16:05 horas. Apenas unos minutos después de que la ministra de Igualdad, Irene Montero, anuncie que el Gobierno ha comenzado los trabajos para cambiar la ley de interrupción del embarazo y derogar la reforma de 2015 con el objetivo de que todas las mujeres tengan el derecho a decidir sobre sus cuerpos, Carmen Porter comparte este tuit:
“¿Esto es verdad? Os juro que no sé si es coña o lo ha dicho en serio. O, si quiera, si lo ha dicho. Irene Montero prohibirá las series de Netflix y HBO porque las actrices 'son demasiado guapas”, escribe compartiendo una noticia de Mediterráneo Digital, un medio cercano a la extrema derecha señalado en numerosas ocasiones por difundir noticias falsas.
No voy a quitar un tweet y menos cuando se basa en una verdad. Dejando de lado lo sensacionalista del titular.
La noticia en cuestión habla de un estudio elaborado por la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) para el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades (IMIO) en el que se analizan los “Estereotipos, roles y relaciones de género en series de televisión de producción nacional”. En ningún caso se habla de que se vaya a prohibir ninguna serie.
Varios periodistas advertimos a la copresentadora de Cuarto Milenio e Informe COVID con Íker Jiménez que el titular es completamente falso y que el medio en cuestión es un conocido fabricador de bulos racistas, machistas y homófobos. “Ni idea de qué color es ese medio ni sus ideas, solo me ha llamado la atención el titular”, contesta.
De forma educada seguimos insistiéndole que el titular es falso y que compartirlo no hace más que contribuir a que se propague una fake new y cree confusión a sus más de 158.000 seguidores. “Pues parece que el titular es sensacionalista, pero el estudio del que hablan y lo que se dice de las actrices y las series es verdad”, continúa.
“No es riguroso el que ha puesto el titular no hoy, pero por lo que estoy viendo el contenido es real. No pueden prohibirlo, pero si han dicho lo de las actrices en ese informe. Estoy viendo el vídeo de todo ese estudio”, insiste.
Una irresponsabilidad pública
Ante esta irresponsabilidad pública, volvemos a espetarle que está propagando un bulo. Sin embargo, lejos de rectificar, contesta que “no voy a quitar un tweet por mucho que me lo digas. Y menos cuando se basa en una verdad. Dejando de lado lo sensacionalista del titular”.
¡Dejando de lado lo sensacionalista del titular! En este momento ya no doy crédito. Una periodista con 158.000 seguidores, con un programa que cada jueves ven más de dos millones de espectadores, reconoce públicamente que va a mantener un tuit que contiene un titular que es completamente falso.
Y lo más grave es que su legión de seguidores comienzan a jalearla, a replicar el tuit con el titular falso y su cuenta se convierte en el lugar perfecto para que perfiles de extrema derecha den rienda suelta a comentarios de lo más machistas. “Se deben de llamar unos a otros para empezar a atacar a quien no les dora la píldora”, escribe la periodista.
No, Carmen, no. No nos llamamos los unos a los otros. Eres licenciada en Ciencias de la Información. No puedes preguntar si esto o aquello es verdad en redes sociales. Tu labor como periodista es primero comprobarlo antes de compartirlo. Deberías saberlo. De no hacerlo, te estás saltando la deontología por el forro a saber por qué objetivo.
Pero es que, además, cualquier periodista sabe que es de una irresponsabilidad absoluta no sólo compartir un titular que contribuye a propagar una fake news, sino que alienta a determinados tipo de perfiles para hacer aún más grande la bola, que se alienta a la extrema derecha.
Luego te quejaras de que te tilden de poco creíble. Pero, si esa es tu rigurosidad, ¿cómo tenemos entonces que tomarnos tus informaciones sobre el COVID? ¿Cómo no van a hablar de vosotros como gurús de la extrema derecha?