Este domingo, Jordi González quiso ponerse serio en Conexión Honduras para anunciar que dos de los colaboradores del debate dominical de Supervivientes, Violeta Mangriñán y Fabio Colloricchio, habían anunciado a través de redes sociales que probablemente estaban contagiados de coronavirus.
"Desde el primer momento en que hemos notado los síntomas nos hemos quedado en casa y no hemos hecho uso del sistema sanitario porque entendemos que hay gente que lo necesita mucho más. Nosotros hemos tenido síntomas leves que son fiebre, dolores de cabeza fuertes, un poquito de dolo de pecho al respirar y hemos perdido el olfato y el gusto", relataban.
Una confesión que llevaba a Suso, otro de los colaboradores, a recordar que "estuvieron aquí la semana pasada". De ahí que muchos se pregunten ahora que, si ambos colaboradores compartieron plató con Violeta en la anterior gala, ¿no deberían todos estar en cuarentena?
De hecho, hace poco más de una semana, Risto Mejide decidía ponerse en cuarentena debido a que había cenado con un contagiado y pidió a sus colaboradores y miembros del programa que se hicieran la prueba para descartar que tenían el Covid-19.
"Recibí un mensaje de una de las dos personas con las que había cenado el lunes que me dice que es posible que tenga el coronavirus. Lo primero que hago es quedarme en mi casa, no salir ni para comprar el pan y hacer lo mismo con los miembros de mi familia", explicaba el presentador.
Desde Mediaset España explican que desde hace unos días se ha actualizado su protocolo de actuación con medidas adicionales entre empleados de la compañía y actividades del grupo y se están tomando las medidas adecuadas.
Entre estas medidas se encuentran, por supuesto, la de respetar la distancia de seguridad de un metro y medio, la de tomar la temperatura con un termómetro de infrarrojos antes de entrar en las instalaciones a todas las personas acreditadas para colaborar en los programas del grupo, así como facilitar gel para las manos en muchos puntos de las instalaciones.
Asimismo tampoco hay peluquería ni maquillaje, son los propios tertulianos los que se automicrofonan, no hay reuniones de temas, se ha reducido el número de colaboradores, no hay servicio de cafetería y, por supuesto, no hay público.