Hay personas que sudan más que otras, y especialmente con el aumento de las temperaturas. De hecho, hay personas que sudan muchísimo, y además su sudor no huele bien. Pero no te equivoques, el sudor es inodoro, lo que huele son los desechos de las bacterias que viven en nosotros y a veces en función de lo que comamos también se 'activa' ese mal olor.
Esta especialista recuerda que tenemos sudor porque es el mecanismo que emplea el cuerpo para regular nuestra temperatura corporal por debajo de los 37 grados, de forma que así se permite el correcto funcionamiento de nuestros órganos.
"Sudamos para mantenernos frescos en ambientes con temperaturas cálidas, al hacer ejercicio y en ocasiones en respuesta a situaciones que nos hacen sentir nerviosos, avergonzados o con miedo"
, reconoce en 'Piel Sana in Corpore Sano' (Grijalbo) y es que, según precisa, tenemos millones de glándulas sudoríparas distribuidas por todo nuestro cuerpo.
En este punto, llama la atención sobre qué es la 'anhidrosis' o incapacidad de sudar con normalidad, de forma que si no sudas, no transpiras, y de esta manera el cuerpo no disminuye su temperatura. "Esto puede provocar un aumento excesivo de la temperatura corporal y, en ocasiones, un golpe de calor que puede llegar a ser mortal", subraya.
"La relación del sistema nervioso con nuestra piel y la necesidad de regular la temperatura de una persona pueden provocar una mayor o menor sudoración", precisa la experta.
Tampoco es sinónimo de adelgazar o de perder grasa puesto que, según concluye, lo que ocurre al sudar es que perdemos agua, y entonces nos deshidratamos. "Eso nos da una falsa sensación momentánea de pérdida de peso. La pérdida de peso relacionada con el sudor es consecuencia de la deshidratación, lo que a su vez no resulta bueno para el cuerpo. Rehidratarse es fundamental. ¡Si sudas, bebe agua!\", sentencia Andrea Combalia.