En un final de partido no apto para cardiacos, el VRAC Quesos Entrepinares apareció como en las grandes ocasiones cuando el rival se queda sin margen. No fue el mejor partido del equipo de Diego Merino en la presente temporada, pero es que los 80 minutos vividos en La Cartuja tenían poco, muy poco, de semifinal. Real Ciencias y VRAC se lo tomaron como si fuese algo decisivo y definitivo. Y es que de alguna manera lo era. Uno se quedaría fuera de la Copa del Rey 2023 y el otro regresaría al mismo escenario una semana después. Y ese será el Quesos.
La igualdad fue tal que en el minuto 43 de partido, el marcador de La Cartuja mostraba un 0-0 que, para los que llegaban en ese momento al campo sevillano hacía pensar que estaba estropeado. Los nervios llevaron a las imprecisiones y estas a un duelo de tú a tú sin un dominador claro, si bien fue el conjunto vallisoletano el que empezó con más juego en campo rival. Una amarilla a Gavidi en el minuto 11 pareció darle algo de ventaja a los locales, pero la situación se contrarrestó con una nueva amonestación, esta vez a Daniel Stöhr.
Se respiraba la tensión en el ambiente y hasta los pateadores eran castigados por lo mucho que había en juego. Si raro era que Greg Dyer fallase un puntapié al poco de comenzar el encuentro, extraño también fue que Iñaki Mateu errase con el pie hasta en dos ocasiones. El termómetro, que superó los 25 grados durante el transcurso del partido, hizo mella sobre los dos equipos. El VRAC estaba preparado para ello y sabía que no convenía agotar fuerzas muy pronto.
Con el 0-0 se llegó al descanso, si bien no tardaría en romperse tras la reanudación. Y de forma desfavorable para los azulones, esta vez de blanco impoluto, que vieron como una rigurosa amarilla a Mauro Perotti provocaba un castigo que Ciencias aprovechaba para, con un maul, lograr el 5-0 inicial, que se quedaba sin transformación. Fue entonces cuando el VRAC dio un paso adelante e insistió en el aspecto ofensivo. Pero la buena defensa de los andaluces frenaba una y otra vez las intentonas queseras. La desesperación fue tal que el Entrepinares detectó la imperiosa necesidad de, a falta de 15 minutos de partido, sumar por la vía que fuese. Y cesó en su empeño de buscar el ensayo provisionalmente para asegurar tres puntos que les dejaban muy vivos (5-3). La alegría duró lo que tardó Ciencias en montar un ataque y encontrar una indisciplina que Fox aprovechó (8-3).
Con 10 minutos por delante fue cuando apareció el VRAC frío y calculador de las grandes citas. El que tensa la cuerda, provoca el error rival y no perdona. Así, un balón perdido en un ruck lo aprovechó Greg Dyer para entrar en veintidós y encontrar a Perotti, que forzó hasta el límite para posar bajo palos y facilitar la transformación (8-10).
El VRAC lo tenía en su mano, pero Ciencias, espoleado desde la grada, no iba a firmar su rendición. Sin embargo, su buena voluntad se frustró cuando en pleno avance de pases, uno acabó en manos de Coque Ortiz que, inteligente, cedió a un Álex Alonso que corrió cerrando de rabia y alegría el puño para ensayar bajo palos y confirmar que el VRAC volverá cinco años después a una final de la Copa del Rey.