"Solo el que no lo intenta, no se equivoca”, dice el sabio refranero español, pero también es cierto aquello de que “el mundo es de los valientes”, y precisamente arrojo es lo que demostró Cuatro hace una década con su estrategia de emisión del final de Perdidos, pese a que no todo saliera a pedir de boca.
Elena Sánchez y Fernando Jerez apostaron por los derechos de 'Lost' para hacerla brillar en Cuatro después de que TVE la relegará a La 2
Aquella madrugada del 23 del mayo, la cadena privada, que por entonces pertenecía al grupo PRISA y Sogecable, hizo historia adelantándose a su tiempo y haciendo el más difícil todavía: emitir el último episodio con media hora de diferencia con la señal estadounidense, una decisión atrevida, repleta de obstáculos técnicos y con la que se pretendía evitar la huída de millones de seguidores españoles al consumo online.
Fue en marzo de 2009 y durante la emisión de la gala semanal de Fama cuando la cadena anunció la adquisición de los derechos de emisión de la ficción que lanzó al estrellato a J. J. Abrams y que, pese a su popularidad internacional, se había visto relegada a la parrilla de La 2 de TVE desde su desembarco en España.
El sueño de Elena Sánchez, directora general de Contenidos de Cuatro, y de Fernando Jerez, director de Antena por aquel entonces, se hacía realidad. Por fin podrían hacer brillar una serie que, dejando aparte su controvertido final, logró generar un fenómeno fan a nivel global durante más de 120 episodios.
Un año después de la operación, la expectación por el ansiado desenlace era máxima. El consumo en internet no hacía más que crecer y cada vez eran más los seguidores que optaban por seguir los episodios de la sexta entrega sin esperar a la versión doblada del canal español, que se emitía justo una semana después. Un final así merecía echar el resto, ponerle toda la imaginación y generar un evento, La noche perdida, sin precedentes que atrajera la atención de los losties.
Se trataba de una despedida especial, con un episodio de dos horas y media, el doble que lo habitual, en el que los guionistas cerraban la historia que había tenido el corazón en un puño de millones de espectadores a lo largo y ancho del planeta. Saber qué significaban aquellos números, el oso blanco, la trampilla… símbolos todos ellos que necesitaban una respuesta.
FOX y Cuatro convocaron a los seguidores españoles a descubrir las respuestas a todas esas incógnitas casi al mismo tiempo que lo hacían los espectadores estadounidense, tan solo con unos minutos de decalaje para preparar los subtítulos, un riesgo que generó varios fallos y cortes. El más significativo fue la ausencia de los seis primeros minutos del episodio, un error humano por el que su directora general pidió disculpas nada más acabar la emisión.
Fue obvio y justificado el enfado de los acérrimos seguidores, que mostraron su disgusto en foros y redes sociales. Sin embargo, un órdago de ese calibre merecía la pena, por lo menos, intentarlo.