A pesar de que lleva años cobrando de las arcas públicas, a Mariló Montero le importa realmente un bledo la televisión pública. Ya lo demostró durante su etapa en La mañana de La 1 y lo está volviendo a demostrar en la actualidad durante su etapa en Canal Sur.
Da igual que con cada declaración que haga se pueda llegar a cuestionar la imparcialidad de la autonómica donde trabaja. Sus ansias por conseguir una mínima repercusión en los medios le ciegan hasta el punto de soltar absolutas barbaridades como la que vomitó este lunes en Todo es mentira.
No es ni para bromear. Pablo Iglesias y Garzón han ido con un pin antifascista en la solapa
Obcecada en atacar siempre que puede a Unidas Podemos, la navarra no dudó en criticar que Pablo Iglesias llevara un pin antifascista en su toma de posesión como vicepresidente segundo del Gobierno. “No es ni para bromear. Pablo Iglesias y Garzón han ido con ese pin en la solapa”, criticaba la presentadora ante la sorpresa mayúscula de Risto Mejide, que parecía tan escandaloso que fueran en contra del fascismo.
Sin embargo, ella erre que erre. De hecho hasta se permitió el lujo de sacar a pasear su clasismo diciendo que “además de comprarse una chaqueta nueva, han tenido el tiempo y la premeditación de ver qué me pongo mañana”.
Estas palabras, obviamente, se convirtieron rápidamente en lo más comentado en redes sociales, donde se recordó que Montero trabaja actualmente presentando un debate político en la televisión pública andaluza.
Los andaluces le dan la espalda
Sin embargo, al contrario de lo que ocurrió en Telemadrid donde se apartó a Santi Acosta por participar en un acto político de Ciudadanos ya que los periodistas de una televisión pública no deben participar en actos políticos, aquí no pasará nada.
De hecho, antes del estreno de dicho debate, Montero no tuvo inconveniente en mojarse políticamente al afirmar que “a Andalucía le hacía falta un cambio de gobierno y así lo han conseguido con un acuerdo entre PP, Ciudadanos y Vox” o que Pablo Iglesias no estaba capacitado para liderar ningún partido político.
¿Se imaginan qué pasaría si periodistas de La 1 como Xabier Fortes o María Casado hicieran los comentarios de Mariló Montero? ¿Si un presentador de los informativos de TV3 se pone a conceder entrevistas para atacar a algún determinado partido político?
Los que sí han tomado medidas, no obstante, contra la presentadora han sido los propios espectadores andaluces, que le han estado dando la espalda desde entonces. El pasado jueves, sin ir más lejos, sólo un 2,6% y 81.000 espectadores se atrevieron a ver este debate.
Son unos datos que, en cualquier otra autonómica, habrían significado una fulminante cancelación. Sin embargo, ya saben, la familia es la familia. Pero, ¿hasta cuándo van a estar pagándo los andaluces el sueldo a una periodista que ha demostrado su más absoluto desprecio hacia la televisión pública?