Este lunes, FOX estrena su nueva serie Vis a vis: El Oasis, spin off de la famosa producción carcelera. Solo que ahora seguiremos las andanzas en solitario de Macarena (Maggie Civantos) y Zulema (Nawja Nimri), quienes han unido sus fuerzas para cometer atracos en joyerías.
Que nadie vaya a pensar que, con esta premisa, la serie será una constante de atracos y huidas y de repartos de botines protagonizado por dos buenas amigas. En El Oasis hay acción, pero también drama. Y venganza. Maca y Zulema se han aliado para cometer crímenes, pero el pasado de ambas, todo el mal que se han hecho mutuamente, pesa y mucho.
Están condenadas a entenderse, pero se odian, se desafían, arden en deseos de traicionar a su compañera y rival. Quieren una lucha, pero que la misma se produzca de forma paulatina, porque necesitan una némesis que las complemente, para su existencia tenga sentido.
Maca y Zulema se necesitan y se odian por igual
En el primer episodio nos encontramos cómo ambas diseñan lo que será su último y gran golpe. Y es que Maca quiere dejar los atracos, está cansada de ir y venir por aquí y por allá. Entonces Zulema diseña un robo al más puro estilo La casa de papel.
Por un momentos temes que el personaje de Nawja se convierta en el alter ego de El Profesor, y que el parque de bolas sea el nuevo convento italiano en el que se perfila la actuación. Pero pronto la cosa cambia, y dando saltos en el tiempo, descubrimos todo lo que hay alrededor del atraco y de El Oasis, el alojamiento rural en el que se refugiarán de la ley.
Fotograma del primer episodio de 'Vis a vis: El Oasis'
Un personaje más de la serie
Para disfrutar esta serie debemos alejarnos de la idea de que eso es Vis a vis, o al menos, el que conocíamos. Ahora que campan a sus anchas, Maca y Zulema se comportan de otra manera, llevan la historia por otros derroteros. Una de las señas más clásicas de Vis a vis es que en el primer episodio de su temporada alguien moría asesinado y prendía la mecha de la acción, cosa que aquí no pasa.
'El Oasis' recuerda al Motel Bates de 'Psicosis'
Por supuesto, se ha respetado las señas de identidad que ya conocíamos de la serie, su espíritu. Hay mala leche, ambición desmedida, y un constante olor a traición. Se apuesta por la visibilidad lésbica y queda patente la sororidad entre las mujeres, aunque no se conozcan entre sí. En ese sentido, destaca la escena en la que Zulema defiende a una chica que iba a sufrir un abuso sexual, y el diálogo que tiene con un padre de familia muy machista, ya en el episodio dos.
Uno de los mayores aciertos ha sido la construcción del espacio de El Oasis, que recuerda al Motel Bates de Alfred Hitchcock (o a la serie protagonizada por Freddie Highmore, si me apuras). Como en la película, encontramos a una mujer (en este caso varias) que se refugia en el alojamiento de carretera para huir de un robo. Allí se encuentra con una madre castradora al frente y un hijo que tiene algún problema mental. ¡Si hasta hay un gusto exquisito por ver qué ocurre detrás de las paredes de los clientes, tal como hacía Antony Perkins en la Psicosis!
Así, El Oasis en sí, con sus habitaciones, sus puertas, sus espejos y sus jardines se convierte en un personaje más de la serie, igual que antaño lo eran las cárceles de Cruz del Norte / Cruz del Sur, con sus celdas, su corral y sus cámaras de videovigilancia. Un sitio en el que nadie está a salvo, ni la policía, ni los delincuentes, y que sirve como epicentro de todas las tramas.
Un primer episodio que pide a gritos ver el segundo
El primer episodio, como tal, sabe a poco. El cuerpo te pide más, y es que los minutos pasan mientras te presentan a los nuevos personajes. A Flaca (Isabel Naveira), una antigua militar que ahora está al otro lado de la ley. La ya conocida Goya (Itziar Castro) y su novia Triana (Claudia Riera), esta última, una experta en abrir cajas fuertes de alta seguridad. Ama (Ana María Picchio), la dueña de El Oasis, y Cepo (Lucas Ferraro), su hijo. Y a todo el clan de los Ramala, a los que Zulema y Maca quieren robar; una familia dedicada al negocio de la droga, y con muchos trapos que lavar.
Si fuese una serie en abierto, habría estrenado con doble episodio
Hasta el segundo episodio no empieza el movimiento, la acción. Ahí ya sabremos cómo Macarena y Zulema se aliaron, y descubrirermos tramas importantes, como la que hay tras ese policía al que sus compañeros etiquetan de ‘Calcuta’.
De haber sido una serie de la televisión en abierto, y no en el universo de pago, probablemente se habría apostado por un estreno con doble capítulo, como se hizo con Malaka, con Brigada Costa del Sol y tantas otras. Sin embargo, Fox nos lo servirá en bocados pequeños, uno por semana, durante los próximos dos meses, que fijo que para los defensores de la marea amarilla se pasan volando.