Podemos preguntar quién es Víctor Samarkanda. La respuesta más correcta es que se formó en la Universidad pública y privada de Salamanca y con algunos de los mejores profesionales de Hispanoamérica en superación personal. A partir de ahí, se autodefine como pensador, formador, escritor, artista visual plástico, diseñador ilustrador, caricaturista, cómico, conferenciante, productor de espectáculos de sala, calle y televisión; y sobre todo profesional de la imperfección, Máster en locura, Doctor en ridiculez y absurdidez y por último y no menos importante experto en la positivización de fracasos.
... y en una última frase podríamos resumirle como "una persona que sin ser un personaje fue tan auténtico que no vendió su alma al diablo, sino todo el paquete... las orejas y el rabo". Acaba de publicar su último libro 'La magia de tu alegría', dedicado a los que "entienden y además sienten. Hay música extranjera que no se entiende, pero se siente y te llega. Este libro quizás no lo entiendas, pero te llegue y lo sientas...".
- ¿Cuántos años lleva viviendo el mundo cultural de Salamanca?
Creo que desde que tengo uso de sentido estético, porque la verdad es que Salamanca siempre me ha emocionado. Es una ciudad en la que habla cada esquina, cada piedra y, al final, para tiene un mensaje, ¿qué hacer con esto?
- ¿Y Salamanca tiene vida cultural?
A veces parece un parque temático, pero a lo mejor no es tanto el parque temático en el sentido de que tiene mucho que ofrecer, pero siempre es mejorable. Se puede estar mejor, pero también peor, con lo cual, creo que se está a gusto aquí.
- ¿Mejorable en qué?
Quizás a veces pasa como, por ejemplo, en sitios que parecen como de cartón piedra, que a lo mejor detrás no hay algo tan profundo y estructurado, simplemente lo de fuera es muy bonito y también por dentro hay que echarle mucho más, deslomarse más para que eso, no solamente digamos de lo de antes, que fue gente maravillosa que hizo de todo esto algo increíble, sino también aportar nuestro granito de arena.
- Salamanca también es una tierra de muchos creadores.
Yo creo que sí, que eso es innegociable. Aquí nombres aparecen por todos lados en diferentes artes. Somos una buena cantera de gente creativa, artística y, de hecho, uno va por el mundo y tiene un nombre, una marca maravillosa que creo que está muy bien ganada a pulso, Salamanca.
- ¿Entonces, vende la marca Salamanca?
Muchísimo. La verdad es que a pocos no le gusta la cultura y bucear. La estética del hilo casi fue, por así decirlo, la génesis de muchas cosas en el mundo. Esta ciudad que nos parece tan una más, no fue una más.
"La sensación más potente que tengo en el ámbito personal es la superación. De alguna forma, no tanto a seguir moldes como crear nuevos caminos"
- ¿Y en todo este mundo cultural salmantino que vende Víctor Samarkanda?
La pregunta es tan buena que déjame dos o tres segundos, lo que te demuestra ser muy natural. Para mí, la sensación más potente que tengo en el ámbito personal es la superación. De alguna forma, no tanto a seguir moldes como crear nuevos caminos. Me gusta mucho el mestizaje, la fusión. Me gusta mucho, de alguna forma, abrir nuevas puertas y, sobre todo, la creación. La creación en el sentido de la palabra más grande y en mayúsculas, no la repetición de modelos, ni la copia de nada, porque el otro ya está inventado. Creo que lo fresco, lo que rompe, lo que llega a un lado, lo que es auténtico.
- ¿Y la producción en Salamanca?
Es muy complicado, porque al final, detrás de la producción está, nos guste más o menos, la palabra dinero, que como se dice poderoso caballero, y al final, si te das cuenta, va muy unido a ciudades muy potencialmente industriales, a producción, porque al final dependen del dinero. Entonces, como el fútbol muchas veces, aunque es un símil un poco raro de entender, pero curiosamente el equipo de fútbol que tiene un gran soporte económico detrás es muy potente. También pasa muchas veces con el tema de la cultura, donde hay que pagar nóminas, por ejemplo.
- Los que le conocemos sabemos que también tiene una faceta en lo que son los pueblos de la provincia.
Quizás sean los grandes olvidados. De alguna forma parece que simplemente la capital es Salamanca. Pero Salamanca es su capital y su provincia, y creo que a partes iguales. De hecho, mucha gente salmantina viene de pueblos y todos tenemos un abuelo, un pueblo en nuestros orígenes. Con lo cual, para mí es una especie también como de cada reto personal, de que en mi caso son mis orígenes, son mis padres, son mis abuelos, es mi patrimonio emocional de infancia y me parece que son maravillosos. Me parece otro parque temático de sensaciones.
- ¿Y los pueblos qué demandan?
Los pueblos piden, como todos, cariño y atención. Y lo más clave, es que al final la atención es un bien muy limitado. Si te pones a analizar la gran reivindicación de un pueblo con sus fiestas, te das cuenta de que compiten por lo que sea más grande, que se hable más de ellos y, al final, todo se reduce en cariñito. También, a veces, nos piden que vayamos a verlos, nos piden que los pateemos, y creo que es lógico.
- ¿Qué espectáculo lleva Víctor Samarkanda a los pueblos?
Personalmente me atrevo a hacer cosas que a mí me parece que son totalmente innovadoras, muy bonitas y diferentes, como llevar a un pueblo pequeñito a Salamanca, a París. ¿Por qué digo llevar París? Te pones a pensar en París y tienes mucha cultura, pintura... Entonces yo tengo un espectáculo. También soy dibujante, pintor. Llegamos pintores, dibujantes y caricaturistas a pueblos, y para mí que unos niños durante tres horas tengan esa impronta de ver a cinco dibujantes haciendo dibujos rápidos, caricaturas en directo, me parece muy bonito. Realmente es más profundo con respecto a una verbena orquestada o de otro tipo de hinchables, u otro tipo de cosas.
- ¿Cual ha sido su última gran producción?
Mi última gran producción, en la que llevo trabajando, es la Gala del Amor y del Humor, que estoy muy contento. Si no hay pandemias ni rusos cabreados, lo conseguiremos en febrero. Aparte, también de hacer el primer retiro de humor en Salamanca. Retiro de humor salvaje. Me parece que es energéticamente maravilloso y el humor tiene mucho de energía. El humor es una energía muy alta y muy bonita.
- ¿Qué acogida tiene en la ciudad esa veterana Gala del Humor?
La primera fue hace 13 años y la última ha sido hace tres o cuatro meses, en febrero, concretamente. Pues maravillosa, porque estamos en plena Ómicron, paseaba por Salamanca, y digo, va a ser un fracaso, porque si no veo gente en las calles y restaurantes, qué me hace pensar que hay dos mil personas en un palacio de congresos. Al final, me doy cuenta de que la gente de alguna forma necesita experiencia en sentirse vivo, sentirse parte de algo. Y, sobre todo, cuando ofreces esa especie tan bonita de reírse y reírse en compañía y de risas entre amigos, hace que no falle.
- La pandemia partió todo.
La pandemia fue en conjunto. La cultura fue una especie de Darwin, por así decirlo, biológico. Otra vez la selección de especies. Y al final, como todo el que tiene esa determinación, esa constancia, esa fe descomunal, está ahí y es como la vida misma. Son cambios, son ciclos. Y a mí personalmente me creo que ha sido una gran maestra.
"La pandemia fue una especie de Darwin biológico. Otra vez la selección de las especies... Y a mí, me creo que ha sido una gran maestra"
- Se comenta en el mundo cultural que si no están las instituciones, como el Ayuntamiento, la Diputación o la Junta detrás, no hay cultura en Salamanca.
Pues sí, pero básicamente porque son quizá los soportes más fuertes. Al final, la cultura, nos guste o no, siempre va unida a mecenazgo, sin analizar en el siglo pasado u otro tipo de tiempos. Hay grandes mecenas que son condes, nobles, duques, y lo mismo se puede llamar a eso técnico de cultura, concejales y va muy unido. Al final, nos guste o no, también el artista come y tiene que pagar sus facturas y sus nóminas y sus seguros. Quizás es por eso por lo que también apuesto que, muchas veces, la independencia da más libertad y más creatividad y más autenticidad, sin depender de una institución para que te contrate. Al final te hace muy cliente unos de otros, y también te quita mucha libertad y mucho espacio y mucha autenticidad, mucha frescura.
- Háblenos de su último libro.
Te muestro la portada, la contra y el booktrailer del mismo, así todo es más de película, porque este libro es un viaje personal compartido con el lector de emociones, sensaciones y experiencias. Sé coautor con Víctor Samarkanda, es tu oportunidad para debutar y sacar el ángel que llevas dentro. ¡Víctor Samarkanda te acompañará! Incluye la pluma bolígrafo de la alegría para que todo sea tan especial como tú. El motivo de la existencia de este libro, 'La magia de tu alegría', no es otro que inspirar a las personas que pierden humor, pelo y vitalidad, para que su día a día sea un poco más pleno y mágico, con mucha más belleza y sin necesidad de cremas. Regresar así a la infancia más personal y luminosa de cada uno. ¡Viva la alegría!
- ¿Algo más que quieras decir?
Simplemente que el ser humano siempre se queja de las cosas, de pensar como deben hacer las cosas. Y a lo mejor siempre se puede pensar que todo es muy mejorable, se puede estar mejor, pero nunca valorar a nadie cuando uno está peor o puede ser peor. Yo me remito a cualquier país de Suramérica o de África, o simplemente a gente que está enferma, que nunca le puedes decir que realmente se puede quejar. Si estás en Salamanca o Castilla y León, también hay que valorar lo que tenemos en ese sentido. Entonces, para mí, cada día es una mini vida y, sobre todo, la sensación de que a veces, cuando hay problemas o cosas que no nos gustan, yo me lo tomo todo como que parece que elijo lo que me está pasando, y así creo que uno sufre menos, tiene mejor energía y, de alguna forma, es más positivo y construye más cosas.