La producción de setas de primavera en Castilla y León es “óptima” y, a pesar de la intensa sequía que vivió en los meses de invierno, las lluvias de primavera han provocado la fructificación de especies típicas de esta campaña, cada vez más apreciadas, como son el marzuelo y el perrechico.
El técnico del área de micología y truficultura de la Fundación del Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor), José Miguel Altelarrea, subrayó que la campaña, aunque empezó “mal” por la falta de humedad en los suelos, ha remontado y actualmente hay buena producción de marzuelos. En concreto, los rendimientos de producción están próximos al kilo por hora.
En concreto, el marzuelo fructificó en la segunda semana de enero y sufrió un parón en febrero por la falta de lluvias. Tras el agua de marzo y las temperaturas no muy altas, desde la segunda semana del último mes se han podido recolectar.
A pesar de la buena campaña, la producción de marzuelo se dará por finalizada en 15 días, según apuntó el técnico, quien subrayó que es una especie típica sobre todo de las provincias de Soria y Burgos y en menor medida en Segovia, Palencia y León.
“La campaña de marzuelo de 2022 está por encima de la media, desde que Cesefor hace inventario, es decir desde 2015”, precisó. A partir de ahora los recolectores de la Comunidad podrán recoger colmenillas, que ya han fructificado y próximamente perrechico, que sólo se ha observado hasta ahora en zonas templadas de León. “En una semana o diez días con esta temperatura saldrán los perrechicos porque hay humedad”, puntualizó.
El técnico precisó que el perrechico atrae a muchos micoturistas hasta Castilla y León y agregó que cada vez hay más recolectores que se apuntan a recoger marzuelos por ser un seta exquisita. Micocyl (Programa de Micología de Castilla y León ) y Cesefor están consiguiendo "desestacionalizar la temporada micológica”.
Altelarrea reiteró que cada vez son más los recolectores que se lanzan al bosque a por las setas propias de esta temporada, algo que hace una década era imposible. Este fenómeno es debido a que los recolectores de Castilla y León cada vez "están más formadas y, una vez que ya recolectan en otoño se animan a hacer lo propio en primavera". “Hay menos afición en primavera que en otoño, pero cada vez más. El que se introduce en el mundo de la micología sabe que tiene éxito de encontrar setas comestibles en esta época”, precisó, para insistir que es necesario conocer los hábitats.