Castilla y León es una tierra llena de historia. Si por algo destaca de forma especial es por la multitud de pueblos que alberga en ella y la belleza de los mismos. Una región que merece una visita obligada y unas localidades que sorprenden a los miles de turistas que cada año se acercan a ella.
Elegir cuál visitar puede ser una tarea muy compleja. Algunos merecen la pena por su belleza, su entorno envidiable o su gastronomía. Y otros deben ser visitados por la historia que aún perdura en ellos o por alguna característica que los hace diferentes. Todo el mundo sabe que Brañosera es el pueblo más antiguo del país. Se ubica en Palencia y fue fundado en el año 824. Lo cierto es que había zonas que habían estado habitadas desde tiempos anteriores, pero no contaban como entidad jurídica.
Un lugar muy especial para los castellanos y leoneses que no sólo destaca por su belleza sino por ser considerado el primer Ayuntamiento de España. Sus vistas y entorno le hacen convertirse en un auténtico paraíso. Pero ¿qué sabemos de Valladolid? ¿Cuál es su pueblo más antiguo?
Pues bien, según los ranking que han ido apareciendo a lo largo del tiempo, sitúan a Peñafiel como la localidad con más historia de la provincia. Una villa histórica que fue repoblada en el año 912 y que está a tan sólo 56 kilómetros de la capital. Es uno de los lugares con más historia del país y se han hallado restos de 2.900 a. C.
Un bonito pueblo que cuenta con una de las murallas mejor conservadas de la Edad Media. Aunque, si hay algo que todo el mundo conoce, es su famoso castillo que data del siglo X, convirtiéndose en uno de los que más belleza tiene del país. Tal es su relevancia que fue declarado Monumento Nacional en 1917.
El aspecto actual del castillo responde a distintas construcciones. La primera de ellas de los siglos IX o X y la última a mediados del XV. Una fortaleza bien conservada que cuenta con más de 200 metros de longitud y con forma de navío. La torre del homenaje es de 30 metros de altitud y está flanqueada por dos patios. Uno en el norte donde se encuentran los aljibes y los almacenes y otro en el sur donde se encuentra el Museo Provincial del Vino. Un museo que da a conocer el vino que se elabora en las diferentes denominaciones de origen de la provincia como Ribera del Duero, Rueda, Cigales, Toro o Tierra de León. Desde la parte más alta se puede disfrutar de unas privilegiadas vistas al valle del Duero.
Sus calles reflejan su pasado con lugares de especial interés como es el caso del barrio judío o la Plaza del Coso, que aún mantiene sus balcones de madera. Y tienen una peculiaridad que es que durante los días de festejos taurinos, se subastan para conseguir las mejores vistas de este espectáculo. El espacio tiene unos 3.500 metros cuadrados y dentro de la misma se encuentra el Aula de Arqueología. En esta se representa la vida cotidiana de la población Vaccea de Pintia.
La historia no deja de sorprender por esta villa. A escasos metros de la plaza se encuentra la Iglesia y Convento de San Pablo que en tiempos pasados fue un alcázar perteneciente al rey Alfonso X El Sabio y actualmente es el Museo Capilla de los Manuel. En esta se muestra un espectáculo multimedia en el que se han utilizado numerosas técnicas que sirven como colofón final a un trabajo que comenzó con las restauraciones llevadas a cabo tanto en la propia capilla como en el sepulcro.
Otros espacios que destacan es la Iglesia de San Miguel de Reoyo, de estilo renacentista, y el Convento de Santa Clara, construido en el siglo XVII con una iglesia octogonal que se cubre con cúpula elíptica decorada con yeserías y pinturas de valor. Una visita en la que no puede faltar el espectacular Museo Comarcal de Arte Sacro, ubicado en el interior de la Iglesia de Santa María, en la Plaza de España.
Cuenta con una grandísima exposición de cruces procesionales y se exponen obras como las 'Ordenanzas' originales que fueron dadas por el señor de la villa, el infante Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X El Sabio. Y para rematar este viaje por una villa histórica y llena de belleza, hay que hacer una parada en el Museo Casa de la Ribera que permite a los turistas adentrarse en la vida y costumbres de quienes vivieron a principios del siglo XX.
Un grupo de actores encarna a los habitantes de la casa en el pasado en una representación llena de interacciones que hacen que el turista viva situaciones cotidianas en Peñafiel hace un siglo.
Por supuesto, también es una cita obligada algunas de sus atractivas fiestas que se celebran a lo largo del año. Una de ellas, y de las que más representan a la localidad, es la Fiesta de la Vendimia. Los amantes del vino se dan cita para poder hacer más de 20 catas y ofrecer a los visitantes el rico sabor de esta tierra.
Otra tiene lugar durante la Semana Santa. Es la tradicional Bajada del Ángel que fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2011. Se desconoce la fecha exacta del comienzo de esta tradición, aunque los datos más antiguos documentados fueron 1799.
Estos son sólo algunos de los lugares que merecen una visita obligada porque cada rincón de Peñafiel merece ser visitado. Pero es que eso no es todo, ya que la localidad vallisoletana cuenta con una de las mejores gastronomías del país, según National Geographic.