TVE ya prepara el estreno de Typical Spanish, su nuevo programa de entretenimiento que estará basado en la cultura y las costumbres españolas y que se emitirá en prime time muy probablemente en el hueco que deja esta semana Operación Triunfo.
Estoy muy emocionado con el programa, como casi en mi primera vez
Producido por Shine Iberia y presentado por Frank Blanco, el programa consiste en un duelo semanal entre dos equipos de celebrities, capitaneados por Florentino Fernández Vicky Martín Berrocal, en el que los concursantes deben demostrar cuánto sabe de nuestro país.
Adaptación del internacional I love my country, cada semana habrá dos equipos compuestos por tres personajes famosos de tres generaciones diferentes, a los que conoceremos “en otra faceta”.
Entre los invitados estarán nombres como Santiago Segura, Carlos Latre, Edu Soto, Leo Harlem, Fernando Tejero, Carlos Iglesias, Kira Miró, María Adánez, Massiel, Los Chunguitos, Cayetana Guillén Cuervo, Ainhoa Arteta, Ágatha Ruiz de la Prada…
El programa supone también el debut de Frank Blanco en TVE y su primer gran proyecto tras dejar Zapeando, algo que afronta con mucha ilusión y como “si fuese su primera vez” en la televisión.
¿Tenías ganas de volver a la televisión? Hacía tiempo que no te veíamos en la pequeña pantalla...
Pues la verdad que sí. Me muero de ganas de que se vea el programa y me moría de ganas también de acabar de grabarlo. Estoy tan emocionado como casi en mi primera vez.
Es tu primer programa para La 1, para la TVE. ¿Cómo te has sentido? ¿Notas diferencias con las cadenas privadas?
No he notado ninguna diferencia. Supongo que quizá es por el tipo de programa que es, ya que es muy complicado que te vayas a meter en ningún charco. Afortunadamente, en las cadenas privadas en las que he trabajado nunca me han dado ninguna directriz en ningún sentido y aquí tampoco.
'Zapeando' necesitaba cambios y con esos cambios, yo no me habría sentido muy cómodo
Con lo cual, en ese sentido no hay diferencia, y a la hora de trabajar tampoco. Hemos hecho un show que tiene muchos elementos que a mí me resultan familiares, por lo que siento que estoy haciendo algo que ya sabía hacer y que ya he hecho en otros momentos.
¿Cómo compaginas radio y televisión? ¿Cómo lo llevas?
Con mucha organización. Tengo la agenda de mi móvil que echa humo y es muy importante no olvidar nunca poner las cosas en la agenda porque sino puede ser un desastre. A todo se puede llegar con organización y luego también, en mi cadena de radio, en Europa FM, han sido muy generosos desde que hace meses estuvimos hablando de mi incorporación a este programa de La 1. Me han puesto todas las facilidades posibles.
Hace unos meses sorprendió la noticia de tu marcha de Zapeando, ¿cómo recibiste la noticia?
Yo formo parte de ese cambio, de mi marcha. Para mí fue una cosa natural, aunque eso no quiere decir que no me diese pena. Me apenó mucho dejar el programa porque se quedaban allí muchos recuerdos y buenos momentos vividos, pero el momento era el que tenía que ser. Era un momento en el que el programa necesitaba cambios y con esos cambios, yo no me habría sentido muy cómodo. A mí me gustaba mucho el Zapeando que hacía yo y me gustaba menos la idea del Zapeando que venía después.
Por lo que después de seis años, no estaba mal el pensar: "Pues a lo mejor el cambio ya tiene que ser que yo deje el programa y que se regenere también con el cambio de presentador, además de las modificaciones de plató y contenidos".
Yo lo viví bien, con optimismo, con pena por un lado, pero también hay que saber cerrar capítulos, no fue un cambio traumático. No es la primera vez que estaba en un proyecto de mucho tiempo y en todos los trabajos llega un momento en el que, o se acaban o tienes que dejarlo por un motivo.
¿Echas de menos a tus antiguos compañeros?
Claro. Acostumbrado a estar todos los días, a la hora de comer y en la hora de la siesta con Miki, Quique, con "las Anas", etc. Hemos pasado de vernos todos los días, en los que nos sabíamos todos la vida de los otros, a que el contacto no sea tan regular.
Se echaba de menos el entretenimiento blanco hasta que hemos llegado nosotros
Ahora te mensajeas, te llamas, ya no te ves todos los días, a lo mejor te ves cada dos meses. Entonces, en ese sentido personal, les echo de menos porque nos tenemos cariño.
¿Echas de menos este entretenimiento quizá más blanco en el prime time de las cadenas?
Se echaba de menos hasta ahora que hemos llegado nosotros, porque Typical Spanish tiene mucho de eso. Además, es muy buscado que sea un programa blanco, ya no solo por el presentador, sino para que pueda reunir a toda la familia.
No hay tantos programas en los que un niño de diez años pueda sentarse a verlo con su abuela y que los dos entiendan el contenido y que ninguno de los dos se sienta incómodo porque lo está viendo la abuela o lo está viendo el niño. Yo creo que si hace falta en televisión un programa como el nuestro.
Typical Spanish va sobre tus conocimientos de España, ¿superarías las pruebas del programa? ¿te pones tú mismo a prueba con las preguntas?
Yo suspendería. Algunas veces cuando veía alguno de los juegos o algunas de las preguntas, decía: "¡Madre mía! Esto no lo van a saber". Pero estaba equivocado, el problema lo tengo yo. Además, el nivel general de los invitados es bastante bueno y el nivel que hemos puesto de preguntas no es estilo Saber y ganar, sino que son cosas asequibles, si no sabes una respuesta vas a saber otra.
Pero yo tengo claro que soy un paquete y no podría ir de invitado, aunque a lo mejor en las pruebas de música si me podría ir bien, ese sería mi fuerte, pero más allá de eso no. Porque además tengo un problema de memoria y si me preguntas datos concretos de ciudades, historia… me pierdo, lo mezclo. Sería un drama.
Typical Spanish es de la productora de MasterChef, ¿te veremos en un futuro cocinar?
Por el bien de todos... espero que no. Yo nunca digo que de esta agua no beberé, pero difícil sería. Si alguna vez me veis en MasterChef, verlo el primer día porque duraría nada, a mí me echarían porque soy un terrible cocinero, muy rarito comiendo… Si eso que me inviten un día a echar una mano a los jueces o a probar algún plato. Pero, más allá de eso, confío en que no suceda.