El sector del ladrillo en Castilla y León se prepara para afrontar una caída de precios en la vivienda durante 2023, según el Colegio Oficial del Agentes de la Propiedad Inmobiliarios de la Comunidad (Coapi).
Los últimos datos del INE reflejan que el incremento interanual de las transacciones que de este tipo se efectuaron en Castilla y León el pasado mes de noviembre, fue del 3,85% mientras en el conjunto del país la cifra cerró en el 10,8% con respecto al mismo mes del año anterior, lo que supone siete puntos porcentuales menos.
Se trata de los mejores datos de noviembre, no obstante, de los últimos quince años en términos nacionales, pese a lo cual los analistas ya pronostican datos muy diferentes respecto al volumen de transacciones efectuadas a partir de enero como consecuencia de los elevados tipos de interés y la incertidumbre económica.
A la espera de los datos de diciembre, que suelen reflejar históricamente un incremento en las operaciones por motivos fiscales antes de cerrar el ejercicio, noviembre deja datos que preocupan a un sector que ve cómo "las ventas se están contrayendo desde final de verano y provocará incluso que caigan los precios en 2023 en Castilla y León", advierte José Manuel Martínez Irianzo, presidente de Coapi en Castilla y León.
Los motivos son diversos: la actual política monetaria aplicada por el BCE con subidas de los tipos de interés que la propia presidenta de esta institución financiera ya ha advertido de que "seguirán subiendo" para devolver la inflación a cifras más razonables; la incertidumbre sobre la estabilidad laboral, y "la experiencia de lo que pasó en 2010 que ha hecho que la gente se haya vuelto mucho más prudente a la hora de pedir un préstamo", explica Martínez Irianzo.
Todo ello, además, "a pesar de las condiciones ventajosas de fiscalidad en donaciones y sucesiones que ha aplicado el Gobierno autonómico". Este tipo de operaciones siguen efectuándose a un ritmo habitual, pero "hay un frenazo en la compraventa de viviendas de segunda mano y nuevas que no obedecen a este origen patrimonial".
El hecho de que el sueldo medio en Castilla y León sea de poco más de 1.500 euros mensuales brutos, "está lastrando la adquisición de vivienda por parte de las rentas más bajas por culpa de un IPC que se ha mantenido rondando el 10% durante todo el año pasado". La escasez de margen económico para vivir hace inviable el acceso a una vivienda en propiedad para las economías medias y bajas que no pueden destinar "un 40% de su sueldo a pagar una hipoteca", explica.
Ávila y Burgos, las que mejores resultados mantienen
El comportamiento del mercado es muy desigual en según qué provincias de Castilla y León. Mientras en Soria cae su número un 19,6% con respecto a noviembre de 2021, Ávila experimentó un incremento del 49%.
Valladolid también cerró con un descenso de casi un 14% y Salamanca lo hizo en un 4,5%. El resto de provincias cerraron el décimo mes del año con un ritmo de compraventas positivo, con alzas del 28% en Burgos, del 11% en León, del 9% en Zamora y de un tímido repunte de un 0,6% en Palencia.
El presidente de Coapi en Valladolid y en Castilla y León lamenta que "las políticas del Gobierno central en materia de vivienda hayan tenido más una intención electoral o de captación de votos, que de impulso de este mercado", en alusión a los topes aprobados para el incremento de los precios de los alquileres que se mantendrá durante 2023, y a la escasez de vivienda pública.
"No ven la realidad del mercado. Intentar controlar los precios es muy difícil en un mercado libre y si lo haces, has de medir las consecuencias. Pero lo único que les interesa es lanzar mensajes populistas con los que captar votos", denuncia.
Poco recorrido para el sector en 2023
El recuerdo de las duras consecuencias de la crisis desatada tras la caída de Lehman Brothers y el desplome del precio de las viviendas, "continúa en la mente de muchos de los que se plantean comprar una vivienda, aunque no creemos que el reajuste que se está produciendo ahora vaya a poder compararse con lo ocurrido entonces porque el escenario no es el mismo".
Irianzo pone encima de la mesa otras cuestiones que, a su juicio, "supondrán que se retrasen aún más las decisiones de la compra de una vivienda porque entorpecen el movimiento de las personas, por lo que le vemos poco recorrido al sector en 2023".
Se refiere a las normas que limitan la entrada de vehículos de combustión fósil en determinadas áreas de las capitales de provincia con más de 50.000 habitantes, "dado que los datos reflejan que muy pocos pueden comprarse un coche eléctrico ahora mismo".
En este sentido, el presidente de Coapi en la Comunidad advierte de que los profesionales del sector inmobiliario detectan un progresivo vaciamiento de los barrios "que a quienes va a afectar es a las rentas medias y bajas" que no pueden invertir, además de en una vivienda, en la compra de un coche eléctrico.
Estas restricciones "están haciendo que se retrasen aún más las decisiones de compra de vivienda tanto en el extrarradio como en las ciudades, porque supone un problema para ir a trabajar y volver a casa", explica.