Se trataba del regreso de Adele a televisión y había que hacer algo especial. Desde que la cantante apareciese en 2013 en la ceremonia de los Oscar, nunca había vuelto a pisar un plató. En esta ocasión todo giraba en torno a ella. El equipo de la BBC organizó un casting para imitadores de la cantante, entre los que se encontraba la propia Adele con maquillaje hasta las cejas y una buena peluca que hacía disimilar su verdadera identidad.
Adele se transformó en Jenny y se mezcló entre sus imitadores y seguidores. Uno a uno fueron saliendo al escenario para intentar imitar la voz de la cantante y pasar a la siguiente fase de las audiciones.
Uno de los mejores momentos del espectáculo fue cuando Adele sufrió un ataque de nervios antes de empezar a cantar. El público estaba expectante. La cantante se había emocionado escuchando a sus fans hablar de cómo habían ido a sus conciertos y les encantaba el último disco.
Jenny se quitó la peluca y dejó a todo el mundo conla boca abierta. Adele había llegado para quedarse.