Nunca una broma de Gran Hermano ha generado tantas horas de televisión como el tartazo que Carmen Borrego recibió por parte de Payasín durante la emisión de Sálvame Okupa. Carmen, que se había operado de la papada, recibió la baja médica por el impacto del pastel, y se le recomendó reposo absoluto. No obstante, esta semana santa se fue a Santander, y fue vista sin el collarín, algo que no pasó desapercibido en Sálvame.
Este lunes, su hermana Terelu Campos estaba en el plató, y dijo que no había querido ver las imágenes porque estaba “en su derecho” pues no quiere “ver algo que me pueda hacer mucho daño”. Kiko Hernández quiso dejar claro que nadie había coaccionado ni obligado a Carmen Borrego a participar en Sálvame okupa, “nunca”, y que no hubo ninguna llamada “de altas estancias” para que accediera a concursar. Sin embargo, Terelu defendió que en cierto modo sí fue obligada, pero “que yo sepa no fue una llamada de teléfono”, por lo que se lo anunciaron de otra manera.
Las críticas hacia Carmen Borrego fueron constantes, y en un momento dado, Lydia Lozano se cebó con la malagueña, hasta el punto de que Terelu se levantó llorando y se quitó el micrófono, yendo hacia la salida para “no volver más”.
Según Terelu, “no todo vale” y preguntaba “cuál es el delito que ha cometido” su hermana para que se ceben tanto con ella. “¿Que le den un tartazo y decir me duele y no me siento bien, ese es el delito que ha cometido, hay que reventar a la gente?” preguntaba. “No quiero participar de eso, porque a quien se está reventando es a mi hermana, y me va también la salud en ello”, explicaba una vez le acercaron un micrófono de mano.
Además, añadía “me voy, me quiero ir ya para toda la vida” mientras se tapaba la cara y pedía intimidad. Kiko Hernández, por su parte, le pedía que no dijese que se quería ir para siempre, mientras Rafa Mora, que iba vestido de Payasín, le restaba importancia alegando que eso “también lo dijo Carmen” y siguió trabajando con el programa.