Hace poco más de una semana conocíamos que la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Valladolid había aprobado la contratación y licitación para la rehabilitación del Teatro Lope de Vega por 14.164.302 euros y con un plazo de ejecución de las obras de 27 meses, tras más de 20 años de inactividad por su complejo estado de conservación.
Sin embargo, no ha sido hasta este jueves cuando el concejal de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Valladolid, José Ignacio Zarandona, acompañado del equipo redactor del proyecto, ha presentado los detalles del mismo.
De este modo, más allá de confesar que esta actuación supone todo un reto para el Ayuntamiento de Valladolid, así como que los arquitectos que integran la UTE del proyecto se han encontrado el teatro en unas condiciones mucho peores a las que se esperaban, lo que explica el notable aumento del coste de la intervención, el edil ha aclarado que el proyecto contempla un nuevo teatro "moderno y polivalente, que recupere el aspecto que tenía en origen, que pueda ser adaptable a cualquier tipo de acto o evento y que esté a la altura de la época que vivimos".
Los arquitectos, Ignacio García Paredes y Óscar Miguel Ares, han aclarado que la idea es hacer del Lope de Vega "un edificio inteligente y de un gran nivel tecnológico", que responda a esa polivalencia citada anteriormente, a través de la rehabilitación, que no restauración, de un edificio que va a tener tres grandes salas: la principal, la Veinte de febrero y la María de Molina.
En este sentido, además de señalar que la intervención abarca 6.050 metros cuadrados del edificio, han explicado que los principales elementos de intervención se centran en una nueva torre escénica "con las capacidades y altura suficientes", un lucenario, un patio de butacas móvil que permita prescindir de los asientos cuando los eventos así lo requieran, y en la sala María de Molina, que se ubicará justo arriba de la sala principal y que tendrá capacidad para unas 150 personas.
Por su parte, la sala principal contará con espacio para 700 personas cuando se prescinda de las 501 butacas previstas de la siguiente manera: 292 se ubicarán en el patio de butacas, 44 en el palco P0, 77 en el palco P1, 56 en el balcón P2 y 32 en el balcón P3.
Finalmente, la sala Veinte de febrero "podría albergar una cafetería y serviría como pieza auxiliar de la gran sala, aunque también podría funcionar como espacio independiente", ha destacado Óscar. Esta podría albergar hasta un total de 300 personas.
A todo ello se suma que, dado que el parte del proyecto está financiado con Fondos Europeos que obligan a seguir determinados aspectos medioambientales, el teatro se va a dotar de numerosas placas fotovoltaicas que se instalarán en la parte superior de la torre escénica.
Los arquitectos responsables del proyecto han insistido en que a la hora de hacer el estudio del edificio, se han encontrado con "una fachada espléndida, pero con un interior bastante complejo, en muchas partes derruido, y con muchos problemas". Asimismo, han confesado que "no fue muy bien construido", de ahí que aseguren que "aunque los estudios realizados son profundos, nos seguiremos llevando sorpresas que podrían alterar el presupuesto".
Por ello, se han visto obligados a incluir "muchos tipos de estrategias", entre ellas, la de estudiar todas las patologías con una tecnología de nueve puntos y la de realizar levantamientos de la fachada e interiores en 3D para así poder acercase "con mayor seguridad" al estado real del teatro. "Va a ser una intervención más drástica de la esperada, porque está totalmente descontextualizado y desvirtuado", ha señalado Óscar.
En cuanto a los plazos de ejecución del proyecto, Zarandona ha afirmado que este ya está cerrado, que este viernes se publicará en el Diario de la Comunidad Europea y que el próximo lunes ya estarán los pliegos para que las empresas interesadas entregen sus ofertas, con plazo hasta el 10 de mayo. "A partir de ahí la mesa de contratación decidirá con rapidez la empresa adjudicataria y tras ello empezarán los trabajos", ha añadido.
El edil también ha aprovechado la ocasión para destacar que el Ayuntamiento no descarta la posibilidad de que el nuevo Lope de Vega ejerza como el Palacio de Congresos y Exposiciones de Valladolid, del que tanto se ha hablado en los últimos meses.