Una de las claves de los beneficios anuales de Mediaset España está en su ahorro de costes. De ahí que la sentencia que obliga al grupo a cesar las emisiones de Pasapalabra tras la demanda de ITV pueda suponer un encarecimiento de la parrilla de Telecinco o, en su defecto, una política de ahorro aún más estricta.
Y es que, en estos momentos, el tiempo corre en contra del grupo dirigido por Paolo Vasile -mañana ya no podrá emitir el programa- y la productora británica tiene la sartén por el mango en la negociación para que Mediaset España pueda seguir emitiendo el concurso más visto de la televisión sino quiere sufrir una importante pérdida de audiencia.
La sentencia del Tribunal Supremo obliga a Mediaset España a indemnizar a ITV Global Entertainment con más de 14,8 millones de euros. De esta forma el acuerdo de producción que ofrezca el grupo a la productora tendrá que compensar de alguna manera esta cifra.
Esto podría conseguirse gracias a que el presupuesto de Pasapalabra se incremente -actualmente costaría unos 50.000 euros por programa-; mientras que, por otra, el grupo tendrá que encargar nuevos formatos a la productora británica que no entraban en un primer momento dentro de sus planes.
Las víctimas colaterales
Esto podría cobrarse 'víctimas colaterales' ya que Mediaset España podría quitarle la producción de determinados programas a las productoras con las que ya trabaja para así dársela a ITV Global Entertainment.
Según publicaba ECD, si se abre una filial de ITV en algún país, el acuerdo de producción de los formatos incluidos en el catálogo de la factoría británica pasan inmediatamente a esa nueva compañía propia.
Además de Pasapalabra, que podría dejar de estar en manos de Xanela Producciones, entre los formatos que se incluyen en el catálogo de la británica se encuentran Ven a cenar conmigo -ahora en manos de Warner-, Esta cocina es un infierno, o Love Island.