A Eduardo Noriega le costó años probar suerte en televisión. Después de haberse ganado un nombre dentro del panorama cinematográfico español gracias a películas como Tesis, Abre los ojos, El lobo o Visionarios, el primer trabajo del actor santanderino en la pequeña pantalla no llegaría hasta 2011 con Homicidios.
La experiencia, sin embargo, fue bastante agridulce. Y es que, aunque tiene un buen recuerdo actoralmente de aquella, el continuo maltrato al que fue sometida por parte de Telecinco, le hizo estallar entonces y ahora. "Deben de tener mal la hora los de Telecinco. Tácticas de la cadena. No es serio y poco respetuoso con los espectadores”, dijo allá por octubre de 2011 cuando la principal cadena de Mediaset España decidía alargar Acorralados para que Homicidios no se enfrentará al estreno de Gran Hotel.
Se emitía a una hora y pasaba media hora y no arrancaba y había un reality absurdo
De poco sirvieron sus palabras. Tras bajar a un 12,3% de cuota de pantalla en su tercer episodio, la cadena decidió relegar la serie al late night del martes y después al late del lunes tras CSI: Nueva York. Finalmente se despediría con una media del 12,9% y 1,6 millones de espectadores.
“Tengo buen recuerdo de Homicidios, de compañeros, de la serie... Fue mi primera gran experiencia en televisión. Antes de arrancar aquel proyecto recuerdo que tenía mucho miedo y quedé muy contento. Pero es verdad que yo no entendía nada. Se emitía a una hora y pasaba media hora y no arrancaba y había un reality absurdo”, explicaba a BLUPER durante el pasado FesTVal de Vitoria con motivo de la presentación de No te puedes esconder, la serie de Telemundo que hoy llega a Netflix.
“Y yo pensaba: 'Le he dicho a todos mis amigos y familiares que pongan la tele y se están tragando esta bazofia'. Yo me sentía mal. Tampoco pensaba que eso beneficiara a la serie. Pero, ¿cómo tienes 20 minutos al espectador esperando?”, continuaba.
“Ahora el modelo ha cambiado mucho. Me imagino que esas barbaridades no las harán las cadenas. Hoy en día el espectador no te da ni diez minutos de tregua porque tiene cincuenta donde elegir. No me puedo imaginar ahora ver una serie en abierto con publicidad. El hábito ha cambiado y todos vamos hacia el mismo lugar”, confesaba.
Su vuelta a la televisión
Quizá por eso estuvo tanto tiempo sin regresar a la televisión, concretamente hasta 2016 con La sonata del silencio, de La 1 de TVE. Ahora, sin embargo, cuenta hasta con tres proyectos con televisiones o plataformas: la citada No te puedes esconder, Hache (Netflix) e Inés del Alma Mía (La 1, Boomerang, Chilevisión).
Como actor prefiero el cine, con historias concluyentes
“Mis tres últimas producciones han sido para la televisión. Me encantan las series (...) Pero, es verdad que como actor prefiero el cine, con historias concluyentes. Cuando me dan un proyecto que concluya, que no estén pensando en una segunda, tercera o cuarta. Pero eso es una manía mía porque vengo de otra época”.
En cuanto a No te puedes esconder, en la que también podemos ver a Maribel Verdú e Iván Sánchez, Noriega recuerda que le impresionó mucho recrear un atentado en la Plaza de Callao de Madrid. “Impresionaba mucho ver la Plaza de Callao llena de gente, como algo de festivo. Sólo de pensar que íbamos a representar un atentado ya impresiona. Además era mi vuelta a rodar en la Gran Vía, con aquella secuencia mítica de Abre los ojos con la calle vacía veintiún años atrás. Así que pensé que no estaba tan mal”.
El actor también valora la envergadura del proyecto y la promoción que hará de la capital de España fuera de nuestras fronteras. “José Manuel Lorenzo (DLO Producciones) le decía a Marcos Santana (Telemundo) que cómo había conseguido que le dieran Callao. Es una producción para vender Madrid, que no fuera una ciudad cualquiera sino Madrid. Y, por supuesto, con lugares emblemáticos como Callao, Cibeles, el Palacio Real... No se puede venir a Madrid y rodar en una calle que no se conozca”.
Por último, preguntado por qué los actores españoles han tardado tanto en ir a trabajar a Latinoamérica, Noriega explica que “cuando hacía cine tenía claro que nuestro mercado natural era el hispanoamericano. Emocionalmente, sentimentalmente, naturalmente, nos acercamos más. Pero el cine está en compartimentos muy estancos, cuesta mucho estrenar una película, vas mercado por mercado y no tenías dinero para invertir en publicidad y distribución”, continúa.
“Y eso ha cambiado ahora con las plataformas y llega Netflix que estrena en 190 países y con una gran capacidad de marketing y publicidad. Con Netflix te puede tocar la lotería o vendes tu alma al diablo porque olvídate de las salas de cine. En ese sentido nos vamos a beneficiar del mercado de 500 millones de hispanohablantes. Aunque cada vez los idiomas importan menos”, finaliza.