"Se acaba de fallar el Premio Nacional de Televisión que concedemos desde Ministerio de Cultura y Deportes. El jurado ha decidido, por unanimidad, otorgárselo al gran Andreu Buenafuente", anunciaba esta semana el ministro de Cultura y Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes, a través de sus redes sociales.
El jurado, quien tomó su decisión de forma unánime, destacaba la capacidad del showman catalán de "incorporar innovaciones ejemplares para las nuevas generaciones de profesionales, destacando su generosidad en la formación y la dirección de equipos de trabajo. Especialmente relevante su contribución al medio televisivo durante el periodo de la pandemia”, informaba.
Además resaltaba "la versatilidad de una trayectoria profesional abarcadora de muy diversos lenguajes y formatos, así como la reunión en su personalidad creadora de las distintas facetas del productor, el cómico, el presentador o el actor".
Unos argumentos que son fácilmente hallables en su último libro Reír es la única salida, un diario que termina siendo un gran ejemplo de filosofía de vida y un auténtico bálsamo energizante en estos tiempos tan difíciles para el audiovisual. Una reconfortante lectura que te descubre por qué Andreu es tan importante para nuestra televisión.
1. La importancia de sentirse bien
“Los cómicos necesitamos estar bien, sentir que tu proyecto tiene sentido para desde ahí dar lo mejor de nosotros”, comienzo diciendo Andreu en los primeros compases de este diario en el que quiere contar cómo vive su oficio para entender cuánto lo ama y respecto.
Los cómicos necesitamos estar bien, sentir que tu proyecto tiene sentido
“No hay más secreto, para hacer un buen programa, que trabajar mucho, creértelo mucho y disfrutar haciéndolo. Eso no garantiza el éxito, pero justifica este esfuerzo, esta obsesión”, reflexiona.
2. El ambiente de trabajo
Como bien destaca el jurado, el presentador de Late Motiv es una persona que por encima de todo valora un buenl ambiente de trabajo. “Aquí no se grita. Nunca se escuchó un grito, una salida de tono, una mala palabra. No sirve la excusa de la presión con la que lidiamos, el horario de la grabación o la complicación de los procesos de un show tan grande como este con cerca de cien personas fabricándolo a diario.
Pero, es más, Andreu busca la complicidad y la sinceridad con su equipo al que hace responsable de los logros. “WhatsApp al equipo nada más terminar el programa: Equipo: hoy programa redondo. Felicidades a todos. El momento es fantástico y podemos estar orgullosos. Gracias. A seguir..”, escribe.
3. Descubridor de talento
Otro de los argumentos del Ministerio es que Buenafuente apuesta por apostar por el nuevo talento y dar grandes oportunidades a aquellos que tienen tanto por contar. Y a las pruebas podemos remitirnos: Edu Soto, Berto Romero, Jordi Évole, David Broncano, Raúl Cimas, Miguel Maldonado, Bob Pop...
“Nuestra historia de siempre: buscar el nuevo talento, cuidarlo, disfrutarlo y viajar juntos”, confiesa el presentador que recuerda cómo apoyó desde el primer minuto a Broncano porque cree que es uno de los mejores de su generación.
“Nos ha salido un programa de autor, con buen guión y más adulto”, comenta sobre La Resistencia. “(A Broncano) le queda mucho camino, pero yo creo que está aquí para quedarse. Ojalá. Eso sería bueno para todos”.
4. Su apuesta por proyectos independientes
A todo esto hay que sumar también su apoyo a proyectos independientes que no consiguen financiación para salir adelante como así ocurrió por ejemplo con la última película del fallecido director José Luis Cuerda.
“Ojalá pueda hacer El tiempo perdido, una peli en la onda de Amanece... que algunos apoyamos porque nos lo pide el alma de cómicos. Cenar con él y Galán (de la revista Mongolia) y Berto para hablar del proyecto es de lo mejor que me ha pasado hasta ahora en Madrid. ¡Y no cejaremos en el empeño! ¡La tiene que hacer, cojones!”, defiende en su diario.
5. Lucha incansable por nuevos formatos
Y lo mismo ocurre en televisión. Andreu confiesa que no es muy buen directivo porque no se comportan como ellos. “Siempre me sorprende que en estas reuniones (en todas las cadenas) la actitud de los directivos es muy a la defensiva. Nos ven como una especie de amenaza".
Yo no soy muy buen directivo y lo sé. Pero cuando alguien me propone un proyecto siempre, siempre, me emociona
"El riesgo los incomoda y nunca nunca ves que les brillen los ojos o que les emocione la propuesta creativa. Es una industria, con todo lo frío de la industria. Yo no soy muy buen directivo y lo sé. Pero cuando alguien me propone un proyecto siempre, siempre, me emociona. Y lo agradezco mucho”, comenta.
6. Musica en televisión
En Reír es la única la salida también se puede encontrar otro de los motivos por los que Andreu es tan importante para nuestra televisión: su firme apuesta por la música en directo. “Una vez, un directivo de televisión me dijo con sorna que no entendía por qué ponemos música en el programa. Uno de esos directivos que no escuchan, solo hablan y hablan. Cada encuentro con él era su masterclass. Me pareció que no valía la pena ni contestarle porque no quería saberlo”.
“Anoche pensé en él tras la poderosa y energética actuación de los californianos Vintage Trouble. ¡Fue increíble! Espero que el directivo, que ya no lo es, la viera. No creo. La música, la buena, es un espectáculo televisivo de primer orden. Es magnética, vibrante, te cambia (y mejora) el carácter. En todo el mundo civilizado, televisivamente hablando, lo saben y la cuidan y la cultivan”, comenta.
7. Combativo desde el arte
Y como cómico y admirador absoluto de Pepe Rubianes, Buenafuente cree fervientemente que “desde el humor (bendito sea) tenemos más oportunidades de soltar algún guantazo a los mangantes, cretinos y corruptos que con nuestros impuestos emponzoñan nuestras vidas (...) La creatividad como una energía blanca y constructiva ante el negativismo reinante”.
Por eso siempre ha preferido mantenerse al margen de dar su opinión en el conflicto catalán. “No creo que mi opinión de ciudadano afectado aporte nada. Deben hablar los que han generado el conflicto, los que teóricamente nos van a sacar de aquí. Esa es su responsabilidad. Yo, en la comedia, en mi programa... Esa es la voz con la que me siento cómodo y eso es lo que voy a hacer”, se sincera.
8. Al servicio del invitado
Con referentes como David Letterman, Buenafuente defiende que un presentador debe estar al servicio del invitado. “Los buenos y/o grandiosos invitados permiten que los programas se hagan solos. Lo único que tengo que hacer es escuchar y disfrutar”, confiesa.
9. Dar cabida a todo tipo de invitados
Y derivada de esta filosofía encontramos otra razón por la que la televisión que hace Andreu es necesaria: “un late show debe acoger y difundir a todos aquellos que, alejados de un mainstream a menudo vacío, están protagonizando la mejor creación de este país”.
“¿Se puede hacer entretenimiento con un escritor y académico como invitado? Si se trata de Álvaro Pombo, sí”, defiende. “En su día el equipo dudaba si Saramago podía estar en un programa de humor. Aposté mucho por ello. Terminó cautivando a todo el mundo, consiguió una buena audiencia.
10. La importancia del público
Y para que todo ello funcione es imprescindible el público. “Decía Billy Crystal que ‘Actuar es como hacer el amor con el público’”, escribe. “Algo de eso hay. Se establece una conversación íntima con cada uno de ellos. Y la suma genera una energía que te lleva en volandas, lo justifica todo, te empuja a la improvisación, el riesgo, todo... Cuando tenemos un buen público, me lanzo a improvisar”.