Los devastadores incendios desatados en Castilla y León durante el último mes y medio han mostrado la adaptación del Partido Popular al discurso de su compañero de viaje gubernamental, Vox, en una nueva cuestión: el cambio climático. Desde que se iniciaron los fuegos, con el terrible incendio de la Sierra de la Culebra a mediados de julio, la oposición -además de criticar la falta de medios y la tardanza en el despliegue del operativo por parte de la Junta- ha hecho hincapié en la influencia del cambio climático en la especial devastación producida este verano, algo que PP y Vox han negado por activa y por pasiva. Según el propio consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, más de 70.000 hectáreas de terreno han ardido en estos dos meses en la Comunidad.
La acomodación del PP al discurso de Vox no es nueva desde la investidura de Alfonso Fernández Mañueco en virtud del acuerdo rubricado con los de Santiago Abascal el pasado 10 de marzo, tras la sesión constitutiva de las Cortes. Una adaptación que se concretó en el discurso de Mañueco en su toma de posesión en el que el presidente de la Junta habló de violencia intrafamiliar, inmigración ordenada, concordia y aseguró que el sistema educativo autonómico estaría "libre de todo adoctrinamiento ideológico". A pesar de ciertas fricciones internas, sobre todo en torno al recorte al Diálogo Social, los populares siempre han termino cediendo, al menos a nivel discursivo, a las pretensiones de sus socios, y la cuestión climática es tan solo un episodio más.
Las críticas de Vox hacia la "religión climática"
Desde su fundación, Vox ha negado la existencia del cambio climático y ya en diciembre de 2019, poco después de su irrupción en el Congreso de los Diputados, su portavoz, Iván Espinosa de los Monteros, rechazaba el "alarmismo exagerado e infundado sobre el cambio climático". "Es muy peligroso para el empleo en España que haya un exceso de alarmismo, que se atribuyan al hombre cosas que no necesariamente está demostrado que produzcan ningún tipo de cambio climático", aseguraba.
Más recientemente, en abril de 2021, el diputado de Vox Francisco José Contreras desataba la polémica en una intervención ante la Comisión para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. "Que se caliente un poquito el planeta evitará más muertes por frío", afirmaba, añadiendo que "la temperatura desde 1850 ha subido algo más de un grado" y que durante el siglo XX y XXI "no nos ha ido mal". Para Contreras, la subida prevista de 2,6 grados a lo largo de este siglo no tendría por qué conllevar "efectos desastrosos”.
Un discurso a nivel nacional que Vox ha trasladado con especial virulencia desde que aterrizó en las Cortes de Castilla y León a mediados del mes de marzo. Especialmente incisivo fue el partido en el pleno del pasado 22 de junio, en el que el procurador David Hierro acusó al PSOE de defender "una religión climática irracional sustentada por un acto de fe", después de que el procurador socialista José Luis Vázquez vinculase el incendio de la Sierra de la Culebra con el cambio climático.
El 3 de julio, en su intervención ante el Comité de las Regiones de la Unión Europea, el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, pedía "no culpar a los ciudadanos y al sector de la automoción del deterioro medioambiental" y defendía el derecho de las personas a acceder al centro de las ciudades con su vehículo particular. "No se necesitan zonas de bajas emisiones sino zonas de altos nacimientos en Europa", aseguraba García-Gallardo, negando el impacto de la mano del hombre en el cambio climático.
En las Cortes, el portavoz parlamentario de Vox, Carlos Menéndez, aseguraba que "los agricultores y ganaderos de Castilla y León tienen que "aguantar las estupideces del plan climático de la ONU y las broncas del ministro Garzón para que no comamos carne". Y ponía el foco de sus ataques en la Agenda 2030, que, aseguraba, tiene "17 objetivos de desarrollo sostenible que son un programa de gobernanza mundial". En aquel pleno del 22 de junio, en cambio, el PP apoyó una moción en defensa de la Agenda 2030, presentada por Francisco Igea, que solo rechazó Vox, aunque esas diferencias se han difuminado estas últimas semanas.
El PP culpa al "ecologismo extremo" y al "contexto meteorológico"
El Partido Popular de Castilla y León, al contrario que la oposición en bloque, ha evitado mencionar el cambio climático como posible causa de la virulencia de los incendios de los últimos días, usando todo tipo de eufemismos. El pasado 19 de julio el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, aseguraba que existía una "anomalía climática excepcional" que requería "medidas excepcionales" y solo cuatro días después vinculaba la situación a que los territorios afectados por los incendios están "sometidos a estrés por fenómenos naturales".
Además, el pasado domingo Mañueco aseguraba en una publicación en su cuenta de Twitter que había hablado con el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y que le había trasladado que "la mano del hombre" estaba detrás de los duros incendios de las últimas semanas, negando de forma velada la influencia del cambio climático en la propagación de los mismos.
Un paso más allá fue el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, este mismo lunes cuando afirmaba en una entrevista que "determinadas posiciones del ecologismo extremo dificultan la limpieza de los montes". "El tipo de territorio ha cambiado, las nuevas modas del ecologismo con los ríos... El ecologismo extremo no es la causa, pero sí uno de los elementos que hay que trabajar", aseguraba el consejero.
Esa misma tarde, Suárez-Quiñones responsabilizaba al "contexto meteorológico" de la propagación de los incendios y defendía su gestión, sin mencionar el cambio climático. Unas aseveraciones y eufemismos que no eran habituales en el PP de Castilla y León hasta hace unos meses. De hecho, el propio Mañueco propuso en diciembre de 2019, cuando llevaba solo unos meses en el cargo, una Ley de Cambio Climático autonómica con el objetivo de situar a Castilla y León "en la vanguardia" de la lucha contra este fenómeno. La acomodación del PP al discurso de Vox tras su acuerdo, a pesar de ser los de García-Gallardo el socio minoritario, continúa siendo la tónica dominante en la Comunidad.