La Comisión Europea decidió consultar a diferentes expertos, entidades y administraciones estatales y regionales su opinión sobre cuál es la situación vinculada a la protección de lobo en la Unión Europea y que decisiones consideraban que se debían tomar. Bruselas propuso rebajar la protección del animal de "estrictamente protegido" a "protegido", una decisión que deberán discutir y consensuar también el Parlamento Europeo, que este lunes debatió sobre esta decisión en la Comisión de Agricultura y volvió a constatar sus diferencias sobre el asunto.
Por un lado, el eurodiputado conservador Herbert Dorfmann señaló que la protección actual del lobo “no ha funcionado” y que los costes que deben afrontar los ganaderos “son enormes”. “Hay ganaderos que tienen que abandonar sus actividades en las zonas que hay lobos”, aseguró el representante del Partido Popular Europeo (PPE), que es el más grande del Parlamento Europeo. “En algunas zonas rurales desaparecerá la última chispa de conexión con la Unión Europea”, añadió Dorfmann.
En cambio, la eurodiputada socialista Clara Aguilera apuntó que, tal como había dicho anteriormente el representante de la Comisión Europea, Humberto Delgado Rosa (director general de medio ambiente del ejecutivo comunitario), no solo se tiene qué tener en cuenta el aumento de ejemplares a la hora de valorar la situación del lobo. De hecho, Delgado Rosa había subrayado que también entran en juego otros factores, como “los medioambientales, la reforestación”, o entre otros, “la perspectiva de las amenazas” a las cuales potencialmente tendrá que hacer frente.
Aguilera también recordó que entre los estados miembros, que tendrán que negociar la rebaja de protección que propuso la Comisión con el Parlamento Europeo, también hay división. La representante socialista recordó que, mientras en el Consejo de la UE de Agricultura hay una “clara mayoría” a favor del planteamiento de Bruselas, en el Consejo de la UE de Medio Ambiente hay “división” de posicionamientos. “Hay una colisión clara de intereses, entre la protección ambiental y los que se preocupan por el ganado”, constató la representante socialista, que no se posicionó ni a favor ni en contra de la rebaja de la protección del lobo.
Por lo que hace a los ecologistas, el eurodiputado de los Verdes Martin Häusling pidió soluciones más “locales” que no “generales”, ya que hay zonas en qué “puede haber muchos” y zonas donde “apenas hay”. En todo caso, al revés que los eurodiputados de la derecha de la bancada europarlamentaria, subrayó que “lo importante es mantener la población de lobos en Europa”.
En cambio, el liberal francés Jérémy Decercle pidió “dejar de contar lobos” y tener más en cuenta “si causa daños o no”. “Tenemos que centrarnos en mejorar la situación de la ganadería”, dijo el eurodiputado, que opinó que la “coexistencia” entre el lobo y las explotaciones ganaderas “son posibles”, pero “no quizás en el mismo territorio”. “Los lobos se acercan mucho a las personas, y cuando se les ataca no se van, porque saben que no les va a pasar nada”, añadió el eurodiputado, Ivan David.
En su turno, Delgado Rosa, que habló en nombre de la Comisión Europea, reivindicó la protección del lobo como “una historia de éxito” y remarcó que, a pesar de que Bruselas propuso rebajar su protección, “no quiere decir que deje de estar protegido”. Por ejemplo, explicó que seguirá estando prohibida su caza furtiva y destacó los beneficios que tiene el lobo para el ecosistema, como el hecho que caza animales “viejos, débiles y que pueden estar enfermos”, u “otros carnívoros, como tejones y zorros”. También contrapuso que el lobo mata unas 75 cabezas de ganado al año en toda la Unión Europea.