El caso de la pérdida de la bufanda de Angélica Ramírez Paredes, la aficionada del Real Valladolid que se quedó sin el valioso objeto con más de 30 años de historia tejido por su abuela, se ha hecho viral en la ciudad del Pisuerga.
Desde que EL ESPAÑOL de Castilla y León habló con la mujer en la mañana del martes, el ímpetu de decenas de personas, a través de las redes sociales, hicieron su magia y en la noche de ese mismo día, Ángel, se ponía en contacto con la socia número 2007 del Pucela para decirle que tenía su bufanda.
“Aún sigo asombrada con la ayuda que me han dispensado muchas personas para que haya podido recuperar mi bufanda. El sábado me la traerá Ángel a la óptica en la que trabajo y espero sacar unos minutillos para tomarme un café con él”, asegura Angélica en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
No se esperaba, ni mucho menos, esta repercusión. Ella prometió dar 50 euros a la persona que encontrara el objeto y se lo devolviera, pero Ángel los ha rechazado. Le mueve la satisfacción de devolverla sin la influencia de componentes económicos.
“Puse la noticia en uno de los grupos de amigas de EGB, para difundirlo. Cundo apareció la bufanda, una de estas compañeras vio que Ángel no quería el dinero y me propuso donarlo para la lucha y la investigación de la Enfermedad de Angelman. Ella tiene un hijo con esa enfermedad rara y necesita mucha terapia y ayuda porque nada está subvencionado”, nos cuenta Angélica.
Son 50 euros, meramente simbólicos, pero lo importante es el fin y el gesto en el Día Mundial de las Enfermedades Raras, que se está desarrollando este jueves, 29 de febrero. Angélica ya ha hecho la donación.
“Es el día perfecto para una acción como esta, aunque son solo 50 euros. Jacobo, que es como se llama el hijo de mi amiga, necesita mucho más apoyo y visibilidad”, apunta nuestra entrevistada.
Los 50 euros, para una acción de quilates.