"Nos han robado nuestra tradición, esto no es el Toro de la Vega”. Tordesillas vive su martes más esperado en el calendario, el de la celebración del Torneo de la Vega, con más de 500 años de antigüedad según los escritos, pero que en los últimos años ya había sufrido su eliminación por parte de la justicia tras los alegatos de los animalistas. Sin embargo, al final, ha sido “un encierro más” donde Manjar ha demostrado su valentía y bravura, pero donde los tordesillanos se han quedado con ganas de más después de dos años de pandemia. Un torneo sin alancear no es el Toro de la Vega. El Español-Noticias de Castilla y León ha sido testigo del encierro y ha hablado con la gente del municipio.
VÍDEO | Así ha sido el encierro del Toro de la Vega en Tordesillas
En esta ocasión se había abierto una ventana a la esperanza con un posible cambio en la normativa. Todo quedó en aguas de borrajas cuando el TSJ lo denegó. Por eso, el cambio del torneo por dos encierros ha dejado muy frío al pueblo, que celebra este evento como parte de las fiestas de Nuestra Señora la Virgen de la Peña. Afortunadamente no ha habido que lamentar incidentes entre pro y antitaurinos, aunque es cierto que no se vio a ninguno a simple vista. Eso sí, la vigilancia de la Guardia Civil para evitar que pudieran producirse altercados fue constante. Un recorrido viaje y sin accidentes.
Lo que nadie puede negar es que Tordesillas una vez más ha dado una lección de civismo y ha cumplido con las normas impuestas. Ni un solo problema ni altercado.
El morlaco, de nombre Manjar y con 560 kilos de peso, inició la carrera a las 11.00 horas entre miles de personas que asistieron al festejo en la localidad vallisoletana. El toro, tras la correspondiente 'bomba', ha salido desde un cajón situado en la calle San Antonio en dirección hacia la zona de pinares de la conocida como Vega, aunque este año, una vez más desde 2016, ya no se puede alancear ni dar muerte en el recorrido.
Poco a poco los aficionados se fueron agrupando a la lo largo del recorrido del Toro. Sigue habiendo mucha cantera entre las peñas, que dan colorido al recorrido. Tampoco faltan las camisetas del Atlético Tordesillas, el equipo de fútbol, y muchas banderas. Su pistoletazo de salida en la Calle San Antolín, pero estaba claro que no era como otros años. “Aquí hace años no se podía estar y tenías que venir dos horas antes para coger sitio”, se lamenta Roberto Pérez, aficionado a los toros y tordesillano de cepa. Son muchos los que siguen apostado por este día, pero sabedores de que ya no es lo mismo.
Son conscientes de que cada año que se celebra un encierro en vez del torneo, es un paso atrás en su intento de mantener su idiosincrasia. En uno de los bares del pueblo, hoy todos llenos, se reúne un sanedrín antes del festejo. “Esto es un querer y no poder. Ni es el Toro de la Vega ni es nada”, lamentan para posteriormente añadir “nos han jodido los del Pacma y todos los perroflautas”. Su compañero de mesa da su argumento: “Ahora el toro va a morir en el matadero, sin posibilidad de ser indultado, posibilidad que sí que tendría de celebrarse el torneo como se venía celebrando con anterioridad”. Lo que tienen claro es que “es la tradición de Tordesillas” y por lo tanto es “su toro”, ante esto insisten en que “no venga nadie”.
También protestan contra la labor informativa de los medios de comunicación. “Solo vienen a contaminar y a mentir, van al morbo”, todo ello, según su opinión, orquestado por el grupo animalista Pacma. “Ellos tienen la culpa de todo, me alegro que no les dejen venir”, en relación a una manifestación que fue rechazada por la subdelegación del Gobierno.
Al final son conscientes de que el torneo del Toro de la Vega, “salvo milagro”, no se volverá a celebrar de la manera antigua. “Nos tenemos que ir acostumbrando a esto”, lamenta un miembro de la peña Cheyenes.“No podemos ni debemos permitir que vengan de fuera a imponernos la pérdida de las tradiciones y las señas de identidad de nuestros pueblos, así como el prohibir por prohibir”, es uno de los alegatos de Ricardo.
Los vecinos de Tordesillas, los que más desean el regreso de “su toro de la Vega” hacen una invitación a la “democracia y libertad” y que el resultado, “sea el que sea, sea respetado por todos, incluidas las instituciones”. ¿Qué pasaría en este caso? Pues viendo la sensación que se palpa en el pueblo, una mayoría absoluta. Aunque es cierto que son muchos los que piensan que esta tradición “ya pasó de moda”. Muchas veces no se atreven a hablar, ya que Tordesillas siente auténtica devoción por su toro.
Un toro que sienten que les han robado desde hace años. “Yo prefiero que a Tordesillas se nos conozca por nuestro famoso Tratado donde se repartió el mundo, por nuestra historia, nuestra comida y nuestra gente, uno se cansa de tener todos los años este cisco”, lamenta un aficionado.
No ha sido un martes especial. Ha sido un martes de nostalgia para muchos de los tordesillanos que siguen añorando tiempos pasados, concretamente desde antes de 2016Todo cambió desde ese año. El 19 de mayo de 2016, la Junta de Castilla y León (PP) aprobó un decreto-ley por el que quedaba tajantemente prohibida la celebración del Toro de la Vega en sus términos actuales, no permitiéndose ni la muerte ni el alanceamiento del toro. “Debido a una decisión caciquil por parte de los políticos no tenemos un Torneo del Toro de la Vega íntegro”, confiesa en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León el presidente del Patronato del Toro de la Vega, Enrique Carnero.
Política y Toro de la Vega
Las épocas de mayor esplendor se produjeron entre los años 50 y 80, pero a partir del año 2000, la presión social y el rechazo derivaron en ese Decreto Ley del año 2016.
La llegada de Vox a la política de Tordesillas ha provocado un cambio en el pensamiento. Son muchos los vecinos que apoyan su intención del pasado mes de agosto de volver a que el toro de la Vega fuera lo de antes, es decir, que recibiera muerte en el prado. El alcalde Miguel Ángel Oliveira, del PP, cree que Vox “utiliza el Toro de la Vega con un fin partidista”.
Las elecciones están a la vuelta de la esquina y muchos habitantes de Tordesillas tendrán en cuenta lo que está pasando a la hora de votar después de que el Gobierno de coalición pidiera la pasada semana que Fiscalía paralizara el toro de la Vega. “A los que no respetan la tradiciones, se lo daremos en las elecciones”, afirma Teófilo Labajos. En mayo habrá un primero plebiscito para saberlo. De momento, Tordesillas apaga las luces, cierra la polémica, hasta la próxima vez.
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