En la nueva edición de Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition vimos a Rosa Benito de anfitriona de Loles León, Belinda Washington e Irma Soriano, y en principio todo fue alegría al ver quiénes tendrían por compañeras.
Sin embargo, se ve que algunos tenían rencillas pendientes, y así, Rosa Benito recordó la etapa en la que Belinda Washington presentó el programa de corazón ¡Qué me dices!, el cual como catalogó como “una televisión muy dura” en la que “hacían a veces daño”.
Por su parte, Loles dejó claro que chocaría con Irma Soriano. “Me ha sorprendido que Irma viniera con nosotras tres, porque la veo con otro discurso, en otra sintonía. Ha sido una impresión, de momento, pero que eso pase”, decía a la cámara en un momento de confesión.
Entre Belinda y Rosa no se calentó el horno, pero entre Loles e Irma sí. Y es que la Soriano monopolizaba constantemente la conversación, con auténticos soliloquios sobre cualquier tema, algo que Loles solía escuchar con muy mala cara.
Como no metía palabra, Irma la invitó a comentar la cena, y la León dijo muy sobria que lo haría “cuando terminéis de hablar”. “Para los programas está bien que no nos pisemos hablando”, añadía la actriz.
“¿Qué parte de la frase cállate no entiendes”
El momento de mayor tensión vino en los postres, cuando Rosa ofreció un cabello de ángel casero que anunció como si fuese hojaldre cultivado en el huerto de su yerno. Para sacarla de su error, Irma consultó el móvil y fue leyendo la receta, pero Loles le decía por lo bajo que se callase, aunque a la andaluza le entraban las palabras por un oído y le salían por el otro.
“No sé qué parte de la frase 'cállate' no entiendes” le dijo a Irma, que ni así mantuvo la boca cerrada. “Ninguna” respondía la finalista de Gran Hermano VIP. “Ninguna, ya lo veo, no paras” continuaba Loles muy enfadada.
Irma no quería dejarse vencer. “Es verdad todo lo que has dicho. Es el evangelio”. “A ver si es el evangelio para ti, porque a lo mejor tampoco entiendes el evangelio”, volvía a atacar Loles, que instaba a su compañera a ver si en el siguiente programa estaba callada. “Si me callo no está bien” sentenciaba Irma.