Después de ocho años sin apostar por los concursos en sus tardes, La 1 de TVE estrenaba este lunes El Cazador, un concurso de preguntas y respuestas adaptación de un formato internacional de éxito (The chase) en el que concursantes anónimos luchan frente a un concursante profesional de la televisión para obtener un gran premio final.
De primeras, la idea parecía excelente ya que se saltaba algo tan necesario en este tipo de formatos como que el público se familiarice con sus concursantes y que tan buenos réditos le ha dado a ¡Boom! con Los Lobos o a Pasapalabra/El Tirón con Rafa y Orestes.
Los elegidos, además, han sido concursantes tan queridos como Erundino Alonso, la cara más conocida de ‘Los Lobos’ (Boom); Ruth de Andrés, ‘magnífica’ del concurso de La 2 Saber y Ganar; y Paz Herrera y Lilit Manukyan, dos de las concursantes más famosas de Pasapalabra.
En toda este cóctel se apostaba como presentador a Ion Aramendi, alguien conocido por haber sido reportero de Sálvame, y por estar al frente del concurso ¡Qué me estás contando! en la cadena vasca ETB2.
Sólo faltaba por ver qué tal funcionaba toda esta buena declaración de intenciones. Y, a juzgar por lo visto este lunes, parece que la cadena pública sale ganando doblemente con esta nueva apuesta.
Por una parte, concursos de este tipo ayudan a complementar la tan necesaria oferta cultural de una televisión pública. El Cazador es un formato interesante, con ritmo, con preguntas muy bien escogidas -fue interesante escuchar mucha pregunta sobre TVE- y, sobre todo, la necesaria tensión para enganchar al público.
Y es que, aunque la primera fase se presentó quizá demasiado rápido, era fácil entrar en el concurso con ese juego entre cazador y cazado. Una introducción que era plena en su fase final gracias a la prueba final en la que, aunque recordara a El Tirón, el hecho de que aquí el cazador pueda retroceder casillas si falla, lo hace mucho más interesante.
La otra ganancia que saca la televisión pública es, sin ninguna duda, el descubrimiento de Ion Aramendi. El vasco demostró la espontaneidad y el humor necesarios para este tipo de formatos y una gran complicidad con los concursantes.
Así que, vaya como vaya en audiencias, la cadena habrá ganado un nuevo rostro para su plantel de presentadores. Una cara nueva y fresca que ha demostrado ser garantía de entretenimiento.