Los apoyos gestionadas por el Servicio Público de Empleo de Castilla y León (Ecyl) financian el inicio de actividad, ayudando al autónomo a afrontar los primeros gastos, por ejemplo, por la compra de mobiliario, equipamiento y acondicionamiento del local o la adquisición de maquinaria. También son subvencionables los costes derivados de la contratación de servicios externos precisos para el desarrollo del negocio, así como la formación relacionada con la dirección, la gestión empresarial y la implementación de nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).
El objetivo de la Consejería de Empleo e Industria es motivar a las personas desempleadas que tienen espíritu empresarial a establecerse por cuenta propia y acompañarles en ese proceso con este programa de incentivos, con los que se prevé promover más de 500 iniciativas de autoempleo.
Conforme a la convocatoria, se establece una cuantía general de 3.000 euros y otras en función del beneficiario. Así, la ayuda asciende a 5.500 euros si quien emprende es mujer, menor de 35 años o emigrante castellano y leonés retornado, cantidad que se eleva hasta los 7.000 euros para mayores de 55 años, si el autónomo es un hombre, y hasta los 8.500 si es una mujer.
Los importes anteriores pueden complementarse con otros adicionales hasta un máximo de 10.000 euros si el destinatario es un parado de larga duración y no tiene subsidio o está en riesgo de exclusión; si se encuentra en desempleo, sin cobertura y tiene responsabilidades familiares, y si ubica su negocio en un municipio de menos de 5.000 habitantes.
Estos apoyos se suman a los habilitados con carácter extraordinario para mitigar la crisis del COVID-19, como la línea de un millón de euros para promover el autoempleo de las personas que hubieran perdido su puesto trabajo durante el estado de alarma, y los que se han puesto a disposición el pasado 14 de julio para promocionar el autoempleo de los jóvenes inscritos en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil, con una dotación de más de 300.000 euros.