Mariló Montero volvió a elegir El hormiguero para su paseo por las televisiones privadas. Esta vez tenía excusa. La presentadora de La mañana de TVE acudió al programa de Pablo Motos en Antena 3 para promocionar su libro El corazón de las mujeres no tiene reglas.
Llegó pisando el suelo del plató, dando saltos y con ganas de recibir aplausos. “¿Se me han caído ya los pechos?”, fueron sus primeras palabras. La noche prometía. “Tengo que decir algo con permiso. Hoy os vais a ir con el corazón lleno”, comentaba la presentadora mirando al público que allí se encontraba. “Me voy a encargar de ello, uno a uno. No os va a faltar de nada”.
Montero coqueteó con Motos y habló de sexo. De mucho sexo. “Parece que tu sexualidad se alimenta de 50 sombras de Grey. Decepcionante”, le dijo la presentadora a Motos. “La película es una vergüenza. Ñoña. ¿Que pongan una corbata a una mujer en los ojos o una cuerda en las muñecas es un sacrilegio? ¿Cómo es la sexualidad de los españoles?”, preguntó Montero.
“Yo trato de encontrar hombres inteligentes. Estoy hablando de la inteligencia sexual, que piensan por y para las mujeres. Y que les interesa más incluso el placer de las mujeres que la del hombre”, comentó la presentadora durante su intervención en el programa. “Cuando te pones a hacer el sexo de una forma prepotente no hay placer. El sexo es una forma de conversar de dos personas. Es algo en lo que no tienes que hacer ningún esfuerzo”.
La presentadora también habló de su encuentro con el pequeño Nicolás. “Estábamos comiendo. Llámale Fran”, dijo Montero. “Por lo visto te ofreció hacer un simpa y os fuisteis sin pagar”, le dijo Motos. “Un poco cinematográfico, ¿no? ¿Tú crees que me fui de los sitios sin pagar? Yo soy una señora hasta en la cama. Francisco Nicolás es una persona que es noticia y me gusta comer con las personas que son noticia para conocer sus informaciones. En esa mesa estábamos tres. Yo me fui porque tenía una reunión y ellos se quedaron tomando café”, aseguró la presentadora.
Montero también se sometió a las pruebas de El hombre de negro. En esta ocasión fue un simulador de montañas rusas que probó la presentadora de primera mano.