Los ingenieros industriales de Castilla y León defienden la posibilidad de que se puedan instalar pequeños y nuevos reactores nucleares de última generación, más seguros y sostenibles, como una alternativa “a potenciar” en el futuro mix energético y “una fuente de energía fundamental tanto en el proceso de transición energética como en el escenario futuro posterior, para reforzar la independencia energética de España”.
En el marco de la reflexión promovida por los colegios de ingenieros industriales de Castilla y León sobre la composición del futuro mix energético regional, expertos en esta materia coinciden en subrayar que se ha “descartado con demasiada rapidez la energía nuclear”, tal y como lo está demostrando el giro de algunos países de nuestro entorno, que miran a la nuclear como una solución para reducir su dependencia energética de terceros. Una situación que se ha acentuado con la invasión de Ucrania por parte de Rusia. En estos términos se ha pronunciado, entre otros, el presidente de la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid, Emilio Mínguez.
Una alternativa sólida
En este sentido, los decanos del Colegio de Ingenieros Industriales de León (Antonio Fernández, que ha sustituido recientemente a Agustín Nogal), Burgos y Palencia (Ignacio Velázquez) y el presidente del Colegio de Valladolid (Iñaki Bengoetxea) se han mostrado partidarios de que se amplíe en 20 años la vida de las centrales nucleares que operan actualmente en España, una decisión que se tendría que tomar el próximo año en la revisión del Plan de Transición Energética y Cambio Climático 2021-2024 y que proporcionaría suficiente margen temporal para amortizar las inversiones que pudieran ser requeridas por el organismo regulador (CSN).
En su opinión, aunque España es una gran potencia en energías renovables —“fuente que tiene aún mucho recorrido por delante”—, necesita mantener en estos años de transición una alternativa sólida de generación eléctrica, hasta que el almacenamiento de la eólica y solar sean una realidad factible. Y en este sentido, señalan, “el papel de la nuclear es absolutamente necesario”.
En la actualidad, recuerdan, la energía nuclear supone más del 20% de la producción de electricidad en el país, el 30% de la generación libre de emisiones y es desde hace más de una década la primera fuente de producción. Si se mantuviera en el futuro, podría permitir una reducción muy importante de la dependencia estratégica del exterior para cubrir la demanda de electricidad en España.
Economía circular
Los colegios de ingenieros de Castilla y León aseguran que a más largo plazo “se debería garantizar la presencia de la nuclear en el mix energético futuro con la puesta en marcha de pequeñas centrales nucleares limpias de última generación, que además lleven a cabo un mayor aprovechamiento de los residuos, contribuyendo de esta manera a la economía circular, al tiempo que ofrecen más posibilidades para su ubicación”.
Tras lamentar el rápido desmantelamiento de la central de Garoña, los decanos de los colegios de ingenieros industriales de Castilla y León recuerdan que esta Comunidad sigue "vinculada a la nuclear, ya que cuenta en Juzbado (Salamanca) con una de las fábricas de combustibles más innovadoras de Europa que, al incorporar la tecnología más moderna, optimiza los recursos y protege el medio ambiente".
El centro, propiedad de Enusa, "posee un equipo especializado y altamente cualificado que abarca todo el ciclo de producción de combustible: abastecimiento, suministro, almacenamiento de uranio, logística de componentes, fabricación de combustible, control de calidad del producto, y gestión de la logística y entrega a centrales de España y otros países europeos de tecnología puntera".