Carlos Javier Salgado Fuentes, natural de Guadramiro (Salamanca), residente en Béjar y con raíces en La Zarza de Pumareda, se convirtió en presidente de UPL -Unión del Pueblo Leonés- en el congreso celebrado el pasado 27 de noviembre. Con una dilatada trayectoria en el asociacionismo, Salgado es doctor en Estado de derecho y Buen Gobierno por la Universidad de Salamanca, institución en la que previamente obtuvo el Máster en Democracia y Buen Gobierno, así como la Licenciatura en Ciencias Políticas y de la Administración, habiendo publicado varios libros. Actualmente es coordinador de UPL en las Cortes de Castilla y León.
P.- Carlos Salgado, un salmantino que preside la Unión del Pueblo Leonés.
R.- Pues sí, una cosa novedosa, vamos a decirlo así, porque hasta ahora sí que había habido zamoranos, por ejemplo, también de León, pero de Salamanca no había habido ningún presidente de la UPL.
P.- ¿Qué lectura política hace usted de esta elección?
R.- Es una apuesta para seguir trabajando por la región leonesa en conjunto, e intentar seguir buscando el futuro que necesitan Salamanca, Zamora y León. Están en una situación bastante delicada, y parece que el conjunto de los actores políticos intenta mirar hacia otro lado, cuando tenemos problemas bastante graves.
P.- ¿Existe el orgullo leonés?
R.- A veces existe, pero está más soterrado de lo que aparenta. Muchas veces parece que tenemos complejo también de decirnos lo que somos. Viajas, por ejemplo, a la vecina Extremadura y vemos que ellos no tienen ningún problema en decir extremeños, entender orgullo por Extremadura, o si vas a Andalucía o Asturias pasa tres cuartos de lo mismo. Y aquí parece que tenemos, en algunos aspectos, que ir casi pidiendo perdón por haber formado parte del reino medieval de León, pese a su importancia. O por la propia existencia, digamos, de la región leonesa de formar su propia comunidad autónoma. Ser leonés es defender Salamanca, Zamora, León y los intereses que puedan beneficiar a las regiones en su conjunto y a las tres provincias en particular.
La autonomía para el Reino de León fuera de Castilla es una realidad que es cuestión de voluntad política. La Constitución sí tiene abierto el camino para poder configurar una comunidad autónoma de la región leonesa.
P.- ¿La autonomía de León fuera de Castilla es una utopía, una quimera o puede ser una realidad?
R.- Es una realidad que es cuestión de voluntad política. Realmente la Constitución sí que tiene abierto el camino hacia que se pueda configurar una comunidad autónoma de la región leonesa. Y en ese aspecto es una mera cuestión de voluntad política. Si los sectores mayoritarios, en este caso PP y PSOE, quisiesen abordar el problema que tenemos aquí, no ya tanto político, a lo mejor territorial también, se podría dar ese paso y tener a corto plazo una autonomía. Evidentemente, tiene un trasfondo territorial, pero sobre todo también es un problema de ámbito socioeconómico. Sabemos que a corto plazo, hoy, según están las posiciones, es bastante complicado, pero creemos también que a medio y largo plazo deberá darse ese paso, no ya porque sea un derecho constitucional que tiene la región histórica, sino también porque evidentemente hay que afrontar, de alguna manera con ciertas garantías, el futuro de Salamanca, de Zamora y de León. Y evidentemente, si no hay un manejo de recursos económicos por parte de la región leonesa, va a ser imposible, como está siendo hasta ahora, que las peores cifras económicas las dejemos de tener en las provincias leonesas.
P.- Entonces, ¿qué se precisa para conseguirlo?
R.- En este caso, por ejemplo, se podría realizar mediante una disposición adicional incluyéndola en el Estatuto, que ya se ha reformado varias veces. No solamente la reforma más importante de 2007, sino que también se han hecho pequeños retoques. Así, se podría hacer una reforma estatutaria para añadir esa disposición adicional que permita un mecanismo para que se cree la Comunidad Autónoma de la Región Leonesa, y en ese caso, ya se pondrían ahí los ingredientes que se necesitan para poder dar ese paso.
P.- ¿Por qué las grandes formaciones, como PP y PSOE, son tan reticentes a abrir ese melón de la reforma estatutaria?
R.- Es una cuestión complicada, la verdad, y entendemos que ellos también tienen ciertos intereses en que, a lo mejor, las cosas sigan como están, porque cuando menos se mueva, menos se les va a exigir también a ellos. Por ello, van a seguir en esa comodidad que tienen ahora mismo, en que ellos se reparten las cartas, independientemente de cómo le pueda ir a la región leonesa, o a la parte castellana de la Comunidad Autónoma, dentro de esta autonomía regional. Entendemos que para ellos es más cómodo no hacer nada. Evidentemente, creemos que sí, que deberían hacerlo, aunque solo fuese también por sentido de estado, porque se está desvertebrando todo el oeste de España. Si nos fijamos en los índices socioeconómicos, por ejemplo, en Galicia los peores los tienen Orense y Lugo, que son fronterizas con la región leonesa. En Extremadura, es Cáceres, y en Portugal, Tràs-os.Montes. Es evidente que tenemos aquí un problema bastante gordo, por lo que esas formaciones políticas deberían dar el paso para dotar con las mayores garantías posibles al territorio de la región leonesa.
P.- No es menos cierto que el PP y el PSOE presumen de leonesismo cuando están en León.
R.- Sí, pero espero que hagan lo mismo, por ejemplo, en Salamanca. Hablando de leonesismo útil tenemos a Eduardo Morán, presidente de la Diputación de León. Tanto para el PP como para el PSOE es muy útil políticamente, pero también me gustaría a mí, si realmente quieren hacer ese leonesismo útil, que lo hiciese, por ejemplo, Carlos García Carballo, en Salamanca, o Javier Iglesias, como presidente de la Diputación de Salamanca o, por qué no, Fernando Pablos y David Serrada. Lo mismo me valdría para la provincia de Zamora, aunque en ese caso no tiene tantas responsabilidades, porque el presidente de la Diputación y el alcalde son de Ciudadanos y de Izquierda Unida. Pero bueno, por ejemplo, en Benavente o en Toro sí que podrían dar el paso de reivindicar un leonesismo útil, para que podamos afrontar con mayores garantías el futuro en estas tres provincias tan doloridas hoy.
Tanto para el PP como para el PSOE es muy útil políticamente hablar de leonesismo en León, pero me gustaría que lo hicieran en Salamanca o Zamora, para reivindicar un leonesismo útil.
P.- ¿A qué achaca esa falta de arraigo en Salamanca y Zamora de reivindicar la región leonesa?
R.-Creo que hay un cierto complejo, pero también una falta de querer abrirnos a nuestra historia del Reino de León, que al final es la que es. Por ejemplo, Alfonso IX de León, que fundó la Universidad Salamanca, sigue sin tener el medallón en la Plaza Mayor, que fue prometido para el 800 aniversario de la Universidad de Salamanca. Han pasado ya tres años del aniversario y sigue sin el medallón. No tiene ninguna estatua, por ejemplo, en la ciudad y es bastante lamentable en ese aspecto. Podemos hablar también tres cuartos de lo mismo si nos vamos a Montemayor del Río, Salvatierra de Tormes o Monleón, que son concejos que crea Alfonso IX, y no tiene allí calles dedicadas, a pesar de que han cambiado nombres para amoldarse a la Ley de Memoria Histórica. En ese aspecto, se han tenido que cambiar nombres en diversas localidades y perfectamente podrían haber dedicado alguna a Alfonso IX. Parece que tenemos complejo y cierto miedo a afrontar nuestro pasado, reconocer al rey de nuestra historia. Y también a dar, digamos, ese abrazo a Zamora y León como territorios hermanos que son. Y en ese aspecto, en Extremadura no tienen tanto complejo en reivindicar esas raíces del Reino de León de las que bebe.
P.- ¿Dónde encuadraría usted políticamente a UPL?
R.- Es difícil de encuadrar políticamente. Si nos vamos al eje izquierda-derecha, es un partido transversal. Creemos también que en algunas cuestiones, esa transversalidad debería darse respecto a ciertas reivindicaciones que necesitan Salamanca, Zamora y León, y lo que digo, por ejemplo, con los juegos políticos de los Presupuestos Generales del Estado. Los del PSOE se ponen de lado cuando hay inversiones que, evidentemente, faltan en la provincia de Salamanca, por ejemplo. Y si nos vamos a los presupuestos de la Junta nos pasa lo mismo, pero a la orilla contraria. Unos y otros atizan, digamos, al contrario, porque intentan justificar lo suyo. Pero la realidad que tenemos es que tanto los Presupuestos Generales del Estado como los de la Junta son malos para Salamanca, Zamora y León, especialmente en este caso para la provincia de Salamanca, donde estamos ahora. Sí que se echa en falta ese leonesismo que se debería hacer de una forma más transversal. Es en lo que trabajamos desde UPL. Sabemos que los partidos grandes están en otro juego, están más a una política, digamos, de sillones y menos a reivindicar las necesidades de esta tierra.
P.- Se habla mucho, sobre todo desde León y UPL, de los agravios comparativos con Valladolid.
R.- Sí, y con razón. En parte, porque tenemos una Comunidad Autónoma que es bastante centralista, aunque pequeñas instituciones de poca monta estén fuera de la provincia de Valladolid. El hecho es que todas las consejerías o las Cortes están en la misma ciudad. Una ciudad que, además, no es capital de la Comunidad Autónoma, que es bastante llamativo, pero sí que es cierto que se tiende a centralizar. Luego está todo el arrastre que implica esa centralización, como las instituciones que luego se llevan al ámbito privado. Tenemos, por ejemplo, el caso de la energía, de la que Salamanca, Zamora y León son las provincias que tienen mayor producción hidroeléctrica de toda la Comunidad Autónoma. Aproximadamente, el 94 por ciento de la energía hidroeléctrica que se produce en esta Comunidad proviene de la Región Leonesa. Sin embargo, la delegación autonómica de Iberdrola está en Valladolid, que es precisamente la provincia que menos producción hidroeléctrica tiene.
Son cosas que llaman bastante la atención, como por ejemplo, que la mayor riqueza mineral que existe en la Comunidad Autónoma se tenga también en las tres provincias leonesas. Y sin embargo, todo el asunto de investigación en cuestiones mineras no está en estas provincias, que tienen esa posición de privilegio geográficamente en la Comunidad, respecto a yacimientos minerales. Sino que la sede está precisamente también en la provincia de Valladolid. Son cuestiones y detalles que luego se multiplican por mucho más, y que evidentemente llevan a pensar en un centralismo que, además, no parece que esté cuestionado por ninguno de los dos grandes partidos a la hora de la verdad.
Otro ejemplo, ahora se ha planteado un Proyecto de Ley por parte de la Junta para crear una oficina contra el fraude de Castilla y León, donde se fija también que la sede esté en la ciudad de Valladolid. Vemos que es una y otra vez. Al final, son cosas que no tienen sentido, como que ya se está denunciando que los fondos europeos transfronterizos se están derivando la mitad de ellos a provincias que no son fronterizas. Y tenemos el caso peculiar de que la provincia de Valladolid está recibiendo más fondos que Zamora, sin tener frontera con Portugal. No es algo que tampoco pille de nuevas, porque si nos vamos a los fondos para la reconversión minera que se daban antaño, siendo en este caso la minería de carbón, propia de las provincias de León y de Palencia, Valladolid, sin tener minas de carbón, también recibió una parte de los fondos mineros, lo que tampoco tiene mucho sentido.
P.- La frontera, Salamanca, Zamora y vamos a decir también León, por cercanía, es más de la mitad de la raya de España con Portugal. Sin embargo, es una de las zonas más abandonadas de España.
R.- Sí, es evidente, además, que hay una desconexión con Portugal. Tenemos, por ejemplo, el eterno proyecto del puente de Masueco en la provincia de Salamanca, para unir con el concejo de Mogadouro, que desgraciadamente no pasa de proyecto. Por nuestra parte lo hemos intentado, pero nos rechazan, año tras año, las enmiendas para que se construya, porque creemos que daría mucha más permeabilidad a la frontera en la zona de Arribes. La A-11, también, permitiría dar una permeabilidad mucho mayor entre Zamora y Braganza. Aparte de quitar todo el peligro de tráfico, que está acarreando un número muy importante de muertes en el tramo entre Zamora y Alcañices.
Creemos que hace falta trabajar mucho más en la frontera con Portugal, para abrirnos a esa tierra hermana. En nuestro caso, nos toca más directamente que a Galicia, Extremadura o Andalucía, porque Portugal no deja de ser hija del Reino de León. Entonces, deberíamos abrirnos y trabajar mucho más con Portugal, intentando hacer lo mismo que Galicia o Extremadura, que sí están intentando abrirse más hacia el territorio vecino portugués. El caso de Badajoz o el de Vigo son los más evidentes. Mientras que en Salamanca y Zamora tenemos el problema de que no se está haciendo como en otras provincias fronterizas. Se precisa más voluntad por parte de las instituciones locales y provinciales. Aunque lo cierto es que desde la Comunidad Autónoma, Portugal parece secundaria y tenemos un problema bastante gordo.
P.- ¿Qué pasa con los fondos europeos transfronterizos, que no llegan donde tienen que llegar?
R.- Ese es el gran problema. Se quedan por el camino en una institución, en este caso, que es la que los gestiona, como es la Junta, a la cual parece que le importa más bien poco el desarrollo de La Raya. Hemos tenido casos, si nos vamos unos años atrás, cuando se discutió el reparto de los Fondos de Objetivo 1 de los fondos FEDER, que son evidentes. Se planteó, por parte de nuestro grupo, que la región leonesa configuraba un territorio con aspectos estadísticos rayanos muy bajos, y debería seguir en ese Objetivo 1 (fondos que se destinan a la recuperación de las regiones más desfavorecidas, las denominadas "regiones del Objetivo n°1", con un producto interior bruto (PIB) inferior al 75% de la media comunitaria). Precisamente porque la renta per cápita de la región leonesa es más baja que la castellana, para poder recibir una mayor cantidad de fondos. En ese caso eran más de 1.000 millones de euros, para el periodo 2007-2013 y luego 2014-2020. Estábamos en un escalón por debajo del desarrollo de la parte castellana, porque el resto de la autonomía, en la que su renta per cápita era más alta, no le permitiría recibir esos fondos. Y fue rechazado por todos, aludiendo a que se estaba poniendo en entredicho la unidad de la Comunidad Autónoma. Y así seguimos.
No implicaba realmente romper la Comunidad Autónoma, pero sí que es cierto que nos hemos visto claramente perjudicados los habitantes de la región leonesa, simplemente por una cuestión de que no quieren que se cuestione absolutamente nada de la propia Comunidad Autónoma, en cuanto a su configuración. Y eso también remarca que está provocando un subdesarrollo respecto a la evolución de la renta per cápita en las provincias leonesas. Si nos vamos a los datos, es evidente. Hablamos de que hace 20 años, la diferencia entre León y Castilla eran 2.300 euros anuales en renta per cápita, en perjuicio en este caso de la región leonesa. Ahora mismo, la diferencia ya supera los 4.000 euros, con lo cual es evidente que hay un serio problema en la evolución de la renta per cápita. Una cuestión no menor que se debería afrontar, y no tener tantos complejos respecto a esa cuestión de la sacrosanta unidad de la Comunidad de Castilla y León.
Hace 20 años, la diferencia entre León y Castilla eran 2.300 euros anuales en renta per cápita, en perjuicio de la región leonesa, y ahora mismo la diferencia ya supera los 4.000 euros.
P.- Lo que usted dice es lo que se escucha por Aliste, por Sayago, por Sanabria, por Arribes, por Abadengo y por el Rebollar. ¿Por qué no llega a la población, a pesar de las quejas?
R.- No está llegando por una cuestión de voluntad política, es decir, la Junta, en este caso como la administración que además tiene la mayor parte de las competencias, debe coger el toro por los cuernos y apostar por el desarrollo de La Raya. Y en el caso de los fondos europeos, con más razón, porque son fondos que llegan en teoría para invertir en La Raya, y no está acometiendo esas inversiones en el lugar para los que están destinados. Es evidente que se está perjudicando además a una zona que, de por sí, ya viene con un nivel de agravio, de lesión, digamos económica, bastante importante, con una despoblación y una emigración galopante por parte de sus habitantes. Con un envejecimiento que es brutal en toda La Raya. Evidentemente, este gobierno de la Junta no está poniendo toda la carne en el asador como se debería, y, de hecho, se están derivando fondos a zonas que no lo necesitan tanto como La Raya, cuando además son fondos que son para invertir en ella.
P.- La gente de esas zonas comenta lo que usted dice, lo comprende y se queja. ¿Por qué luego, a la hora de unas elecciones, no cala ese discurso en el electorado?
R.- Es una cuestión que deberíamos también plantearnos. Quizá haya también una vertiente de ese entramado de redes clientelistas, que tienen los grandes partidos. Hay presiones y, si nos vamos al caso de la Junta, son zonas que viven mucho de la ganadería y la agricultura, y a nadie escapa que los veterinarios, por ejemplo, los maneja la Junta, como también las ayudas. La Junta puede también presionar a trabajadores suyos, para intentar perjudicar a aquellos que a lo mejor pongan un poco la voz en alto e intenten dar un paso para reivindicar estos derechos de La Raya, por ejemplo.
P.- Se habla de un supuesto adelanto electoral en Castilla y León. ¿Está usted de acuerdo con la convocatoria de elecciones?
R.- Depende un poco de la valentía que pueda tener el presidente del Gobierno de la Junta, o de los intereses que puedan tener en Madrid. Me refiero a que Mañueco tiene cierto miedo también a que le puedan plantear una moción de censura.
P.- En el caso de que no hubiese adelanto electoral y sí una moción de censura, ¿qué postura adoptaría UPL?
R.- Tendremos que ver que nos ofrece el PSOE. Hablaríamos que Salamanca, Zamora y León puedan avanzar hacia el autogobierno de la región leonesa. Si no se van a dar pasos, y si no se va a plantear ningún tipo de inversión para estas provincias, nosotros no vamos a regalar el voto a cambio de nada. Nosotros no vamos a escoger entre uno malo y otro que, a lo mejor, puede ser tan malo o peor. Porque, evidentemente, si los dos van a ser lesivos para nuestros intereses como región leonesa, tampoco podríamos apoyarles.