La investidura de Alfonso Fernández Mañueco como presidente de la Junta de Castilla y León podría aplazarse sine die. La incertidumbre sobre la fecha es total, ya que no existe un plazo fijado en el Reglamento de la Cortes para que se celebre el pleno de investidura, según han confirmado fuentes jurídicas a EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León. Una situación inédita que pone de manifiesto que Vox maneja los tiempos de la negociación con los populares en la Comunidad y que ha abocado a que Mañueco vaya a ser investido después del Congreso del PP de los días 1 y 2 de abril, ya bajo el mandato de Alberto Núñez Feijóo.
El único plazo marcado por el Reglamento eran los 15 días laborables desde la constitución de las Cortes para proponer a un candidato a la presidencia, algo que ya se produjo el pasado 17 de marzo, tras la ronda de reuniones de las formaciones políticas con el presidente de la Cámara, Carlos Pollán. Tampoco se ha iniciado aún el contador de los dos meses hasta la convocatoria automática de repetición de elecciones ya que ese plazo se iniciará a partir de que se produzca la primera votación de investidura, que aún no ha tenido lugar.
Es difícil también, según las fuentes consultadas, que se convoque un pleno ordinario antes de la investidura ya que, aunque el Reglamento no lo impide, el Gobierno en funciones no tiene capacidad de legislar y no tendría sentido convocar una sesión de control al mismo.
Mañueco será elegido con Feijóo como presidente del PP
La situación, pues, es totalmente incierta y, al no existir plazo límite, puede dilatarse todo el tiempo que decidan PP y Vox. Es ya seguro, además, que la formación de García-Gallardo logrará que la investidura de Mañueco se produzca con Alberto Núñez Feijóo como presidente del PP, algo que los populares pretendían evitar. Las dificultades en el reparto de consejerías entre los dos partidos que conformarán el nuevo Gobierno autonómico ha provocado que quedasen atrás las que parecían las dos fechas más probables para la investidura del presidente en funciones, una vez anunciado el acuerdo: el 25 y el 28 de marzo, las opciones preferidas por Mañueco.
El PP quería evitar como fuese que la sesión de investidura se celebrara en una fecha cercana al Congreso extraordinario del partido, o con Feijóo ya elegido, y pretendía solventar esta cuestión cuanto antes para que el líder gallego no tuviera que mancharse las manos con el polémico e incómodo acuerdo. No ha sido así. El retraso en la elección de las personas que ostentarán las tres consejerías que ocupará Vox en el nuevo Ejecutivo ha ido aproximando cada vez más la fecha del pleno de investidura al cónclave de los populares.
El hecho de que aún no se haya convocado la Junta de Portavoces de las Cortes el órgano que debe convocar el pleno de investidura 48 horas después de reunirse, hace imposible que la elección de Mañueco se produzca esta semana. Este martes, el líder socialista, Luis Tudanca, registró la petición de la convocatoria de este órgano –el encargado de convocar el pleno de investidura– pero esta reunión de la Junta solicitada por los socialistas, según las fuentes consultadas, no está obligada a convocar el pleno ya que, en la misma, cuentan con mayoría PP y Vox. Por tanto, la elección del presidente se celebrará inevitablemente con Feijóo ya nombrado nuevo líder del PP, una entronización que se producirá este sábado 2 de abril tras el Congreso extraordinario de Sevilla.
Una vez que los populares no han logrado su objetivo de que la investidura se celebre con la suficiente antelación para que estuviera alejada del Congreso extraordinario, es previsible que Mañueco intente que se dilate en el tiempo para que se aleje del mismo en el sentido inverso, con lo que el retraso podría alargarse. Feijóo no tiene ningún interés en que su aterrizaje en Génova se vea empañado por la conformación de un pacto de Gobierno que no resulta cómodo para la dirección nacional del partido y que podría dar munición a la oposición para atacar a la nueva cúpula del PP.
El mayor retraso en una investidura en la historia de Castilla y León
El inesperado retraso en la investidura de Mañueco ha provocado que la elección del presidente en funciones se convierta en la más tardía de la historia de Castilla y León. Este jueves se suman ya 46 días desde que se celebraron las elecciones del pasado 13 de febrero. Nunca antes la Comunidad había tardado tanto en investir a su presidente tras unos comicios autonómicos.
La ocasión en la que el retraso se acercó más a la situación actual fueron las elecciones de 2019, en las que Mañueco tardó 43 días en ser investido, un retraso ocasionado por las negociaciones entre PP y Ciudadanos para configurar su Gobierno de coalición. Los anteriores comicios de mayo de 2015 –en los que el PP perdió la mayoría absoluta que ostentaba desde 1991– trajeron consigo una tardanza de 41 días, ya que el entonces presidente, Juan Vicente Herrera, tuvo que pulir los flecos para su investidura. No obstante, en esa ocasión, tan solo necesitó la abstención de los cinco procuradores de Ciudadanos.
Dos décadas antes, tras las elecciones autonómicas de 1987 –las primeras en las que la entonces Alianza Popular accedió al poder en la Comunidad, bajo la figura de José María Aznar– la tardanza fue también de 41 días. En esa ocasión, los populares necesitaron negociar con el Centro Democrático y Social (CDS), que les garantizó la abstención de sus 19 procuradores, y Solución Independiente (SI) y el Partido Demócrata Popular (PDP), cuyos dos representantes apoyaron a Aznar. La formación popular obtuvo entonces una presidencia que ha mantenido ininterrumpidamente hasta hoy.
El retraso tras las elecciones autonómicas del pasado 13 de febrero marca, por tanto, un récord histórico para Castilla y León, a pesar de la prontitud con la que PP y Vox anunciaron el acuerdo, minutos antes de la sesión constitutiva el pasado 10 de marzo. Una prontitud que no se ha reflejado en una pronta conformación del nuevo Ejecutivo que guiará los destinos de la región durante la XI Legislatura.
Una vez se anunciaron este martes las tres personas que ocuparán las consejerías de Agricultura y Ganadería, Industria y Turismo y Cultura –Gerardo Dueñas, Mariano Veganzones y Gonzalo Santonja–, que gestionará Vox, es previsible que los plazos puedan acelerarse y que la fecha de la investidura no se dilate demasiado en el tiempo. Con todo, la experiencia de este mes y medio desde los comicios del pasado 13 de febrero demuestra que en el contexto político actual de la región no puede darse nada por seguro y que la incertidumbre se ha convertido en la tónica dominante en Castilla y León.