Los concursos en la televisión actual están de moda. Solo hay que ver la emisión de Pasapalabra cuando Óscar consiguió llevarse el bote de 1.816.000 euros. Una audiencia estratosférica que solo logra el fútbol: 3.243.000 espectadores de media y un 30,1% de share. Los concursos tienen algo especial y son los que años después se mantienen en la memoria. Dependiendo de la generación de la que seamos recordamos ver en familia Cesta y Puntos, ¿Qué Apostamos?, El Juego de la Oca y, ahora también, el Grand Prix, que en su vuelta ha sido un pelotazo y todos los pueblos quieren estar en la segunda edición. Pero por encima de todos, está el Un, dos, tres.
Pero cuando la memoria no es suficiente para guardar los recuerdos, es el momento de tirar de los libros. Y aquí el que más sabe de todo esto es un vallisoletano de nombre Miguel Herrero. Es autor de siete libros dedicados a su gran pasión que es la pequeña pantalla. Ahora ha pasado de un libro a una enciclopedia de los concursos. Al nombre de "A jugaaar!!", como no, al grito de guerra del mítico Joaquín Prat.
Además, nada más empezar hay una gran sorpresa. El prólogo está escrito por Ramón García, el rey de los concursos. Vamos a encontrar todos los datos sobre El precio justo, ¿Qué apostamos?, Cifras y letras, 50x15, Ahora caigo, El tiempo es oro, Cesta y puntos o Un millón para el mejor. Una joya de coleccionista con la que vamos a disfrutar mucho. Recordando concursos exitosos, algunos menos conocidos pero que tienen muchas anécdotas, y por supuesto, los grandes fracasos de la televisión.
El ESPAÑOL Noticias de Castilla y León llama a la puerta de la persona que más sabe de concursos de toda España: Miguel Herrero, que nos destripa lo que vamos a encontrar en esta enciclopedia de 264 páginas.
PREGUNTA. ¿Qué vamos a encontrar en esta ‘enciclopedia’?
RESPUESTA. Esta es la enciclopedia de los concursos. De la A a la Z los concursos más relevantes que se han podido ver a lo largo de estas 7 décadas de televisión, con otros apartados para incluir al resto de espacios de este género englobados en aspectos como programas de cocina, concursos por cadenas o dedicados a encontrar nuevos valores de la canción. Un completo repaso a un género que no ha parado de aportar nuevos títulos a su historia. Con numerosa documentación, fotografías y datos curiosos.
P-. ¿Cuánto tiempo le ha llevado recopilar?
R-. Ha sido un trabajo de 3 años en los que ha habido que ordenar programas, enumerarlos y contar la historia y desarrollo de cada caso. Para ello veía varias emisiones de cada uno de ellos, mientras los analizaba y buscaba información que completara lo que se podía observar cuando los disfrutábamos en su emisión original. Una labor ardua ya que, de muchos, no quedaba apenas nada de material o contenían diversas etapas, muy diferentes entre sí, que suponía el que se alargara demasiado el narrar su estructura e historia.
¿Cuál es lo más curioso que te ha parecido en tu trabajo de documentación?
Lo que más curioso me ha resultado es el haber encontrado muchas semejanzas entre programas con distintos títulos, pero con un contenido muy parecido. Así, en los años 80 hubo programas que usaron la base de “El precio justo”, “Cifras y letras” o “La ruleta de la fortuna” pero sin tomar los derechos oficialmente. Juegos en los que había que adivinar frases o precios, que años después comprobaríamos que eran formatos muy populares en otros países y bien adaptados en programas con entidad propia aquí después. O casos como “La guillotina” de Telecinco, que después TVE haría pero llamando “El legado”, sin que nada tuviera que ver con otro programa anterior que, precisamente, se llamó “El legado”.
Ahora están volviendo muchos concursos históricos, ¿esto confirma que cualquier tiempo pasado fue mejor o que hay poca imaginación?
Hay cabida para ambas teorías. La televisión es una máquina que engulle cada día, por lo que se puede entender que, con tantas cadenas y programación, el hecho de que vuelvan una serie de espacios no quiere decir que no se puedan añadir muchos nuevos a la parrilla. Hemos tenido todo tipo de casos, como el gran éxito del nuevo “Grand Prix del verano” o “Cifras y letras”, que está teniendo muy buena aceptación en La 2, así como fracasos estrepitosos. “El precio justo” supuso un gran batacazo en Telecinco con Carlos Sobera, así como “Alta tensión” tampoco llegó a atrapar al espectador, ni “Password”, y, tristemente, el intento de renovar el mítico “Un dos tres” a través del canal Twitch fue un sonoro fracaso que demostró que no todos los concursos se saben adaptar a los nuevos tiempos. El próximo en volver parece ser que será “El rival más débil” con Luján Argüelles.
¿Qué concurso le gustaría recuperar?
Creo que podría funcionar bastante bien un nuevo “¿Qué apostamos?” tras el éxito de “Grand Prix”. Estando disponibles Ramón García y Ana Obregón, sería interesante adaptar el mítico formato y sintonía al 2024. Al fin y al cabo, se trataba de grandes apuestas, de ver de lo que la gente de la calle era capaz de hacer, arriesgar y cumplir con la apuesta que uno quisiera ofrecer. El resto es un adorno bonito, que incluye famosos invitados, ballets y música. Bien adaptado y sin excederse en su duración creo que podría ser un gran éxito. Y reconozco que me resultaría muy interesante ver un nuevo “Si lo sé no vengo”, mítico concurso ochentero, y “El gran juego de la oca”. Aunque hay que saberlo hacer para que no ocurra como con “Juego de niños”, que tras años solicitando su vuelta, se hizo a modo de show y no recibió el apoyo de la audiencia.
Sus concursos favoritos son…
El gran concurso de mi vida es el “Un, dos, tres”, del que escribí su historia en un libro muy completo, contando etapa a etapa, toda su historia. Creo que fue el concurso más completo, donde cabía absolutamente de todo. Daba igual que metieras magia, que entrevistas, que folklore, ballets, todos los campos del humor, que secciones variadas. El “Un dos tres” aceptaba todo si estaba bien hecho y bien justificado, con una temática semanal que siempre sorprendía y la emoción de la subasta. También me gustaba mucho “No te rías que es peor”, “Sin vergüenza”, el “3x4”, el saber mucho de un tema para “El tiempo es oro” y concursos de los primeros años de las privadas como “El Gordo”, “Entre platos anda el juego” o “Supermarket”. Aunque reconozco una pasión especial por “Locos por la tele” y el demostrar los conocimientos sobre la TV cosa que pude poner en práctica en “Soy el que más sabe de televisión del mundo”.
Los concursos que nunca debieron ponerse en marcha…
Hubo muchos que el público rechazó ya en su primera semana. Casos de títulos olvidados por el público como “Dobles parejas”, “¡Vaya peña!”, “La piraña” o “El rastrillo”. No funcionaron algunos con demasiado estilo americano, como “No te olvides el cepillo de dientes”, “La trituradora” o “Atrévete a soñar”, en los que el público tenía que demostrar que era realmente arriesgado y podían ver cómo destrozaban su coche o su cocina en directo. Hubo incomprensibles fracasos como el de “La noche de los castillos”, que sí tuvo buenas intenciones y gran presupuesto pero la audiencia no lo respaldó. Uno de los que nunca tuvo que haberse hecho aquí fue “Scavengeres” con Bertín Osborne, que ni él llegó a entender en aquel tono futurista tipo “Alien, el 8º pasajero”, como manifestó en entrevistas.
¿Los concursos reflejan el nivel cultural de un país?
No especialmente. Puede ser que en algunos casos se pudiera hacer una traslación entre los participantes de un programa concreto con la sociedad a nivel global, pero no se debería hacer esa comparación. Si comparamos a los concursantes de “Saber y ganar” o “Pasapalabra” podemos entender que es un país con muchos sabios y con gente muy preparada académicamente, que es capaz de acertar todo tipo de respuestas. Pero si lo comparamos con espacios en los que hay varias opciones de respuesta, podemos pensar que también es importante el azar. Al haber vivido muchos concursos en primera persona he de reconocer que desde casa todos podemos acertar todo, pero en plató hay muchos factores que te llenan de nervios y que hacen que olvides hasta las respuestas más básicas. Los focos, las miradas de los demás atentas a tu rostro, los parones para resolver problemas técnicos, el sudor añadido al maquillaje, etc., son factores que también hay que tener en cuenta.
¿Qué aportación ha tenido Castilla y León en los concursos?
Nuestra comunidad ha tenido grandes concursantes a lo largo de su historia. De provincias como Salamanca, Segovia o Valladolid han surgido muchos nombres importantes para la historia de los concursos. Desde los participantes de Valladolid en “Cesta y puntos” a un mítico sabio salmantino de “Saber y ganar”, como ha sido Jero, de los concursantes de todas las provincias en “¡Allá tú!” o los populares Toñi y Tonet de Segovia, podríamos incluso hacer un concurso entre ilustres participantes de nuestra comunidad.
Me parece a mí, pero tenemos más protagonismo en los culturales que en los de cantar.
Puede ser. Y no creo que sea por falta de talento. Muchas veces se han llevado los laureles de otras comunidades más cantarinas como Andalucía, donde parece que hay talento natural constante y fluido. Pero está bien que haya un buen reparto en todo tipo de concursos. Realmente las comunidades que generan tantos artistas no tienen espacio para ofrecerles una carrera solvente para cada uno.
¿Qué proyectos de futuro tiene?
Estoy preparando un proyecto que recoge a muchos míticos nombres, masculinos y femeninos, que se convirtieron en iconos para las generaciones ochenteras y noventeras. Un trabajo, como siempre, que se alarga demasiado para poder ofrecer un producto lo más completo posible, como es el caso de este libro de concursos ¡¡¡A jugaaar!!! Mientras, sigo colaborando en esRadio y preparando una posible vuelta a televisión con la telenostalgia que tanto me ha gustado siempre.