En el corazón de Santa Marta de Tormes, un cambio emblemático se está gestando, marcando el fin de una era y el comienzo de otra. El edificio que una vez albergó a la Editorial Anaya, un gigante en el mundo del libro educativo desde su fundación en 1959 por Germán Sánchez Ruipérez, está siendo cuidadosamente desmantelado, dejando solo su estructura a la vista.
Tal y como ha podido conocer El Español de Castilla y León, el proyecto, ambicioso y lleno de respeto por el pasado, busca transformar este espacio de cerca de 5.000 m2; en una moderna residencia para mayores. El nuevo edificio, que preservará la estructura original mientras se le añade una ampliación, contará con tres plantas más una baja y un ático, ofreciendo 80 habitaciones, tanto dobles como sencillas, capaces de acoger a más de 120 residentes.
La decisión de convertir lo que fue un emblema de la educación y la literatura en un hogar para la tercera edad no ha sido tomada a la ligera. Se presenta como una solución llena de sensibilidad hacia un edificio que, aunque inactivo durante casi tres décadas, sigue siendo un hito en la localidad. Esta reconversión además de rendir homenaje a la importancia histórica y cultural del lugar también atiende a una necesidad social creciente. Santa Marta de Tormes, con una población de 15.000 habitantes, de los cuales 2.931 superan los 65 años, ya cuenta con tres residencias para mayores. Sin embargo, la adición de este nuevo espacio promete ofrecer un recurso valioso y necesario para el cuidado de la población envejecida.
El proyecto ha superado ya las primeras fases administrativas, obteniendo la licencia urbanística necesaria para llevar a cabo la rehabilitación, reconstrucción, y reforma del edificio. La obra promete ser un proceso meticuloso, que mantendrá la esencia de la estructura original mientras se adapta a las necesidades actuales y futuras de sus nuevos ocupantes. Además de las habitaciones, la residencia contará con baños adaptados, comedores, salas de estar, despachos y salas de reuniones, y amplias zonas comunes diseñadas para promover el bienestar y la interacción social entre los residentes.
A medida que la estructura se despoja de su antigua piel para recibir una nueva, desde el exterior, ya se puede vislumbrar el final de un capítulo significativo en la historia de la localidad. Pero este final no es más que el preludio de una nueva historia que se escribirá dentro de sus muros, una que continúa demostrando el respeto y el valor que la sociedad de Santa Marta de Tormes otorga a sus mayores y a su rico pasado. Este proyecto no sólo asegura un futuro para el edificio, sino que también asegura que el legado de la Editorial Anaya y su contribución a la cultura y la educación sean recordados y celebrados por las generaciones venideras.