La ficción en abierto vive una pequeña crisis televisiva. Hasta ahora, de las series estrenadas esta temporada, sólo Vivir sin permiso podía considerarse un éxito. Un honor al que ahora también se apunta La caza. Monteperdido, la ficción de La 1 que este lunes se despedía con 2,3 millones y un 15% de cuota de pantalla.
Este triunfo es sin duda un gran bálsamo para la televisión pública, que había visto cómo sus últimas propuestas en ficción, El Continental y Hospital Valle Norte, no sólo no conseguían convencer a la audiencia sino que, en el caso de la primera, se convertía en un sonoro fracaso.
Pero, además de este impulso para TVE, que le indica el camino a seguir; el éxito de la serie de DLO Producciones trae quizá consigo las claves sobre lo que hay que hacer para luchar contra esa crisis que vive la ficción en abierto, debilitada por la llegada de las plataformas de pago.
El reto está en darles algo que sienta la necesidad de verlo la semana siguiente
Protagonizada por rostros queridos por el gran público como Megan Montaner o Francis Lorenzo, Monteperdido es una serie cerrada de ocho capítulos, nada pretenciosa, y que trata algo tan trillado, pero atractivo, como la desaparición de dos niñas.
Un planteamiento que ha conseguido mantener al espectador en tensión, haciéndole dudar de todos y cada uno de los personajes, y generando así esa necesidad de engancharse cada semana a sus tramas.
“Cuando a la gente le das un producto que les gusta, la gente está ahí. El reto está en darles algo que sienta la necesidad de verlo la semana siguiente y quedarse ahí”, comentaba hace unas semanas a BLUPER el fundador de Bambú Producciones, Ramón Campos.
“Esto nos tiene que llevar a la reflexión de saber quién está en el abierto, qué quiere, qué le importa, cómo se lo estamos contando... Pero, incluso, ya no sólo la ficción, sino donde van los canales en abierto…”, decía por su parte el co-creador de Vis a Vis, Iván Escobar.
Los triunfos, de la televisión en abierto
Por su parte, el co-creador de El Ministerio del Tiempo, Javier Olivares, explicaba que "hay que entender que hay que cambiar el chip. Ahora el público está fragmentado, no hay que contar algo para el abuelo, el niño... El público de la serie entra, sale y se va".
No obstante, Escobar advertía que “nos estamos metiendo en unas narrativas donde en la primera secuencia necesitas un cadáver, un tío con una pistola, estamos derivando a ficciones americana. No nos metamos en esas disyuntivas en la que el público demanda que le sorprendamos cada cinco minutos”.
“A la televisión en abierto le queda un gran futuro. Sólo tiene que reajustarse. Hay gente que no quiere reconocer el trabajo de los demás. Las grandes series que han triunfado son Merlí, La Casa de Papel, Fariña, El Ministerio del Tiempo, Gran hotel... Esas series las hemos hecho gente que llevamos toda la vida amando la televisión”, comenta Olivares.