La dimisión de Albert Oliart en junio de 2011 como presidente de RTVE supuso el comienzo de una gran crisis interna en el ente. El Congreso era incapaz de elegir por consenso a su sucesor y en medio de todo el proceso pillaron una elecciones generales que colocaron al Partido Popular en La Moncloa.
Hasta junio de 2012 RTVE no volvió a tener presidente. Un 29 de junio, hace este lunes tres años, el elegido era Leopoldo González Echenique, un hombre de empresa que tuvo que aprender por el camino qué era eso de llevar una radio y una televisión.
RTVE se quedó un año sin presidente. En la Corporación reinaba el caos. Nadie era capaz de tomar decisiones firmes. En TVE se paralizaron todas las nuevas producciones y los estrenos. Las audiencias comenzaron a caer y no había nadie que diese un golpe sobre la mesa.
En diciembre de 2011 el PP ganaba las elecciones generales, pero según marca la ley el presidente de RTVE tenía que ser elegido por una mayoría de dos tercios. Aunque el PP tenía mayoría absoluta en el Congreso no podía elegir por sí mismo al presidente de la Corporación. Esta norma fue aprobada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
El entonces Gobierno del PP decidió entonces destruir la ley de Zapatero que despolitizaba RTVE para aprobar una nueva norma que permitía que el presidente fuese elegido en una segunda vuelta por una mayoría absoluta. El nombre de González Echenique se puso sobre la mesa y, después de no superar los dos tercios en una primera vuelta, logró convertirse en el nuevo presidente de RTVE gracias a los votos del PP en segunda vuelta. Un presidente elegido a dedo por un partido político.
RTVE comenzó su politización. Los servicios informativos de TVE tuvieron numerosos cambios y bailes de rostros que confirmaron una nueva etapa dentro de la televisión pública mucho más cercana al Gobierno de turno. Sin embargo, son muchos de los que trabajaron con Echenique los que comentan que el presidente se interesó durante su mandato por aprender cómo funcionaba la radio y la televisión por dentro.
Durante sus poco más de dos años al frente de la Corporación, González Echenique siempre mostró públicamente su rechazo a la financiación de RTVE. Y fue el dinero lo que le llevó a presentar su dimisión en septiembre del pasado año. Echenique había pedido una inyección al Gobierno de 130 millones de euros para no cerrar en números rojos el ejercicio de 2014. Una oferta que el Gobierno rechazó y que provocó la dimisión del presidente.
Por ley, durante los dos años siguientes a la fecha de su cese los altos cargos no pueden trabajar en empresas privadas relacionadas directamente con el puesto desempeñado. Sin embargo, Echenique obtuvo en seis meses la aprobación de la Oficina de Conflictos, dependiente del Gobierno, que se encarga de estudiar cada caso. El pasado 6 de marzo, Echenique recibía la autorización para comenzar una nueva etapa en la consulta multinacional de servicios de aplicaciones tecnológicas Everis.