El Día Internacional de la Mujer del 8 de marzo fue declarado por las Naciones Unidas en el 1975. Dos años más tarde se convirtió en el Día Internacional de la Mujer y la Paz Internacional y es hoy cuando las distintas mujeres de todos los puntos de la tierra reivindican su papel y los derechos conseguidos a lo largo de la historia. Aunque aún queda mucho por hacer.
EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León reúne a Andrea Fernández (24 años), a Sonia Vicente Rodríguez (50 años) y a Isabel Rodríguez Llorente (77 años). La benjamina, la primera, la madre de esta, la segunda, y la abuela de la primera, la última. Viven en la localidad vallisoletana de Villalón de Campos y nos cuentan cómo ven la evolución del papel de la mujer y la adquisición de derechos de estas a lo largo de la historia en los últimos años.
Andrea, la benjamina: “El 8-M es un día en el que hombres y mujeres tienen que recordar esa igualdad”
Andrea Fernández Vicente nació en Barakaldo. Estuvo viviendo allí hasta los 10 años y al cumplir esa edad recaló en Villalón de Campos con su madre. “Había sido mi pueblo de siempre. Había venido a veranear y tenía a mis amigas aquí y también a tías y abuelos”, explica, en declaraciones a este periódico.
A sus 24 años está estudiando el Grado en Educación Primaria y trabaja, cuando puede, como monitora de Ocio y Tiempo Libre. Le gusta participar en todo lo que sea relativo o perteneciente a su pueblo, también hacer senderismo y su perra es su mayor hobby.
“Cuando era pequeña no se reivindicaban tanto los derechos de la mujer. Ahora, cada vez se hace más. Las redes sociales aportan un mayor impulso. Antes, sin estas redes, era más complicado. Bien utilizadas las nuevas tecnologías pueden servir para reivindicar derechos como estos”, añade Andrea.
La de Barakaldo, afincada en el municipio vallisoletano, asegura que “ha tenido la suerte de nacer en unas fechas en las que las mujeres ya tenían bastantes derechos” y asegura que muchas personas nacidas en su época “alucinan cuando se les dice que las mujeres no podían votar hace unos años”. “Se lo digo a mi abuela, cuando nos cuenta sus vivencias de la infancia, y me parece de película que no pudieran hacerlo, de verdad”, añade.
“Falta que cambie, un poco, la mentalidad de la gente. Creo que, a nivel de Leyes, sí que se ha conseguido una igualdad, pero a nivel social no. El 8-M es un día en el que hombres y mujeres tienen que recordar esa igualdad. Que ningún género esté por encima del otro. Hombres y mujeres somos iguales”, añade Andrea.
La joven apuesta por el mundo rural y añade que “concibe su vida en el pueblo”. Se ha independizado con su pareja en Villalón. “Si en un futuro me tengo que marchar por trabajo lo haré, pero no es lo que me gustaría. Ahora todo el mundo concibe que para triunfar en la vida tienes que estar en una ciudad y no lo veo así”, finaliza.
Sonia, la madre de Andrea y la hija de Isabel: “Tenemos más derechos. Algo hemos conseguido con el paso de los años”
Sonia Vicente Rodríguez (50 años), es la madre de Andrea. Nació en Sestao, por casualidad, porque vivía con su familia en Barakaldo, donde trabajaba en el negocio familiar, en una panadería. Ha trabajado toda la vida y dejó de estudiar cuando tenía 14 años. Se sacó el graduado escolar mientras ayudaba a sus padres en el negocio. Ahora, trabaja en el Centro de Salud de Villalón de Campos.
“Me puse a trabajar pronto. Tuve que echar una mano a mis padres en el negocio familiar. Recuerdo mi infancia con mucho cariño y pienso que antes era todo mucho más bonito. Era distinto. Ahora está todo mucho más marcado por las nuevas tecnologías y las redes sociales”, asegura Sonia.
Tras pasar por Barakaldo y recalar en Villalón junto a su hija hace 14 años, nos confiesa que “ahora su vida es mucho menos estresante” y añade que las mujeres “tienen más derechos ahora” y que “algo han conseguido con el paso de los años”.
“La lucha de las mujeres es por la participación en la sociedad y por el desarrollo íntegro como personas para conseguir esa igualdad con los hombres. Todavía tenemos que frenar los casos de violencia machista existentes, pero poco a poco va habiendo menos”, nos cuenta.
Finaliza, hablando del 8-M, que “este día tenía que ser en el que los hombres realizaran todas las tareas de casa para que las mujeres se fueran a comer por ahí” aunque añade que en esto también se ha mejorado porque ahora “los hombres ayudan más en casa que antes”. “Mi pareja me ayuda y veo que mi padre también lo hace con mi madre. Antes costaba más", explica.
Isabel, la madre de Sonia y la abuela de Andrea: "La vida ha cambiado muchísimo"
Isabel Rodríguez Llorente es la mayor de las tres. A sus 77 años. Con cuatro hijas y 5 nietos nos cuenta que se marchó de Villalón de Campos cuando tenía 17 primaveras no cumplidas y que estuvo trabajando en Barakaldo hasta que se casó en la panadería anteriormente citada.
“Recuerdo mi infancia como algo muy bonito. Tuve unos padres estupendos. Unos abuelos maravillosos. Mi padre murió muy joven, con 43 años, y tuvimos que ir a trabajar a Bilbao. La vida era maravillosa. Cambiaría mi niñez por todo lo demás”, nos cuenta Isabel emocionada.
Añade además que “la vida ha cambiado muchísimo” y que “ya no es igual nada”. Asegura, en lo que a los derechos se refiere que “para las mujeres de ahora todo ha cambiado” pero que “para las de su edad, todo sigue igual”. “Las mujeres de antes seguimos con el mismo panorama. En vez de mujeres somos criadas”, añade, aunque recalca que se ha evolucionado mucho con el paso de los años para que las mujeres tengan un espacio que se ensalza este 8-M.
“Yo viví la posguerra. Me tocó afrontarla cuando era muy pequeña y es horroroso. Hay que hacer algo con Putin”, añade hablando de la Guerra que se libra en Ucrania y destaca que habíamos tenido unos años sin conflictos armados, que sí que tuvo que vivir ella, a lo largo de sus 77 años.
Hija, madre y abuela. Andrea, Sonia e Isabel coinciden en que la situación de las mujeres ha mejorado, con el paso de los años. Este 8-M vuelven a reivindicar su posición y su papel dentro de la sociedad.