Una mujer de 26 años ha sido detenida por la Policía Nacional como presunta autora de un delito de estafa, la víctima habría sido la dueña del establecimiento en el que trabajaba.
La perjudicada acudió a la Comisaría Provincial para denunciar la sustracción de su teléfono móvil en su lugar de trabajo. Al parecer, y según pudo explicar, durante el horario de mañana de su jornada laboral había dejado el terminal sobre una mesa en la zona del almacén de su establecimiento, percatándose más tarde de que no estaba en el lugar en el que lo había depositado.
La zona del almacén solo era accesible para la plantilla, puesto que la puerta se encontraba cerrada y solo ella tenía llave, circunstancia que le hacía sospechar de una empleada que realizaba el turno de trabajo en esa misma mañana.
Al mismo tiempo, se pudo comprobar que desde el terminal móvil sustraído alguien había accedido a distintas cuentas bancarias de la entidad de la perjudicada y realizado 14 transferencias a otra cuenta por valor de algo más de 9.000 euros.
Los investigadores hicieron las indagaciones necesarias y pruebas identificación plena de la persona sobre la que recaían las sospechas. De esta manera, se pudo constatar que las transferencias se habían llevado a cabo pocas horas después de la sustracción del teléfono móvil y la trabajadora era la titular de la cuenta beneficiaria del dinero transferido.
Los agentes procedieron a la detención de la joven -que ya había sido detenida en Burgos en distintas ocasiones- imputándole en este caso un presunto delito de estafa, por el que pasó a disposición de la Autoridad Judicial.