El VRAC Quesos Entrepinares está de celebración. Tras derrotar este domingo a El Salvador, el equipo vallisoletano ha logrado pasar a la final de la Copa del Rey que se disputará en Valencia y en la que buscará su séptimo título mayestático. El conjunto disputará, por tanto, su decimotercera final de la Copa del Rey.
Sólo podía quedar uno, y ese honor vuelve a recaer en el Quesos, que firma pleno de derbis en la presente temporada a falta de disputarse el de la segunda vuelta. Los dos como visitante se los ha llevado el equipo de Diego Merino, que volvió a tener en la intensidad y resistencia defensiva su punto fuerte. Y es que los azulones, de rosa para la ocasión, volvieron a firmar un partido sin encajar ensayos.
No fue una primera parte especialmente brillante del conjunto quesero, que se excedió en las indisciplinas al verse obligado a jugar en campo propio por el empuje chamizo y por el viento en contra. No era un guion desconocido para el VRAC, que dejó hacer sin recibir un castigo severo. Los de Gorostiza, voluntariosos en el aspecto ofensivo, lo intentaron por tierra y aire, con hasta tres golpes de castigo en sus pies durante los primeros 40 minutos de los cuales sólo fueron capaces de transformar uno, pateado por Santi Ortega, lo cual reflejó en el electrónico en el intermedio un exiguo 3-0 que mantenía vivito y coleando a un discreto VRAC que, por galones y orgullo, estaba obligado a ofrecer más recursos en ataque. En las fases estáticas el Entrepinares mantenía el tipo, especialmente en una melé dominadora en la cual terminó haciéndose muy fuerte.
La segunda parte fue de un VRAC in crescendo y de un CR El Salvador que pagaba su desgaste de la primera parte. Otros tres puntos al pie de Santi Ortega daban esperanzas a los blanquinegros de meterse en la final, pero un arreón del Quesos sirvió para desnivelar la balanza. El VRAC se lanzó a por el ensayo que le pusiese por delante y acampó en veintidós contraria. Sabía que en esa jugada estaba medio billete para Valencia, por el impulso en el marcador, el subidón motivacional y el golpe al rival. Cuando el hueco se resistía, Tiaki Fabish irrumpió como un toro para ensayar bajo palos, y con la facilidad de la transformación, poner la eliminatoria 6-7. Sólo cinco minutos después, y con el partido en un punto, Mauro Perotti obró una travesura de la suyas previa aprobación del colegiado para poner un castigo en juego. El Salvador, relajado, no vio venir las intenciones del argentino, que ensayó y endosó un golpe casi definitivo al Chami (6-12). Quedaba tiempo por delante, pero el VRAC tiró de cabeza y El Salvador desperdició dos puntapiés para irse a la touch, pero el Quesos volvió a fortalecerse atrás, el banquillo oxigenó al grupo y un último golpe pasado por Balta, que desperdiciaría otro, fue suficiente para ganar un margen de más de una jugada completa (6-15). El Salvador lo intentó en vano, pero los minutos pasaron y el VRAC celebró un nuevo éxito que abre las puertas a un nuevo título. Y es que como dice Diego Merino: “El primer objetivo es jugar finales”.
El entrenador destacó que se ha tratado de "un partido de semifinales más intenso todavía por ser un derbi". "Ellos tenían un plan que les ha salido bien. Hemos concedido muchos golpes de castigo. Hemos sufrido con una buena defensa y es a lo que nos estamos agarrando. Las fases estáticas en la segunda parte las hemos dominado, me gusta el trabajo que hemos hecho en touch y en melé. Se ha ido rompiendo el partido, el descanso les ha hecho más mella y hemos aprovechado lo poco que nos han dejado", añadió.
El técnico también explicó que “la semana no ha sido fácil con tantos jugadores con la Selección. Hemos ido poniendo parches porque algunos llevaban 15 días fuera. Al final nos han dado cosas desde el banquillo", mientras que, de cara a la final frente al Recoletas Burgos, Merino expresó sus predicciones: "Con esto muy posiblemente no nos dé para ganar la final, tendremos que atacar más".
Por su parte, el entrenador blanquinegro, Álvaro Gorostiza, afirmó que “durante el primer tiempo hemos dominado prácticamente todos los aspectos del juego. En los saques de lateral puede que haya habido más fallos por nuestra parte, pero nos ha faltado sacar puntos en varias acciones, como los tiros a palos que no han entrado y han acabado siendo claves”.
El técnico colegial espetó que “no he entendido el criterio arbitral en el segundo tiempo, con la amarilla vista por Ortega y muchos golpes de castigo señalados. En el segundo tiempo VRAC no nos ha dominado con claridad. Ambos equipos hemos roto la defensa rival en un par de ocasiones, pero la diferencia en este segundo tiempo ha estado en la touche, en la que han sido superiores”.