Hace unos días, Movistar+ presentó todos los detalles de la cobertura de la NBA y la Turkish Airlines Euroleague. El acto tuvo lugar en el Barclaycard Center de Madrid y estuvo conducido por Antoni Daimiel y David Carnicero acompañados por el entrenador de los Boston Celtics, Brad Stevens, el escolta del Real Madrid, Jaycee Carroll y el director de Marca y Comunicación de Euroliga, Álex Ferrer.
David Carnicero se mostró orgulloso de "estos 20 años de sociedad con la NBA" y que tienen previsto "emitir más de 400 partidos a lo largo de esta temporada". Todo un lujo que a mí, una romántica de la televisión, me llenó de emoción al recordar aquellas otras noches de insomnio junto a mis hermanos viendo Cerca de las estrellas.
Sí, soy de una generación que tuvo que trasnochar para poder ver todo lo que se cocía al otro lado del Atlántico, no sólo con los Oscar sino también en el mundo del baloncesto que por aquel entonces se decía que era "con mayúsculas" (hay que reconocer que sigue siéndolo).
Con el tiempo, España ha sido Campeona del Mundo, de Europa y yo que sé que otros títulos más; pero en aquellos años la única honrilla era la Plata en Los Ángeles 84 y contar con el primer español en la NBA en los Portland Trail Blazers: el siempre recordado Fernando Martín. Ha pasado mucha agua por el puente, pero en 1988 arrancaba en La 1 con el tema Faith (interpretado por George Michael) en la sintonía Cerca de las estrellas.
El espacio estaba presentado por Ramón Trecet, una voz conocida de la radio y uno de los grandes maestros del medio con uno de los espacios más recordados, Diálogos 3; junto a Esteban Gómez. En el programa que, como su titulo indica nos acercaba a las estrellas de aquel entonces en el planeta NBA, tuvimos la oportunidad de ver las diabluras de Karl Malone, al que llamaban “el cartero”, a Larry Bird un pelirrojo de cabellos rizados que hacia lo propio en los Boston Celtics, las diabluras de dos chicarrones llamados Kareen Abdul-Jabbar y Magic Johnson de mis adorados Lakers (muchos, muchos años antes de que en un chaval de Barcelona de nombre Pau y de apellido Gasol removiera los cimientos del Staples Center de Los Ángeles) y sobre todo -con el permiso de los demás- de los vuelos a la estratosfera de ese monstruo (dicho con todo el cariño) de Michael Jordan conocido para la posteridad como Air Jordan.
Cerca de las estrellas se convirtió en un espacio de referencia a pesar de su intratable horario
Cerca de las estrellas se emitía en un horario intratable -la madrugada del sábado al domingo-, pero a pesar de todo consiguió calar entre la audiencia más joven y convertirse en todo un espacio referencia en la televisión de aquellos años. Este espacio creó afición y recuerdo que una de las cosas que más molaba -ahora ya no es tanta novedad- era lucir una camiseta de uno de los equipos (la de ellas que llegaron en las mochilas de aquellos afortunados que iban a estudiar en verano a USA) o una pegatina en la carpeta de los apuntes.
Los comentarios de Ramón Trecet rezumaban amor por el baloncesto
Al margen de las imágenes espectaculares y de los divertidos resúmenes de los encuentros con títulos como “la jugada tonta de la jornada”, otra de las claves del éxito de este programa era la forma divertida y amena de los comentarios del maestro Trecet. En ningún momento iba de “figura”, ni mucho menos de “sabiondo”; pero explicaba todo y todas las reglas con claridad. Sus comentarios rezumaban amor por ese deporte.
Boston Celtics Vs. Milwaukee Bucks, el primer encuentro emitido
El primer partido que se emitió fue un 7 de febrero con un enfrentamiento entre los Boston Celtics y los Milwaukee Bucks. Inolvidables aquellos enfrentamientos protagonizados por los Lakers, Atlanta Hawks, Nicks o los Chicago Bulls...
En este país, como siempre, había contrarios a su forma de comentar los encuentros y recibió bastantes críticas, pero Trecet introdujo en la televisión pública un nuevo estilo de retransmisión llena de humor, alejada del formalismo que aburría a las ovejas. Eran de tal viveza sus comentarios que la madrugada se te pasaba en un tris frente al televisor y no más de una vez mis hermanos y yo veíamos amanecer comentando todo aquello que habíamos visto y disfrutado.
Además, con sus comentarios creó una serie de expresiones como Ding-dong para las canastas imprevisibles, chof-chof para canastas limpias o hasta la cocina. Un vocabulario que nos recuerda a otro grande de las retransmisiones deportivas: el gran Andrés Montes; pero esa será otra historia.