Hace ya algo más de 25 años nacía Manolito Gafotas. Un niño de Carabanchel (alto) que vivía en un piso pequeño junto a su madre Catalina, su padre Manolo (si el mismo no estaba de viaje con el camión), su abuelo Nicolás y su hermano, apodado El Imbécil. Un crío miope y con facilidad para meter la pata creado por Elvira Lindo, y al que vimos crecer a lo largo de ocho libros. En el último, Manolito García Moreno ya era más hombre que niño, y prefería que lo llamasen mejor Manolo.
Este sábado, Manolito Gafotas llegará a la televisión a través de la película que dirigió Miguel Albaladejo, y que se emitirá dentro del contenedor Cine de Barrio, el cual presenta Alaska. Una cinta de 1999 en clave de comedia, como es habitual en el programa, y que llevará al espectador hasta un entorno reconocible para cualquiera. Un barrio obrero, en el que las madres llaman a gritos a sus hijos para comer, en la que los abuelos juegan al dominó en el bar de la esquina, en el que raro es la familia que llega bien a fin de mes.
A través de esta película, Cine de Barrio abrirá sus puertas al cine infantil, pero saliendo del habitual catálogo de títulos protagonizados por Rocío Dúrcal o Marisol. Manolito Gafotas es un cuento de hadas urbano, con una familia que está lejos de ser idílica, que tienen una realidad social complicada.
Sus personajes no se dan abrazos mirando a cámara, ni los problemas se solucionan porque Manolito tenga un gran corazón (que lo tiene) y logra cambiar a todo aquel que le rodea. No hay escenas almibaradas de forma gratuita, todo tiene un sabor áspero y realista.
Obviamente hablamos de una película con final feliz, pero agridulce. La felicidad entendida como que un camionero se olvide "de su vida de perro" y un ama de casa de "su vida de esclava", tal como dice el personaje protagonista, mientras bailan ‘Campanera’ en un chiringuito a pie de playa.
A través de esa canción precisamente Manolito Gafotas entronca, de forma libre, con otro estandarte de Cine de Barrio como es Joselito. Miguel Albadalejo demostraba ser un gran conocedor del séptimo arte ibérico, de la comedia costumbrista de los años 70, y la recreó de forma magistral.
Hay que destacar el trabajo del niño David Sánchez del Rey, Manolito, que a diferencia de los citados Marisol, Joselito o Rocío Dúrcal solo hizo esta película. Junto a él está una Adriana Ozores magistral, con la que es imposible no empatizar en su papel de madre, y un no menos excelente Roberto Álvarez como ese padre al que se le da mejor estar ausente por trabajo que convivir con su mujer y sus hijos.
Una segunda película, una serie, y un proyecto olvidado
En 2001 se estrenó una nueva película de Manolito Gafotas, con subtítulo ¡Mola ser jefe!, dirigida por Joan Potau, con un elenco completamente nuevo, en el que había nombres como el Gran Wyoming, María Barranco, Gracia Olayo o Javier Gurruchaga. Sin embargo, este título carecía del encanto de la de Miguel Albadalejo, y por momentos parecía no mantener el espíritu de los libros, aunque sí su trama.
En enero de 2004, Antena 3 estrenó una serie llamada Manolito Gafotas, dirigida por Antonio Mercero. El niño Christopher Torres encarnaba a Manolito, y rescataba a algunos actores de su versión cinematográfica tales como Gloria Muñoz, Antonio Gamero y Adriana Ozores. Entre los compañeros de Manolito había un joven David Castillo, quien alcanzaría luego gran popularidad como Jonathan en Aída.
La serie arrancó con un excelente dato: un 29% de cuota de pantalla y 4.887.000 espectadores, pero no supo mantener el interés y perdió hasta dos millones de fieles. Mercero pecó al hacer una serie generalista, que intentaba abarcar a todos los públicos, con muchas tramas de los padres, vecinos o abuelos del barrio. Quizá habría funcionado mejor si se hubiesen centrado en los niños (y de paso se hubiese respetado más el universo de Elvira Lindo).
En 2020, la propia Lindo comentó en una entrevista que había un nuevo proyecto para llevar a Manolito Gafotas a la televisión con "una productora americana muy potente". Se trataba de Exile Content Studio, que tiene sede en Los Ángeles, México y Miami, y que enfocada en la producción de series hispanoamericanas, como El Chapo.
Entonces se dijo que asesoraría a la productora, y que la ficción mantendría el espíritu original, ambientada en Carabanchel, que el Manolito que conocemos no se volvería latino o estadounidense. "La serie tiene que ser aquí. Este es su mundo, si no, es otro personaje", afirmaba la autora.
Sin embargo, poco después de aquella noticia llegó la crisis sanitaria del coronavirus, que dañó fuertemente al sector audiovisual, y nunca más volvimos a saber de este proyecto (de momento).