1.200 participantes desafían a la lluvia en la Marcha de Vilvestre

Con una temperatura agradable, pero la amenaza de lluvia fue incensante en el previo al comienzo del recorrido, cerca de 1.200 personas participan en la XXII Marcha de Senderismo Arribes del Duero. Un camino por las sendas y veredas de Los Arribes más sugerentes y atractivos.

Un gentío impresionante, sin duda, que acredita a esta cita senderista como una de las más importantes de la provincia de Salamanca de las muchas que se celebran en estas fechas finales del invierno y durante la primavera.

Tras la retirada de acreditaciones en la plaza del pueblo y la entrega de un recuerdo a cada uno, comenzó la marcha, que tenía un recorrido de 14 kilómetros. Excelente organización por parte del Ayuntamiento, que había dispuesto guías para que dirigieran a los diferentes grupos que se iban formando, de entre 50 y 100 personas. La jornada discurrió así sin contratiempos.

Los caminantes, por angostas veredas flanquedas de alcornoques, encinas, enebros y zambullos, pudieron conocer lugares de belleza sin igual en pleno Parque Natural de Arribes del Duero. Partiendo desde el Rollo de Justicia recorre la villa para llegar al Castillo, desde aquí coger el sendero que llevará por zonas de abundante vegetación autóctona, singulares construcciones y caprichosas formaciones rocosas.

Pasa por las Huertas y toma el camino de Traosierro para dirigirse hacia el Arroyo de la Nava, donde descubre la casa y los corrales que antiguamente usaban los cabreros.

En un serpenteante descenso llega hasta el arroyo, que cruza por el famoso Puente de Piedra. Y desde aquí asciende hasta La Nava, donde habrá un pequeño descanso para recuperar las energías.

A continuación inicia un suave descenso, siguiendo el curso del arroyo, y disfrutando de la vista del Castillo Las Bonas, una impresionante formación rocosa que sirve de refugio a especies protegidas de aves.

En el final del trayecto recaba en Los Baños para encaminarse hacia La Barca; donde descansar del camino y deleitarse con una suculenta comida mientras se contempla las tranquilas aguas del Duero.

Sin lugar a dudas que una jornada excelente de naturaleza y ocio por las siempre sugestivas, únicas y abruptas laderas del Duero en los arrib es salmantinos.

FOTOGRAFIAS LUIS FALCAO