Los Celtas Cortos conforman uno de los grupos españoles más exitosos de todos los tiempos. Allá por donde van tienen su legión de fans deseosos de verles, conocerles o escucharles en vivo y en directo.
Sin embargo, sí es cierto que esto se intensifica todavía más en Valladolid, dado que esta es la tierra donde nació la banda. Así, el hecho de que estas grandes estrellas de la música hayan comenzado su andadura musical en Pucela, hace que estos sean un emblema y algo así como un icono tanto para la ciudad como para una buena parte de sus paisanos, quienes se sienten muy orgullosos e incluso presumen de ellos de forma habitual.
Es bien sabido que los Celtas Cortos son unos enamorados de Valladolid. Prueba de ello es que se hayan dejado ver en numerosas ocasiones por la ciudad, así como que en su día confiaran en ella para crear un negocio conjunto cuando sus canciones ya llevaban años sonando con fuerza en la industria.
Este no es otro que el mítico El Tío Molonio, un bar frecuentado por estudiantes y situado en la calle de los Alamillos, justo enfrente de la Facultad de Medicina, que comparte nombre con uno de los primeros temas del grupo.
Corría el año 1994, cuatro años después del lanzamiento de la canción, cuando el grupo levantó la persiana del local para ofrecer a los vallisoletanos un lugar único donde poder relajarse y tomar algo al ritmo de la mejor música rock.
Fue todo un éxito, pero el hecho de que sus compromisos musicales fuesen creciendo a un ritmo frenético, entre otros motivos, les llevó a tener que dejar el negocio en otras manos que le pudiesen dedicar más tiempo. Hoy estas manos son las de Alberto García, que lleva al frente de El Tío Molonio desde el año 2016.
Él era un cliente asiduo porque además vivía muy cerca. Un día salió a pasear y al pasar por la puerta del bar vio que estaba cerrado y que había un cartel de 'se alquila'. Había estado allí hace unas noches y "como era mi bar favorito de Valladolid, el bar de los Celtas Cortos y una institución aquí, no me lo pensé y ese mismo día llamé al dueño por teléfono", ha confesado en una entrevista con EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León en la que también ha participado Javier Mata, el encargado.
Dado que lo que le hizo enamorarse de dicho bar fue su esencia, su decoración y la manera en la que estaba concebido, no solo decidió conservar el nombre del negocio, sino que "el local también está tal cual estaba".
"No hemos modificado nada y tampoco los anteriores lo modificaron. De hecho, ahí tenemos una parte donde están los instrumentos que tenían ellos. Nosotros seguimos con la misma esencia porque para nosotros también es importante y emocionante. Por mucho que sigan pasando las generaciones, hablas de El Tío Molonio y todo el mundo dice: 'el bar de los Celtas Cortos'", ha explicado.
Lo más curioso es que, además de no haber cambiado la decoración que los propios Celtas Cortos eligieron para su negocio, tanto Alberto como los anteriores dueños, como fieles seguidores del grupo, han mantenido el estilo de música por el que apostó la banda desde el minuto uno, el rock.
Y es que, aunque el dueño del bar sí que ha decidido incorporar "un poquito de indie", el rock sigue siendo el principal protagonista, dado que, desde su punto de vista, es una de las cosas que ayuda a que el local "siga siendo el bar de toda la vida".
Ni Alberto ni Javier recuerdan haber visto a los Celtas Cortos por el local desde que el primero lo regenta. No como clientes. Sin embargo, el dueño sí ha confesado que hace no mucho Cifuentes grabó allí un videoclip con un grupo de Valladolid: "Me dijo que guardaban muy buen recuerdo de muchas anécdotas", ha señalado.
Ahora bien, cabe destacar que los Celtas Cortos no son los únicos músicos famosos que han pasado por El Tío Molonio. También Siloé, Sienna y Sidonie. De hecho, este último "empezó a tocar aquí y ahora es una banda que puede estar de cabeza de cartel en cualquier festival. En 2020 hicieron una gira de aniversario por los lugares donde empezaron a tocar y pasaron por aquí. Hicimos un concierto privado para 90 personas", ha revelado Alberto.
El actual Tío Molonio
Hoy El Tío Molonio está concebido como "un sitio de reunión para desconectar de todo lo demás", algo así "como un oasis dentro de la ciudad". Es un bar muy cervecero y funciona a dos partes, "la de invierno, que trabajamos sobre todo con estudiantes; y la de verano, cuando la terraza permite que el bar se abra a más tipos de clientes".
Además, tal y como ha apuntado Javier Mata, el encargado del local, este bar se diferencia del resto por la cantidad de actividades y eventos que lleva a cabo a lo largo de la semana.
Los lunes ofrece a sus clientes un 2x1 de 23:00 a 00:00 horas, conocida como 'La hora Molonia'; los martes a las 21:00 sorprende con una especie de trivial denominado Quiz; los miércoles es el día de la oferta de pinta o calimocho y perrito; los jueves celebran el jueves universitario con una considerable bajada de precios; y los viernes de 21:00 a 23:00 horas organizan un bingo de lo más divertido.
Los sábados es el tuno de 'Escenario Pucela', un proyecto que demuestra la apuesta del bar por la música local y que consiste en contratar grupos emergentes de Valladolid para que ofrezcan sus primeros conciertos ante el público fiel del Molonio: "Los Celtas Cortos iniciaron los conciertos y nosotros queríamos darles continuidad para poder seguir dando una oportunidad a la gente que no tiene tanta voz", ha explicado Javier.
A todo ello se suma la actuación de un dj los lunes, jueves, viernes y sábados por la noche, así como una tarjeta de socios con la que los clientes van acumulando puntos que pueden ser canjeados por camisetas personalizadas de fútbol, cenas, entradas de cine, conciertos y un largo etcétera. "Lo implementamos porque vimos que a la gente le gustaba ser parte de este sitio. Es una forma de agradecerles y valorarles", ha añadido el encargado.
Además, Alberto García cuenta con un segundo negocio, también ligado al mundo de la música. Se trata de la sala Cientocero, definida por él mismo como "un poco el hermano mayor del Molonio en cuanto a la música y los conciertos", aunque sí es cierto que esta ofrece una mayor variedad musical. "Abrimos para eventos privados o conciertos, que suelen ser los viernes, los sábados y algún martes. El 50% es rock e indie y el resto otros géneros", ha apostillado.
Un llamamiento de apoyo a los grupos emergentes
Alberto y Javier han concluido la entrevista pidiendo al Ayuntamiento de Valladolid y a las organizaciones ligadas al sector "más apoyo" para todos esos grupos de música locales que acaban de empezar, que merecen mucho la pena, pero que no logran hacerse un hueco en la industria por no tener un altavoz suficientemente grande como para poder llegar a todos los rincones del país. "Nosotros tenemos los recursos que tenemos y nuestra voz llega hasta donde llega. Si estos grupos tuvieran un poco más de apoyo institucional sería fantástico", han espetado.