La película Padre no hay más que uno 2 se convirtió en el éxito de este verano en cines, una vez las salas pudieron abrir sus puertas. La cinta se acabó convirtiendo en el filme más taquillero del año, y este miércoles, tres de sus protagonistas acudieron a El Hormiguero: Toni Acosta, Santiago Segura y la pequeña Luna Fulgencio.
“Es muy espabilada, creo que es la futura Penélope Cruz. Era la más profesional de todos los niños” decía Santiago Segura al presentador, Pablo Motos, en referencia a la joven intérprete, que conquistó a todos al decir cómo ya quería ser actriz “desde pequeña”, a pesar de tener solo nueve años. “Cuando salía de la guardería le decía a mi madre que me hiciera fotos en todos lados y la gente del barrio le dijeron que me llevara a alguna prueba y ¡aquí estoy, con Pablo Motos!”, exclamaba Luna.
En un momento de la entrevista, Pablo Motos le preguntó a Luna si hay “algún chico o famoso que le guste” y le dio opciones como “Antonio Banderas, Mario Casas...”. Tras encogerse de hombros, la pequeña respondió “No sé... Blanca Suárez”. Entonces Motos matizaba: “Te gusta como actriz”, a lo que Luna respondió afirmativamente. Santiago Segura, sorprendido, replicó al presentador: “¿A qué te referías?".
Más tarde, Pablo volvía a hacer un comentario espinoso. “No tienes novio ni nada”, preguntaba de forma indirecta. “Que tengo nueve años, no veintiséis”, respondía la niña, provocando los aplausos de los presentes en el plató.
En las redes sociales pronto surgieron las críticas a Pablo Motos al respecto, a la vez que aplaudían la reacción de Luna Fulgencio. Así, señalaban cómo la actitud del comunicador es un micromachismo, un pequeños gesto sexista o machista que ayudan a perpetuar roles de género, y en ocasiones, también otros aspectos como la violencia suavizada contra las mujeres o la hipersexualización.
Por un lado, Pablo Motos ha tratado a una niña de nueve años como una adulta al hacerle preguntas sobre su vida sentimental, cuando realmente no sabe aún lo que significa tener una relación de pareja ni lo que es el amor romántico, por mucho que lo pueda ver en algunas películas de dibujos animados.
Por otro, Pablo da por sentada la orientación sexual de la pequeña (la cual ni siquiera tiene por qué ser consciente de la misma), indicando que le gustan los chicos. Cuando le preguntó por algún famoso que le guste, él esperaba una respuesta heteropatriarcal, con connotaciones de atracción física, y hasta facilitaba respuestas como Antonio Banderas o Mario Casas. Cuando la pequeña dice el nombre de Blanca Suárez, el primero que se le vendría a la cabeza como personaje famoso, Motos no da por buena la respuesta, y matiza que le gustaría como actriz, exclusivamente. Negando la posibilidad, por remota que fuese, de que Blanca le pudiese gustar como Pablo esperaba que le gustase Mario Casas.
Esperemos que, en el futuro, cuando algún niño visite El Hormiguero, Pablo Motos recuerde en todo momento que, aunque hagan películas, hagan discos o lo que correspondan, los pequeños no dejan de ser eso, niños, y no adultos que piensan en quién les gusta ni se preocupan por tener novio o dejar de tenerlo. Ni necesitan comentarios que les hagan pensar que tienen que tener pareja ya desde la infancia, ni que les hagan pensar, de forma transversal, que ellos mismos tienen que gustar a otros. Porque ya tendrán tiempo para eso.