En España hay elecciones siempre, encadenamos uno tras otros procesos electorales. Así no se puede gobernar un país. No trabajan ni dejan trabaja. Desde el último proceso electoral nacional tenemos la sensación que no se avanza en nada, se retrocede. Cataluña marca el ritmo de la política nacional, imputados aparte. Este año se votará hasta en seis ocasiones con el gasto que conlleva. Se está quedando un mes de marzo muy chulo. Nos hemos quedado sin presupuestos generales del Estado y lo celebramos por todo lo alto. Lo bueno es que nos evitamos que aumente aun más el gasto y la deuda pública. Los únicos que trabajan 24/7 están en el medio rural y poco caso se les hace.
No sabemos porque la DGT no ha sancionado al que se fue del país escondido en un maletero y a su conductor. No sabemos la cuantía, ni los puntos. De no ser así puede que vuelva escondido de la misma forma, o a lo mejor no si tiene que pagar la sanción sin descuento. De momento juega a las valentonadas que ya jugó en las elecciones pasadas pero no se atrevió. La pela es la pela.
Los españoles cada vez somos menos iguales ante la ley, ni los territorios tampoco, aunque las leyes no podrán contra la belleza de nuestros paisajes y la hospitalidad de las gentes, o sí. Toca defenderse dentro de lo que podamos desde la individualidad para sumar el todo sino nos comerá la pobreza económica, borrega y progre. En Canadá la policía dice que dejes las llaves en la entrada para que se lleven tu coche tranquilamente sin confrontaciones, todo muy woke.
No dejamos de asistir a la desincentivación de toda actividad empresarial. La última es la de ofrecer dinero a los transportistas para que dejen su actividad. En un país en que los ciudadanos se les somete a trabajar la mitad del año para pagar sus impuestos en una especie de esclavitud moderna, y a su vez su dinero se emplea para financiar a los que quiere destruir el tejido empresarial y económico de la nación entre otros. En algunos colegios ya se sugiere que los niños no lleven comida al recreo porque estamos en el Ramadán. No pasa nada tampoco porque el español sea la lengua materna del 83 por ciento de los vascos, nos dicen que su lengua propia es el vasco y seguimos pagando. Lo mismo en Cataluña el neopaís de lo inventado.
Siguiendo en la tónica de lo verdadero o mentira se plantea regular la vida en el ámbito privado como el fumar en tu propia casa. Lo próximo será no mirar más de diez minutos por la ventana o no te rasques. Van hacer falta los psicólogos de escalera o comunidad. De momento seguiremos a pedales buen tocino, pan y vino no nos faltará en Castilla y León. Esperemos.