Cuando empezó Viva la vida, era un espacio rompecabezas pero con esencia propia, en el que había cabida para entrevistas y jueguecitos, comentarios de realities y un poco lo que surgiese sobre la marcha. Incluida la música. Cualquier artista en promoción pasaba por el sillón del programa (que entonces era de Toñi Moreno) y a continuación cantaba alguno de sus temas.
Viva la vida fue el primer espacio en sucumbir incluso a Operación Triunfo 2017: Telecinco en principio se negó a admitir el fenómeno del talent show, hasta el punto de no querer nombrar al programa. Finalmente, terminó por claudicar y fue en este programa donde vimos la segunda entrevista de Amaia y Alfred en un espacio que no fuese de La 1, tras su visita a El Hormiguero. Más tarde pasaron por allí Aitana Ocaña y Ana Guerra (a las que, en un lapsus, se rebautizó como ‘Amaia War’), o Agoney.
El caso del canario fue curioso. Viva la vida fue el espacio televisivo en el que estrenó su primer single ‘Quizás’ en directo. Muchos seguidores del artista estaban pegados a la pantalla para verlo, y se quedaron con la boca abierta cuando comprobaron que el programa cortaba antes de tiempo su actuación, que el tema se quedaba en escasos dos minutos. La cara del propio Agoney delataba que él no sabía que el tema se terminaría en ese momento. Y sus seguidores corrieron a las redes sociales a protestar.
Actuaciones ahora únicamente enlatadas
A veces en Viva la vida también escuchamos canciones censuradas, como el ‘Mayores’ de Becky G. Pero eso es ya historia. Se suele decir que la música no funciona en televisión, que los espectadores tienden a cambiar de canal cuando ven a alguien cantar. Y poco a poco, la música ha ido desapareciendo del magacín, al menos, en directo. Y es una pena, porque era uno de los pocos lugares en la televisión donde tenía cabida.
Desde hace semanas, cuando la presentadora da paso a una actuación, se nota que la misma ha sido grabada previamente y que se actúa en playback. El cantante ni es entrevistado, ni se acercan a él a preguntarle un par de pinceladas de su último trabajo, nada.
Gurruchaga se enfadó porque no le preguntaban por su gira sino pos libros de pedos
Es más, se ve que los artistas actúan en el mismo trozo de plató en el que se está llevando a cabo el resto del contenido del programa, pero sin mesas ni sillas, que tras los últimos compases vuelven a aparecer mientras se funde con un aplauso del público. Una vez ha acabado el tema, los tertulianos hacen algún comentario sobre lo mucho que han bailado, y a otra cosa, mariposa.
De hecho, hay artistas invitados que también se han quejado en el programa se hable poco de su faceta musical. Uno de los últimos casos más sonados fue el de Javier Gurruchaga, al que pusieron a adivinar títulos de libros con un nombres escatológicos.
“Dejadme que os cuente una cosa. Ya lleváis dos, una es de pedos y otra de cacas. Yo llevo más de 40 años haciendo shows, televisión, discos, si va a ser toda la entrevista así me voy y os veo en la cafetería. Ni una más ni de pedos porque, ¿a quién le interesa esto?” comentaba muy calmado. “No tiene ningún interés”, insitía Gurruchaga, que había ido allí a hablar de su gira, y no de si existe o no una obra llamada “El arte de tirarse pedos’.