Lorenzo Rodríguez era uno de los nombres de la formación naranja que abandonaron el partido tras las primarias nacionales. Rodríguez, una de las personas más mediáticas de Burgos, es alcalde de Castrillo Mota de Judíos y también vicepresidente primero y portavoz de la Diputación Provincial, tras el pacto de gobierno de PP y CS en 2019. Aunque anunció que no se presentaría por CS, al final va como alcaldable de la mano de Ciudadanos, eso sí, como independiente.
Pregunta: vicepresidente, qué rápido pasan cuatro años.
Respuesta: Pues sí, han pasado cuatro años muy rápidos desde que empezamos. También hemos pasado dos años difíciles con la pandemia y la guerra. Nos ha tocado una legislatura un poco difícil, en la que hemos tenido que estar al pie del cañón. Además, como en 2020 era el que presidía todas las comisiones de seguimiento de la pandemia, tenía que tomar decisiones. Cuando me comunicaban que mucha gente moría en las residencias, era penoso. Son cuatro años que han pasado muy rápidos, de los que dos han sido muy duros, aunque se nos ha hecho corto este periodo.
P: ¿Con qué se quedaría de esta legislatura como vicepresidente de la Diputación de Burgos?
R: Me quedaría con lo que uno aprende, y con lo que, como vicepresidente, he querido implantar en la Diputación. Cuando empezamos, allá en 2019, alcanzamos un acuerdo con el Partido Popular con 62 puntos. Exactamente los que hemos cumplido. Hemos dado un cambio importante a la Diputación de Burgos en el funcionamiento, en lo que tiene que ser la gestión y relación con los municipios. Estamos muy contentos en haber dado más autonomía a los ayuntamientos. Es una cuestión que, como alcalde de un pueblo pequeño, siempre he pretendido. Me quedo con todo el trabajo de los funcionarios de la casa, que son muy buenos, y el trabajo que ha hecho el grupo de Ciudadanos, que ha sido muy intenso. No siempre se ve la labor que uno hace, porque soy de las personas que dice que, cuando uno coge un cargo, tiene que estar dedicado exclusivamente a él. Es a lo que me he dedicado estos cuatro años, a trabajar con ilusión. Por supuesto que me habré equivocado, porque, como decía mi difunto abuelo, el que no toma decisiones no se equivoca. Yo me puedo arrepentir de decisiones que he adoptado, pero las he tomado eligiendo el bien de Burgos. La provincia ha cambiado mucho y me alegro de ello. Me quedo con otras cosas en la recámara que no hemos podido acabar, como la evaluación de puestos de trabajo, en dar el toque final a lo que tiene que ser el personal y el trabajo en la Diputación. Pero bueno, creo que el bagaje es muy bueno, salgo muy satisfecho del trabajo realizado. Yo sé que habrá gente que dirá que no se ha hecho nada, pero a la Diputación de Burgos le hemos dado un cambio importante gracias al equipo de Ciudadanos y a mis compañeros. Y, por supuesto, como no puede ser de otra manera, al equipo de Gobierno junto con el Partido Popular. Hemos sido compañeros de viaje trabajando conjuntamente con confianza entre nosotros, y creo que se ha notado en la Diputación.
P: ¿Qué le hubiera gustado ultimar y se le ha quedado en el tintero?
R: Como dije anteriormente, necesitábamos un tiempo más amplio para dar ese impulso que tiene que ver con la autonomía de los ayuntamientos. Mi idea era conseguir que la Diputación, no solo se dedique a dar servicio jurídico y asesoramiento a los ayuntamientos, sino que tiene que desaparecer la idea de que las diputaciones están para repartir dinero. Las diputaciones hacen una gran labor, y a mí me gustaría que todos los partidos comprendan esa grandísima labor para los municipios. Y si algo debemos, y lo digo como alcalde, a las diputaciones, es el trabajo y el servicio que hace por nuestros municipios, sobre todo los más pequeños. Hoy en día, los municipios sin las diputaciones no tendrían valor.
P: ¿Qué sería de esa inmensidad de municipios pequeñitos, que muchos ni superan los cien habitantes, como en Burgos o Salamanca?
R: Como alcalde de Castrillo Mota de Judíos he tenido muchas conferencias, he viajado a varios países, y cuando les dices que un pueblo tiene 50 o 100 vecinos, te dicen que cómo puede haber ayuntamientos con esa población, cuando lo normal entre ellos son los 50.000 por ejemplo. Es otra cuestión que ha quedado aquí pendiente. Yo soy, como alcalde de un pueblo de 60 vecinos, valiente, como deber ser todos los demás, para hacer frente a una reestructuración de los municipios sin perder su entidad.
Hay que ser conscientes que tenemos que llegar a una reagrupación en comarcas para poder dar servicios. Hablamos todos de la despoblación y de que los pueblos no tienen servicios. Lo que ocurre es que tenemos que considerar, que yo como alcalde de 50 vecinos, me gustaría tener un médico y un consultorio, pero no se puede. Es mejor tener uno entre agrupaciones, en un municipio a diez o veinte kilómetros, que no querer tener el mío en el pueblo, porque no hago más que perjudicar a mis vecinos. Los alcaldes tienden a ser egoístas. Queremos tener el voto, pero hay que ser conscientes de que para que el mundo rural siga adelante tenemos que agruparnos para dar el servicio por comarcas.
Es el ejemplo de Cultura. En la Diputación existían subvenciones de cultura para cada Ayuntamiento con su proyecto. Cuando llegamos lo dijimos, no vamos a dar subvenciones más que a la comarca para hacer un proyecto conjunto, porque tenemos que acabar con la idea de que hay un proyecto cultural en mi pueblo y otro en el vecino a diez kilómetros. Si unimos esos proyectos, traemos a la gente para hacer turismo. Tenemos que acabar con esas individualidades. Hemos conseguido mucho, pero todavía nos falta un salto de unos años para que los alcaldes entiendan que tenemos que ser comarcas. Esto no quiere decir que porque no tengamos el centro médico, la piscina o el polideportivo, estemos acabados. Tampoco podemos permitir que los grandes partidos pretendan dejar siempre un municipio de cabecera, y todos los demás sin servicios. Eso no funciona así. Los alcaldes tienen que saber y, yo creo que ya hay alcaldes jóvenes, que están dándose cuenta y entienden que el futuro de los municipios pasa por las mancomunidades, por la unión de ayuntamientos.
"¿Son las infraestructuras, o tenemos que cambiar la mentalidad de las personas para que vayan a vivir a los pueblos?".
P: Usted conoce, como vicepresidente y alcalde, la Ley de Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León. Y a raíz de lo que acaba de decir, ¿qué le parece el plan que ha presentado la Junta?
R: Ya estuve de alcalde en 1986 con 21 años. Lo dejé. Volví en 2007, y voté en contra, porque entiendo que lo que se quería hacer era quitar el voto a los municipios y obligarles a ir donde no querías, y eso no es así. Si somos capaces, yo lo expliqué cuando Ciudadanos estaba en el gobierno, de hacer una unión de ayuntamientos, en cuya agrupación todos tengan derecho a votar y con el 75% de ayuntamientos se tomen decisiones importantes, estamos todos de acuerdo. Lo que no se puede aceptar es que con el 50% de población se puedan tomar decisiones que afecten al resto de municipios, y, de esta manera, puedan cambiar lo que quieran y quiten el derecho a los municipios pequeños. Tenemos que ser todos suficientemente listos y entender que todo el mundo tiene derecho a votar. Mi pueblo con 50 vecinos tiene derecho a votar y entiendo que si en una comarca hay setenta ayuntamientos y el 75% de ellos toman una decisión, hay que respetarla. Lo que no se puede respetar es que 60 ayuntamientos de una comarca, dos con población del 50% quieran decidir donde se va a invertir. Eso es lo que no puede ser y la Junta debe entenderlo.
P: Respecto a la despoblación, ¿debemos cambiar la mentalidad de las personas para que vivan en el mundo rural?
R: Algunos dicen que el mundo rural no tiene carreteras, no tiene medios, no tiene infraestructuras. Yo creo que sí. Yo he nacido en mi pueblo, y desde pequeño me crié allí, íbamos al colegio veinte niños. Ahora no hay ninguno. Las calles eran de barro, no había luz como hay ahora, no había agua en las casas y vivía gente. Ahora resulta que tenemos agua, tenemos calles asfaltadas, tenemos centros médicos y culturales, tenemos de todo y no hay gente. Entonces, ¿son las infraestructuras o tenemos que cambiar la mentalidad de las personas para que vayan a vivir a los pueblos? Porque no es cuestión de dinero. En mi pueblo podemos invertir, pero hay que mentalizar a la gente que en los pueblos se vive bien y la gente joven, hoy en día, por desgracia, tiene derecho a pensar y vivir donde quiera. Antiguamente, todos los que hemos vivido en los pueblos, sabemos que vivían seis familias de guardias civiles, los médicos también, los maestros igual. Ahora trabajan también, pero quieren ver gente, movimiento, juerga. Por eso, cuesta mucho cambiar esa mentalidad. No se cambia con dinero, se cambia con corregir la vida. Pero es difícil que a la gente joven, según la estamos educando, cambie esa visión de que en los pueblos no se vive bien. Esa idea es la que tenemos que modificar en los pueblos. Desde que me hice cargo de Sodebur, tuve la idea de trabajar con todas las empresas y con todos los emprendedores de la provincia, y si invierten en un pueblo de menos de 200 habitantes, les daremos hasta el 70% de la inversión. Y, en ese sentido, es como hay que trabajar en el futuro.
P: ¿En qué situación está la Sociedad de Desarrollo de la provincia de Burgos, Sodebur?
R: No es bueno que lo diga yo, pero si algo hay en la provincia que reconoce la gente es el trabajo que hemos hecho en Sodebur. Una entidad que ha trabajado por el desarrollo, por el emprendimiento y por el mundo rural. Hemos conseguido crear muchos negocios nuevos en la provincia. Cuando tomé posesión de Sodebur se dieron microcréditos a cero intereses, porque los que venimos de la vida privada, que hemos vivido en los pueblos, sabemos lo que necesitan. Cuando creas un negocio en un municipio es cuando se le tiene que ayudar. No puede ser que cuando ya tienes un negocio te quieran dar dinero para ese negocio, hay que ayudarles cuando se crea, aunque también cuando presten servicios esenciales en los pueblos. Si un emprendedor es joven y monta un negocio, pongámosle una alfombra roja y démosle facilidades. Los ayuntamientos tienen que ser conscientes de ofrecer todas esas facilidades, y muchas veces cuando vienen y dicen que quieren edificar, darles el terreno gratis.
Los pueblos tienen que conseguir que la gente que nació vuelva los fines de semana. Los municipios, lo tengo muy claro de siempre, si invierten en turismo no es gastar dinero. Invertir en turismo es una inversión que cada euro que inviertes repercute en 100 € con el tiempo. Por eso digo que el turismo es lo principal. La Diputación de Burgos es pionera en Sodebur en una cosa, como es conceder ayudas a la gente que ofrece servicios en los municipios. El año pasado sacamos una ayuda para todos aquellos que dan servicio al municipio rural, al panadero o al carnicero, una ayuda para que no dejen de ir, porque estamos viendo que todo el mundo da ayudas para que se creen negocios. Qué pasa con el que ya tiene el negocio, que no le estamos ayudando. Todo el mundo que tiene un negocio en el mundo rural, ayudémosle.
De otra parte, en la creación de nuevas empresas. Si queremos desarrollar el mundo rural, a los municipios pequeños la Junta debe subvencionar el 75%, el 20% que lo ponga la Diputación y los más pequeños pongamos el 5% o el 10%. Eso es ayudar en las subvenciones, que es lo que hemos hecho desde Sodebur. Además, hemos ayudado a la digitalización de todos los negocios de la provincia de Burgos, restaurantes, empresas y hoy en día, si por suerte hablas con cualquier empresa, estamos siendo reconocidos.
"Cuando estás en un municipio y los vecinos te lo agradecen y tienes reconocimiento internacional, eso te llena en el pueblo".
P: ¿Qué provincia deja después de cuatro años?
R: La provincia de Burgos tiene mucho futuro. Tenemos paisajes y tenemos tres patrimonios de la humanidad, como también gastronomía y vino. Ya lo teníamos, no los he puesto yo. Pero hemos ayudado, porque cuando tienes una catedral como la de Burgos, si piensas que ya vendrán a verla, malo. Como provincia y como capital tenemos que hacer que la gente acuda a esta provincia. Además, en 2019, Burgos era la segunda provincia de turismo de interior, en 2022 seguimos recuperándonos y, este año, seguramente seremos la primera. La idea de que Burgos era provincia de paso de un día y se marchaban tenemos que conseguir cambiarla, para que la gente venga una semana. Si algo hay que crear, son los paquetes turísticos que la gente encuentra en internet. Hay que ofrecerles paquetes turísticos, que es lo que nos ha llevado a crecer todo lo que hemos crecido, el 28% más que la media de toda la región. ¿Por qué? Porque las cosas se han hecho bien.
P: Usted dejó Ciudadanos, siendo persona destacada de la formación en Burgos.
R: He estado ocho años en Ciudadanos. Llevo como alcalde ya 20 años, de los que ocho han sido dentro de esta formación. En política hay que ser honestos. Yo estoy en la Diputación, primero porque soy alcalde, pero hay que reconocerlo, si estoy aquí también es gracias a Ciudadanos. Un partido que vino con una idea que no compartía, porque nunca han entendido la labor de las diputaciones. Ello se debe a que cuando crearon Ciudadanos no conocían la labor de las diputaciones. He discutido internamente muchas veces, porque me da pena que a las diputaciones no se les reconozca el trabajo que hacen. Pero hemos conseguido cambiar esa idea preconcebida de estas instituciones, porque hay mucha gente que dice son el lugar donde van los elefantes a morir, y es un error. Mi ilusión es trabajar por esta provincia y para ello, las diputaciones son necesarias.
Ya dije que tenía diferencias con CS y, tras ocho años, dejé todos mis cargos. Tenía cargos nacionales, regionales y provinciales, donde he trabajado ocho años muy duro. Dejé el partido con 330 concejales y 120 representantes en ayuntamientos. Cuando en 2015 llegamos a la política no teníamos a nadie. Mi ilusión es trabajar con todos los proyectos que tengo en mi pueblo, que son grandes y es lo que más ilusión me produce. Porque, al final, cuando estás en un municipio y los vecinos te lo agradecen y además tienes reconocimiento internacional, eso te llena en el pueblo. Y cuando la gente dice no te marches, quédate, creo que es lo importante en un Ayuntamiento.
P: ¿Desea puntualizar algo más?
R: Pues sí, me gustaría seguir trabajando cuatro años en la provincia, pero nunca se puede. Yo creo que los políticos tenemos que tener dos cosas muy claras. Cuando te presentas en unas elecciones tienes que mentalizarte que son cuatro años. ¿Qué pasará después? Nunca se sabe. De momento, son cuatro años que acabarán el día 23 de junio, tras las elecciones del 28 mayo. Veremos qué pasa. Si el pueblo me deja seguir en Castrillo, encantado.
P: ¿Le gustaría seguir en la Diputación de Burgos?
R: Sí, me gustaría seguir trabajando en la Diputación. Si no se puede, no pasa nada. Veremos lo que hacemos tras el 28 de mayo.
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