Pelayo Díaz es uno de los tres estilistas del programa de Telecinco Cámbiame. Y una nueva cara en televisión, (miento, los fans de Alaska & Mario le recordarán por ser uno de los amiguis habituales en sus fiestas), pero su blog Kate loves me le convirtió en uno de los influencers españoles más importantes y cualquier fashion victim le conoce desde hace años por su faceta como it boy y diseñador de moda (para lo que estudió en la prestigiosa escuela Saint Martins de Londres).
Después de conquistar a la industria de la moda, prueba con la tele de forma más serie, de lunes a viernes a las 14:20 horas se sienta junto Cristina Rodríguez y Natalia Ferviú para cambiar la imagen de personas a las que ellos eligen. Una dura pasarela de 60 segundos en los que tienen que convencer a alguno de los tres de que les necesita para mejorar su aspecto y, a partir de ahí, el resto de su vida. Escucho a Pelayo al otro lado del teléfono, con simpatía me saluda.
¿Cómo estás recibiendo los comentarios sobre el programa?
Estoy súper contento y flipando. A mis seguidores les encanta poder verme cada día y a mi familia también. De repente es un cambiazo en mi vida, está siendo un Cámbiame incluso para mi.
Estoy siendo yo 100% en el programa
¿Crees que ahora podemos conocerte mejor?
Estoy siendo yo 100% en el programa. Habrá gente a la que no le guste nada y otra descubrirá un Pelayo del que no tenían ni idea. Es un equilibrio. Yo no había hecho tele ni vídeos, solo me conocían por foto y ahora tienen una versión mas viva.
¿Cómo te sientes ante la cámara?
Estoy cómodo, pero me falta entrenamiento, noto que tengo que ser más rápido y ágil a veces. Pero también me encanta la espontaneidad. La gente ve a alguien que no es televisivo y que no está medido, por eso creo que triunfaron los blogs porque era algo sin preparación y espontáneo.
Si Cristina es la mala y Natalia la dulce… ¿tú qué eres?
Sinceramente creo que Cristina es la más echada para adelante, no tiene miedo a nada y se pegaría contra una pared; Natalia es muy sentimental, le mueven mucho las historias tristes, empatiza y lo pasa mal de verdad. Yo voy más con pies de plomo, tanto en lo emocional como en el tema de tener seguridad en mi mismo, como es el caso de Cristina.
¿Qué tiene que tener una persona para que no le des al botón y la saques del programa?
Cuando alguien empieza a contar su historia me convence si habla desde el deseo y el interés real en cambiar. A veces, los ves y se nota que quieren salir en la tele o están porque les ha apuntado su familia. Cuando veo a alguien y noto que somos su última esperanza es cuando me lo quiero llevar.
La gente que quiera ser bloguera no puede ir a Cámbiame
Los que quieren ser blogueros no te hacen nada de gracia…
Si quieres ser bloguero no necesitas un cambio, sería todo lo contrario: te ves con la capacidad de contar al mundo tu visión de la moda. La gente que quiera ser bloguera no puede ir a Cámbiame, yo nunca me fiaria de uno que ha pasado por un programa así. Se supone que ellos tienen que saber.
¿Qué pasó exactamente con la mormona y tu salida de plató?
Se ha comentado muchísimo. Cuando la escuché decir que el matrimonio era entre un hombre y una mujer me quedé tan en shock… Me chocó tanto como si hubiera hecho un comentario racista, una barbaridad… Ni Cristina ni Natalia reaccionaban y yo pensé que en el 2015 en un país como España, pionero en el matrimonio para personas del mismo sexo, alguien de 27 años y con el poder que tiene la tele…
Hay que tener muchísimo cuidado con lo que se dice en televisión, aquel comentario era muy peligroso por la gente que lo pudiera estar escuchando. Tuve que ser drástico y luego entendí que ella quería decir que los mormones no eran polígamos, se explicó mal y me encantó que luego hablásemos y lo arreglásemos. Hoy en día si alguien hace ese tipo de declaraciones en televisión siento que tengo el deber de plantar cara, es una plataforma que hay que aprovechar y hay que ser consecuente con lo que uno dice, lo que es y, sobre todo, la verdad.
¿Cómo organizas el cambio de la persona elegida?
Intentamos llevarla a tiendas que creemos que le van a abrir los ojos. Tenemos un primer momento de coaching en el que me cuenta su historia y le conozco un poco más, el cambio de look luego en la tienda y allí los desorientamos un poco para que no sepan lo que llevarán el día del cambio, para que haya sorpresa. Es muy divertido, nos reímos, se olvidan los dramas, creo que es un día entretenido para la persona porque desconecta de su mundo y se centra en sí misma.
¿Sientes que tu formación te ha preparado para este trabajo?
Somos un equipo grande, no estoy yo solo. Es un equipo increíble y entre todos decidimos como tratar el cambio de cada persona y el camino a seguir. Yo confío mucho en mis capacidades como estilista, con más de diez años trabajando en esto. Es también una cuestión de riesgo, ver, confundirse… Nunca vas a saberlo al 100% ni directamente, la persona que experimenta el cambio puede ver que no se acierta siempre a la primera, que tienen que probar ellos mismos.
Siendo parte del programa Cámbiame, ¿cómo evalúas tu propio cambio a lo largo de los años?
El cambio ha sido… Si me lo hubieran dicho… jajaja, en realidad sí, me lo habría creído. Seis años en Londres, tres en Madrid, luego mudanza a París, ahora en televisión… Es un caos, los artistas necesitamos un pequeño caos que me encanta, lo vivo sin miedo, soy de los que se lanzan a los proyectos y se suben a los trenes y siempre he sido así.
¿Y en cuanto a la moda?
Antes era más arriesgado y me atrevía con más cosas, no es que no me atreva ahora, creo he encontrado mi estilo y soy más sobrio.
Los chicos respecto a la moda tienen más miedos
¿Cómo has decidido tus looks para el programa?
Intento que no sean muy llamativos o estridentes porque los que vienen son el centro de atención, no quiero ser el protagonista. Son looks coherentes entre ellos y muy tranquilitos.
¿Has visto algún programa de cambio de imagen antes de aparecer en este?
Nunca he visto programas de este tipo. Y prefiero no hacerlo porque creo que es mejor no contagiarse de otro programa y hacer lo que uno quiere.
Te sorprendes cuando aparece un chico por la pasarela de Cámbiame, ¿por qué?
La verdad es que creo que los chicos respecto a la moda tienen más miedos y prejuicios, tienen menos libertad. Cuando aparece un chico en este tipo de programas o se interesa por la moda llama la atención porque precisamente somos menos. Por eso cuando llega uno es guay, ¡por fin!