A los pies de la Catedral de León se erige un reducto de pasado. Una puerta al siglo XIX conservada en perfecto y bello estado; una vivienda perteneciente a una de las familias más importantes del León del siglo, la de Sierra-Pambley, conservada en su gran parte. Se trata del Museo Sierra-Pambley, que abrió sus puertas hace 15 años con el objetivo de ofrecer una visión “muy completa y veraz” de la forma de vida de las élites sociales del siglo XIX, así como la labor pedagógica de uno de los docentes más importantes de la época, Francisco Sierra-Pambley, tal y como explica Miriam Badiola de la Agencia Ical.
El museo, además de este modo de vida “privado y doméstico”, también se ofrece “todo el espíritu en cuanto a los avances científicos derivados de las revoluciones industriales” y “la modernidad en la vida pública”, a través de la Sala Cossío, destinada a mostrar la tarea de Francisco Sierra-Pambley, creador de las escuelas que llevaban su nombre y que “dieron la oportunidad de estudiar a gente que no lo habría podido hacer en ese momento y con métodos pedagógicos muy avanzados vinculados a la Institución Libre de Enseñanza”.
El centro, según recuerda su directora, Patricia Centeno, abrió sus puertas en julio del año 2006, aunque para llegar ahí fue necesario un periodo de cinco años de acondicionamiento de las instalaciones y de obtención de la financiación. No obstante “ya desde la recuperación de la Fundación y la creación del nuevo Patronato de la misma, en 1979, se intentó recuperar el espíritu previo a la Guerra Civil”, por lo que “desde el primer momento existió la intención de que el espacio se pudiera abrir algún día a la visita pública”.
Visitas guiadas
Era tal la intención de musealizar la vivienda que “las notas de prensa de la época de recuperación de la Fundación ya hablaban de que en algún momento la casa se abriera a la visita pública”, aunque “hubo que esperar hasta 2006”, para lo que se necesitó también un periodo de “búsqueda de financiación”, ya que a pesar de ser sufragada con fondos propios, “se necesitaron subvenciones para su adecuación y restauración”.
El Museo Sierra-Pambley funciona mediante visita guiada, “con un acceso muy limitado en cuanto al número de personas”, para garantizar su mejor apreciación. Centeno reconoce que “la gente se va fascinada con el Museo, tanto con la casa, que es estupenda y será de las mejores colecciones conservadas de España, como del espíritu de la Fundación y de las Escuelas”. Tal es su encanto que desde su apertura hasta marzo de 2020, fecha en la que tuvo que cerrar debido a la crisis sanitaria, recibió un total de 114.058 visitas, con una media de 8.416 personas al año.
Sin embargo, la directora el espacio museístico lamenta que este “sigue siendo uno de los grandes desconocidos de la ciudad”, de manera que “todavía hay mucha gente de León que no lo ha visitado porque no es uno de los sitios a los que acudir de primeras por el visitante”, a pesar de que “resulta ser una sorpresa para todos ellos”.
En este sentido, el gerente de la Fundación Sierra-Pambley, Mario de la Fuente, destaca que el Museo ha llegado a estar “en el tercer y cuarto puesto de atracciones de León de ‘Tripadvisor’” debido a “comentarios de gente a quienes les sorprende porque no lo conocen y porque muestra una época muy distinta a lo que se puede esperar en la ciudad”. “Tienes la Catedral y San Isidoro y, de repente, te encuentras con el siglo XIX y con una familia con preocupaciones por la formación y eso sorprende mucho”, apunta.
Reflexión
Con la llegada de pandemia, la actividad del centro se vio paralizada, así que según recuerda la directora “se decidió fomentar el uso de redes sociales como medio de comunicación con los usuarios”, al tiempo que se aprovechó para “reflexionar sobre qué se estaba haciendo hasta ahora y cómo se podría mejorar”. También se llevó a cabo “mucho trabajo interno de investigación y almacén”.
Gracias a ese proceso de investigación de los elementos almacenados, Cristina Centeno reconoce que se han podido incorporar nuevas piezas a la exposición, mientras que se mejoraron aspectos de mantenimiento y restauración. Asimismo, se plantea acoger actividades como exposiciones temporales, seleccionar mensualmente una ‘Pieza del mes’ o mostrar piezas restauradas en aras de ofrecer “contenidos dinámicos” a mayores del museo estático “cuyo valor es que nada se haya cambiado, sino que se haya conservado”.