desde hace ya 30 años. Nacieron en 1994 en el seno del departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad de Valladolid y, a día de hoy, han logrado convertirse en el segundo centro tecnológico de España, superando los 200 empleados.
Lo cierto es que el sector del Patrimonio ha sido, desde hace ya 25 años, una de sus principales líneas de investigación. Rápidamente, su equipo consiguió posicionarse como pionero en la aplicación de la tecnología e innovación en este campo.
Los trabajos y desarrollos específicos para la digitalización de piezas en diferentes sectores industriales -fundamentalmente en automoción y aeronáutica- unidos a la pasión por el arte y cultura del director del área de Patrimonio de CARTIF, Pedro Martín Lerones, encontraron enseguida respaldo en el centro para planear las distintas líneas de investigación enfocadas a la documentación, conservación, restauración y difusión del Patrimonio Cultura, según declaraciones a EL ESPAÑOL- Noticias de Castilla y León.
No en vano, recuerda que "más de la mitad del Patrimonio Cultural español se atesora en Castilla y León", y dentro de la UE genera 300.000 empleos directos y un total de 7,8 millones de empleos contando también con los indirectos. Por otro lado, el sector de la automoción genera en la UE 12 millones de empleos -tanto directos como indirectos- y supone el 7% del PIB de la UE. Por su parte, las industrias culturales y creativas generan, el 4,4% del PIB de la UE -643.000 millones de euros por año- y "no hemos de olvidar que uno de cada cinco euros lo facturan empresas españolas".
Unas cifras que muestran la especial importancia del Patrimonio en el país. Y es que el turismo cultural promueve 143.000 millones de euros anuales y supone el 40% de todo el turismo del viejo continente, siendo España "un destino sobresaliente y donde la calidad de conservación de sus monumentos debe ser una premisa para que sigan siendo un reclamo y atraigamos a perfiles más sensibles".
Para todo ello, la "progresiva introducción de innovaciones tecnológicas" viene demostrando que "las cosas se pueden hacer cada vez mejor y más rápido". Y es que la andadura de CARTIF comenzó con este empeño. "No hay que tener tapujos ni miedos a decir que el Patrimonio es viable desde un punto de vista de negocio. Incluso hay un tejido empresarial basado en PYMEs que nos muestra que es rentable. Eso sí, siempre que las empresas trabajen en el siglo XXI con medios del siglo XXI. Digitalización y Patrimonio van de la mano. Aunque ya se nos haya olvidado, la pandemia de Covid-19, que sufrimos hasta hace relativamente poco tiempo, ha hecho aún más fuerte esta evidencia", sostiene Martín.
Allá por el año 2003, CARTIF fue pionero en España en disponer y saber utilizar equipos de escaneado láser de corto y largo alcance, ofreciendo servicios de digitalización y modelado 3D de bienes muebles e inmuebles de interés cultural. De la mano de Geocisa fueron entonces desplegando aplicaciones y generando programas informáticos específicos para la gestión de monumentos. Posteriormente, lo fueron trayendo a Castilla y León y empezaron a digitalizar 'en masa' iglesias del llamado Románico Norte. En este momento, comenzaron a trabajar para distintas instituciones, entre las que destaca la Fundación Santa María La Real. Para ella, en 2012, realizaron una instalación que permitía emular las cuatro etapas pictóricas que pueden verse en la zona, todo ello proyectando modelos 3D en el ábside de la iglesia de Santa María de Mave, en Palencia. "Cuando nadie hablaba de digitalización, nosotros ya pronunciábamos la palabra", afirma.
Pero ¿cómo se puede fusionar la tecnología y el patrimonio? ¿es fácil encontrar la correlación? El experto en Patrimonio de CARTIF explica que mediante los modelos digitales pueden, por ejemplo, determinar su estado de conservación y planificar las intervenciones. Pero no sólo eso, sino que tienen una réplica virtual de esa iglesia, castillo, palacio o edificio que se trate en el ordenador para poder trabajar sobre él e ir añadiendo informaciones por parte de diferentes profesionales que muchas veces, y cada vez más, están en diferentes lugares. En este centro tecnológico utilizan BIM -'Building Information Modeling'- aplicado al Patrimonio y son muy punteros a nivel europeo en el denominado Heritage-BIM o HBIM. Lo cierto es que estas innovaciones permiten agilizar el trabajo y que haya una conexión entre todas las partes interesadas, enriqueciendo los proyectos desde diferentes perspectivas.
Fueron referentes hace dos décadas y continúan siéndolo a día de hoy. Actualmente están echando a rodar un proyecto europeo sobre tecnologías fotónicas para la inspección de bienes históricos. Gracias a él, consiguen combinar todos los tipos de cámaras y equipamiento que se necesita para ver "más allá de lo que el ojo aprecia", conjugando "diferentes rangos espectrales". Asimismo, desarrollarán un robot móvil que permita adentrarse en sitios "peligrosos o inaccesibles" para un operador humano y ver lo que está pasando. Una forma de analizar problemas estructurales cuyo origen no queda "totalmente definido".
Otro de los proyectos en los que se han embarcado durante los últimos años, junto a tres empresas de la Comunidad -Trycsa, Alteisa y Acitores-, es la inspección de edificación histórica. Martín, para mostrar la importancia del mismo, ha realizado una comparativa con los automóviles: "De la misma forma que llevamos el coche a la ITV para ver cómo está y si cumple con los mínimos requisitos de seguridad o nuestra propia casa debe pasar una inspección técnica de edificación, ¿por qué no hacer lo mismo con una catedral, castillo o palacio?". En este sentido, desde CARTIF se han propuesto llevar a Europa la posibilidad de que haya "unos protocolos concretos, realmente aplicables y a coste admisible" que no sean obligatorios pero sí "tremendamente recomendables" para determinar objetivamente "la cuantía y viabilidad de las inversiones a realizar y priorizar actuaciones".
Una segunda vida para no dejar morir el patrimonio
CARTIF tiene clara su apuesta por el Patrimonio y, para ello, cree que es necesario poder darle una segunda vida para que este no muera. El 80% del patrimonio cultural de la región está en el medio rural y, cuando se habla de él, se relaciona con la "España Vaciada". En este sentido, Martín hace la reflexión que mucha gente tiene en su cabeza: "Si cada vez son menos las personas que apuestan por la vida en el campo, ¿qué hacemos con el Patrimonio del medio rural?".
La solución pasa por buscar un uso alternativo, "aunque sea esporádico". Por ejemplo, a través de los modelos de colaboración público- privada, pero también es "necesaria" la integración del Patrimonio en las "políticas de desarrollo rural".
A mayores, existen otros tipos de alternativas -quizá más novedosas- como pueda ser su transformación total. "En algunos sitios ha habido una desacralización de la iglesia para convertirla en una pista de skate. Hay usos mil. Puede que a algunos no les termine de convencer, pero hay que poner en una balanza si es mejor eso o que no esté", finaliza.
30 años gracias a mentes "dispuesta al cambio"
Llevar 30 años siendo pioneros y referentes, tanto a nivel nacional como en Europa, no es una tarea fácil. Martín bromea con que ha sido un camino donde no ha faltado "sufrimiento", pero el trabajo ha terminado dando "sus frutos" y dice con orgullo que si están ahí "es por algo". En este sentido, ha reconocido la importante labor del equipo con el que cuentan: "Son profesionales en el sentido amplio de la palabra, fuera de lo común, con una disponibilidad total, una mente abierta, preparados para un permanente cambio y con un guiado empresarial en todos los proyectos, lo que nos pone en la vía de búsqueda de soluciones reales a corto-medio plazo. Todo ello, junto al apoyo decidido de la Dirección de CARTIF es lo que nos ha traído hasta aquí".
Nadie duda que trabajar en I+D no es tarea fácil. La digitalización avanza a pasos de gigante y ellos tienen que ir adaptándose a cualquier cambio antes que el resto: "Es una especie de caos ordenado. Lo que es novedad para los demás, para nosotros es un punto de partida. Nos enfrentamos continuamente a un horizonte desconocido y de ahí la importancia de orientar los resultados a la comercialización y explotación posterior".
Una exposición para rememorar sus hitos
Con motivo de sus tres décadas repletas de hitos tecnológicos han organizado una exposición en el Museo de la Ciencia, que estará disponible hasta septiembre, donde se pueden observar algunos de sus inventos más significativos. El centro tecnológico plasma en ella algunos de los pasos más importantes que ha dado desde el inicio hasta la actualidad.
La muestra cuenta con una serie de paneles donde se resumen estos hallazgos, así como los desarrollos más punteros de cada época. Pero no solo eso, sino que también está disponible para que los ciudadanos puedan ver a Sacarino, el robot botones de un hotel, además de un andador inteligente o alimentos extrusionados, entre otras muchas cosas. CARTIF trabaja desde sus inicios en campos muy diversos, que responden a los problemas de casi todos los sectores económicos. De ahí la variedad de desarrollos que se pueden ver a lo largo de la exposición.
Está dividida en distintos apartados para poder conocer en profundidad sus desarrollos tecnológicos más importantes dentro de cada campo:
En la división de Agroalimentación y Procesos han destacado el proyecto Life Equinox del 2009 que consiste en un diseño de un producto de aplicación en los firmes asfálticos para reducir los óxidos de nitrógeno procedentes de los vehículos. Así como el proyecto Primicia en 2015 centrado en nuevas estrategias nutricionales para sacar alimentos de alta eficacia en el control de la inflamación crónica. Por último, está el proyecto Urban GreenUP de 2017 con planes urbanos de renaturalización en varias ciudades europeas, entre ellas, Valladolid.
En la división de Energía destaca la instalación de una marquesina fotovoltaica en el año 2000 en lo que ahora es la Cúpula de Milenio. También en 2010 destaca la creación de la iniciativa SmartCity Valladolid y Palencia para fomentar la eficiencia energética y la movilidad sostenible. En 2013 el diagnóstico del Mercado del Val para su rehabilitación energética.
Por último, en la división de Sistemas Industriales y Digitales han destacado la colaboración en 1994 con Campofrío para diseñar y construir una célula robotizada flexible para el modelado automático de paletas y jamones deshuesados. No solo eso, sino también la restauración del reloj histórico de la Universidad de Valladolid, el proyecto de mejora de la calidad del aire en zonas urbanas, el resultado de una impresión 3D para edificios o un sepulcro a escala reducida partiendo de un modelo 3D.