'En el corredor de la muerte': la historia de Pablo Ibar llega a la televisión
La nueva serie de Movistar+, que se estrena el 13 de septiembre, se basa en el libro de Nacho Carretero para relatar el caso del español condenado a muerte por triple asesinato.
Un triple asesinato y un inusual proceso judicial que dura más de 25 años. Podría ser la trama de ficción perfecta y, sin embargo, es el caso real de Pablo Ibar, el hispano- estadounidense que pasó más de 16 años en el corredor de la muerte por un crimen del que hoy en día se sigue declarando inocente. Ahora, la historia de Ibar ha sido llevada a la ficción de la mano de Movistar+ basándose en el libro En el corredor de la muerte del periodista Nacho Carretero, autor de Fariña.
La serie, que toma el mismo título que el libro, se estrenará completa el 13 de septiembre y contará con cuatro capítulos de cincuenta minutos. Se trata de una producción original de Movistar+ en colaboración con Bambú Producciones (Fariña, Instinto, Las chicas del cable). Este drama judicial ha sido creado por Ramón Campos, responsable de ficciones como Velvet Colección o 45 Revoluciones. La dirección corre a cargo de Carlos Marqués-Marcet, que tras estrenar este año su tercer largometraje Los días que vendrán (por el que recibió la Biznaga de Oro a la mejor película y Biznaga de plata a la mejor dirección en el Festival de Málaga), se pone por primera vez a los mandos de una serie de televisión.
La nueva serie de Movistar+ también supone la vuelta a la televisión de Miguel Ángel Silvestre en el papel de Pablo Ibar, después de su paso por la aclamada Sense8. Completan el reparto Ramón Agirre (Handia) como Cándido Ibar, padre de Pablo; Marisé Álvarez (Che, el argentino) como Tanya Ibar, esposa de Pablo; Laura de la Uz (Siete días en la Habana) como Cristina Casas, madre de Pablo y Pau Poch (Merlí) como Michael Ibar, hermano de Pablo.
Más de media vida en la cárcel
La madrugada del 15 de julio de 1994 Cristina Casas telefoneaba a su exmarido, Cándido Ibar, para darle una noticia inesperada: “Han detenido a Pablo”. Tres semanas antes, los cuerpos de Casimir Sucharski (48 años), dueño de un local nocturno en Miami, Sharon Anderson y Marie Rogers, dos mujeres de 25 años aparecían acribillados a tiros en casa del empresario. La principal pista era un vídeo de una de las cámaras de seguridad de la casa, en el que se distingue a dos personas, una con gorro y gafas y otra con la cabeza cubierta por una camiseta.
La policía decide distribuir las imágenes, en las que se aprecian de forma borrosa los rostros de los asaltantes. A los pocos días, un agente cree reconocer en uno de ellos a Pablo Ibar, entonces de 22 años, que había sido detenido recientemente por un robo menor. Ninguna de las pruebas halladas -huellas, pelos, sangre- pueden situarle en la escena del crimen, pero un sistema judicial arbitrario, un abogado incompetente y la ausencia de medios económicos por parte de su familia llevarán a Ibar a verse envuelto en un eterno contencioso.
Ibar es hijo de inmigrantes, madre cubana y padre vasco, y sobrino de José Manuel Urtain, icono del boxeo español en los años 70. En esa época, eran famosos en Florida los Jai Alai, frontones en los que se juega a cesta punta o pelota vasca, lo que llevó a muchos pelotaris a probar suerte al otro lado del Atlántico. Fue el caso de Cándido Ibar, padre de Pablo, que emigró en 1968, el mismo año que su hermano debutaba como boxeador profesional en España.
Pablo, como su padre, iba para pelotari hasta que su proyecto de vida dio un vuelco por el crimen perpetrado en 1994. El primer juicio, celebrado entre mayo de 1997 y enero de 1998, finaliza sin un veredicto unánime y es declarado nulo. Precisamente ese año Ibar contrae matrimonio con su esposa Tanya, con la que tiene dos hijos y que nunca ha dejado de defender la inocencia de su marido, porque la noche de los hechos Pablo dormía a su lado. En 1999 se abre un segundo juicio, también declarado nulo, a causa de la detención del abogado de Ibar esa misma mañana, acusado de agredir a su mujer embarazada. El tercer juicio tuvo lugar al año siguiente. En el mismo, Ibar fue hallado culpable y condenado a muerte. Mientras le colocaban las esposas, Pablo le susurró a su padre: “Se me acabó la vida. ¿Y ahora qué?”, a lo que Cándido respondió: “No sé cómo, pero si es cuestión de dinero vamos a conseguirlo”.
Ibar fue trasladado al corredor de la muerte, donde permanecería hasta 2016, cuando el Tribunal Supremo de Florida anuló la sentencia por las numerosas irregularidades del caso. Los continuos esfuerzos por parte de su familia lograron que en 2018 diera comienzo el cuarto proceso judicial, probablemente la última oportunidad de Pablo Ibar para recuperar la libertad tras 22 años en prisión y 16 en el corredor de la muerte.
Para la nueva defensa, las pruebas de la inocencia de Ibar parecen firmes, pero el 23 de mayo de 2019, un jurado formado por doce miembros halla de nuevo a Pablo culpable del triple asesinato. Aunque la fiscalía pedía la pena capital, fue finalmente condenado a cadena perpetua. Una victoria amarga para su familia, pues Ibar continuaría en la cárcel como un preso común, pero no volvería al corredor de la muerte.
Una historia real vista a través de la ficción
El caso de Pablo Ibar ha tenido mucha repercusión en nuestro país por ser el único español en haber sido condenado a muerte en EEUU. Tras la sentencia en el año 2000, arrancó una campaña política en la que se llegó a involucrar el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Gobierno Vasco y la Diputación de Guipúzcoa. También se creó la ‘Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar’ para lograr un proceso judicial justo y apoyar económicamente a la familia, pues los gastos de la defensa superan el millón de dólares.
Con la repetición del juicio en 2019, el caso ha vuelto a saltar a los medios y este mismo mes de agosto, cuando se cumplen 25 años de la encarcelación de Ibar, Movistar+ anuncia la fecha de estreno de la serie En el corredor de la muerte. Continúa así la producción de series originales de la plataforma, que comenzó hace tres años con La Peste y que ha dado lugar a otros títulos como Vergüenza, Arde Madrid o Gigantes. Sin embargo, es la primera vez que se embarca en la difícil tarea de llevar a la pequeña pantalla una historia real a través de la ficción.
El relato se apoya en el libro homónimo del periodista Nacho Carretero, quien conoció la historia de Ibar en 2011 a través de una llamada por Skype con su mujer, Tanya, y que incluso llegó a visitarle en el corredor de la muerte en dos ocasiones. Carretero, que ya vio otra de sus obras convertida en ficción televisiva con Fariña, también participa en el guión de la serie, junto a parte del equipo de aquel éxito.
El enmarañado sistema judicial, el racismo o la inmigración son algunos de los temas, plenamente vigentes, que se ponen sobre la mesa en esta producción al mismo tiempo que se plantea una historia humana en la que, a pesar de todo, el amor y el apoyo de la familia no conoce límites. Mientras, el caso real de Pablo Ibar continúa sin un desenlace claro.